de Mario Rivadulla
La pasada semana grupos de transportistas en conflicto volvieron a ser protagonistas de acciones ilegales y vandálicas.
Una disputa por el control de un puesto de ómnibus trajo como consecuencia enfrentamientos violentos entre los consabidos padres de familia que en cada ocasión, a falta de razones mejores, hacen demostración de su espíritu agresivo apelando al uso de palos, bates, cuchillos y hasta armas de fuego que en más de una ocasión han provocado muertes de choferes en pugna para imponer sus alegados derechos. No satisfechos con batirse entre ellos, llegan al extremo de asaltar ómnibus de sus adversarios obligando a los pasajeros a desmontarse de lo que la prensa tanto escrita como fílmica dejó penosa evidencia.
Por nueva vez también una de las organizaciones en pugna que luce ser de las más agresivas, la que responde a las siglas de FENATRANO paralizó el acceso hacia la región Sur. Por espacio dos días, ésta quedó prácticamente aislada del resto del país con miles de personas impedidas de trasladarse de un lugar a otro. Ya anteriormente, siendo Presidente Hipólito Mejía, había ocurrido algo similar. En esa oportunidad, decenas de camiones bloquearon el paso por varios días hacia esa misma región mientras la fuerza pública, movilizada para supuestamente restablecer el tránsito, para sorpresa general se limitó a mantener una actitud pasiva y contemplativa hasta que los promotores de esa acción lograron su objetivo.
La impunidad promueve el abuso. Y es lo que hizo la misma entidad transportista al decretar uno de sus llamados ?paros sorpresa?, más bien ?palo asechao?, contra los indefensos usuarios, suspendiendo el servicio de transporte en la capital por espacio de varias horas. También en esta oportunidad, miles de pasajeros se vieron impedidos o retrasados de llegar a sus trabajos, realizar sus diligencias o acudir a los hospitales sin previo aviso. Todo un atropello que evidencia una vez más el grave desorden imperante en el transporte público donde cada una de estas diversas entidades que se reparten las rutas hacen lo que le viene en ganas con total libertad, seguros de que no habrá poder que los frene ni mucho menos sancione sus abusos.
En el país contamos con varios organismos públicos involucrados en el transporte. Pero ninguno parece preocuparse ni ocuparse de proteger los derechos de los sufridos pasajeros que pagan por un servicio pésimo, donde deben viajar en las condiciones más vejaminosas en ómnibus que en muchos casos solo sirven para chatarra, contaminantes, violadores de todas las normas de tránsito, mal conducidos, mal servidos y mal cuidados.
Es esa impunidad la que permite que ocurran todos estos excesos y abusos de quienes con sobrada razón y acierto el vespertino ?El Nacional? ha bautizado como ?los dueños del país¨, que si no lo son poco les falta para ello, mientras actúan como verdaderos chivos sin ley seguros de que se mueven a capricho y sin riesgo de sanción en un escenario carente de todo sentido de autoridad.
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TELEDEBATE. Telefuturo, Canal 23. Transmisión del martes 28,07,09.
2009-07-29 17:38:36
