Por José Reyes Martínez
Los sectores más sensatos de la sociedad dominicana están atento de las negociaciones que lleva a cabo el Gobierno para la venta del 49% de las acciones de la Refinería Dominicana de Petróleo (Refidomsa) a las autoridades de Venezuela, porque entienden que es un negocio que genera nuevas oportunidades de negocios e inversión entre dos Estados unidos por lazos históricos y culturales.
En ese sentido, amplios sectores de la vida nacional han reconocido los beneficios que acuerdo comercial generaría al país, se citan, por ejemplo, el incremento de la capacidad de refinamiento y almacenamiento, la ampliación del mercado energético, la garantía de abastecimiento y la seguridad energética.
Otro de los aspectos importantes de las negociaciones sobre el 49% de las acciones de Refidomsa a Venezuela es que convertiría a la nación en un centro de distribución y de exportación hacia las naciones del área importadora de petróleo y sus derivados.
El propio Presidente Leonel Fernández ha expresado que para una mejor garantía al interés nacional en algo que es tan vital y tan estratégico como lo es el suministro de combustible, lo mejor es que esté en manos del Estado dominicano. En el ámbito de las negociaciones internacionales ahora lo importante es la eficacia con que se manejan las empresas, sin importar que ésta sea de carácter público o privado.
El Presidente se ha referido además a que el país pueda contar con un socio confiable, con experiencia, con capital y tecnología, y con las relaciones internacionales, para que este negocio se lleve a cabo con éxito, y eso es algo que legalmente, políticamente y moralmente le corresponde al Estado hacerlo.
Dijo que hay que delimitar las cosas, porque en el país se quiere vender la idea de que todo lo del sector privado es bueno y que lo que está en manos del Estado es malo, y eso no es verdad.
Sólo hay que observar lo que ahora sucede en Estados Unidos, en donde la acción oportuna del Estado norteamericano ha estado presente para afrontar los desafíos de la crisis que ha tenido un impacto demoledor en las naciones del mundo, con la quiebras de importantes empresas y las perdidas de miles de empleos.
Es decir, que en medio de la crisis financiera que ha impactado las economías del mundo, cuyo epicentro ha sido Estados Unidos, el Gobierno norteamericano se ha convertido en la principal palanca de inversión en los más diversos sectores del aparato productivo de esa pujante nación.
El presidente Fernández ha reconocido que como estrategia de desarrollo nacional, el sector privado debe ser la locomotora y el Estado jugar un rol de regulador como principio, por lo que se deben guiar del pragmatismo para tomar la decisión correcta en un momento determinado.
Ha expresado que le corresponde al liderazgo nacional observar lo que sucede en el ámbito de las relaciones internaciones del continente, en las que una actitud de diálogo, acercamiento y cooperación, generan acuerdos de altos beneficios para las naciones que hacen sus mejores esfuerzos en alcanzar sus metas de desarrollo.
El autor es periodista
2009-08-07 14:13:01