Johnny Arrendel
El Partido de la Liberación Dominicana, en su representación para Santo Domingo Este, ha hablado. Lo hizo con fuerza y autoridad.
La formación ha dejado en claro que no está dispuesta a ceder el poder, expresado en el control del Ayuntamiento de esta demarcación.
No es que Juan de los Santos esté compelido a ganar, es que los peledeístas tienen conciencia de la importancia estratégica de dos gobiernos municipales: el del Distrito Nacional y el de Santo Domingo Este.
Anticipan que en caso de que se dejen arrebatar esas demarcaciones por sus rivales, la noche del 16 de agosto de 2010 habría una fiesta en la Casa Nacional de PRD, celebración adelantada del triunfo blanco en las presidenciales del 2012.
Voy más lejos, digo que para el PRD sería de mayor satisfacción y enorme gozo, quitarle al PLD esos dos ayuntamientos que ganar en casi todo el territorio nacional a nivel congresual y municipal.
Es la razón fundamental para que tanto Juan de los Santos como Roberto Salcedo detenten el apoyo masivo entre sus compañeros para ser candidatos nueva vez. Es que ambos garantizan el triunfo.
Los dos pares de optimistas que pretenden desafiarlos, y les dirigen ataques de toda índole, deberían sopesar una realidad pesada: su reto no es reducir la imagen de Juan y Roberto, sino demostrar internamente mayor capacidad de retener esas sindicaturas.
Per siempre existirá una verdad en cada conflicto, por encima de la concepción certera, equivocada, ilusa o malintencionada de cada individuo. De ahí, la realidad incontrovertible de que Salcedo y Juan son vistos como cartas de triunfo arrollador.
Subrayando nueva vez la situación del PLD en Santo Domingo Este, observamos que el interés desmedido de revertir las potencialidades de Juancito Síndico, genera declaraciones y posiciones unas veces destempladas y otras absurdas.
Un embajador y comentarista acaba de pronunciarse en términos que podrían sumarle a la lista de los políticos ?que no saben contextualizar?, enunciada por el presidente Leonel Fernández.
La batalla electoral implica sumar, no restar. Además, delimitar el escenario, no confundir los campos y saber identificar eventuales aliados y adversarios.
El diplomático y humorista plantea que al acoger el respaldo de la mayoría de los legisladores del PLD en su área, y de casi todos los dirigentes de mayor envergadura, ?Juancito desafía a Leonel?, ¡Ofrézcome, tremenda visión táctica.
Un engendro así no resiste análisis.
Este cómico viene del reformismo, pero le vendría bien que un peledeísta le regale la colección de folletos de Historia y Estudios Políticos y Sociales de Juan Bosch, único intelectual que ha legado una interpretación integral de la sociedad dominicana.
El estilo que usa para torpedear al síndico, pone en la cuerda floja su aspiración a diputado, ya que le acerca peligrosamente al prototipo de los que ya en Congreso, suelen declararse independientes y se alzan con el santo, pero sobre todo con la limosna.
En la pendiente enjabonada, que conduce a la reducción notable del potencial de los políticos que caen en ella, transita un diputado y periodista que sin dudas ha logrado escalar de un tiempo a esta parte.
Pero este hoy aspirante a alcalde, no logró ascender en el PLD sobre la base de su trayectoria, sino por los impulsos, antes de quien fue titular de Turismo, y hoy por el rol que cumple junto a quien encabeza el llamado ?sector de los eléctricos?.
Le aconsejo que adquiera mayor conciencia partidista, y cuidarse de no poner de manifiesto una separación supuesta entre el jefe del Estado y los que encabezan su partido en Santo Domingo Este.
De seguro que no se pronunciaría como lo hizo si fuese él y no Juan quien disfrutara del respaldo de esos presidentes de intermedios, miembros del Comité Central, legisladores y regidores.
Esas declaraciones irreflexivas difunden una percepción de lucha interna que de ningún modo quisieran transmitir el presidente y los demás integrantes del Comité Político del PLD.
Para muestra un botón, el CC, órgano ejecutivo dominado por Leonel, acaba de refrendar a Reinaldo Pared Pérez y Cristina Lizardo, en el Senado, y a Julio César Valentín y a Yomaira Medina, en la Cámara de Diputados. Ambas parejas seguirán como presidente y vicepresidenta de uno y otro hemiciclo.
El 75 por ciento de ese cuarteto, responde a Danilo Medina.
De su lado, la figura que antes encarnó el principal proyecto municipal morado en Santo Domingo Este, pero que con sus errores destruyó esa perspectiva, intenta hacer creer que le forzaron a retirar sus aspiraciones, actitud en la que ya es recurrente.
Debería ser más consecuente, y reconocer que si renunció a ser precandidato antes de inscribirse, fue porque sencillamente las encuestas le indicaban que no iba para ninguna parte.
Además, este hombre, que una vez tuvo por delante la posibilidad de convertirse en gran divisa electoral, no quiere dejar el carguito de escasa importancia al que se aferra, para salir en busca de la grandeza.
Finalmente, también yerra el analista principal de Ciudad Oriental, medio que gravita cada vez con mayor incidencia en la cotidianidad de esta demarcación, al calcular que la debilidad eventual de un aspirante menor que esté con Juancito, afectaría el proyecto municipal.
Ellos buscan acercarse a de los Santos en busca de que se les pegue algo de su magnetismo sobre las masas, y el síndico y nueva vez aspirante hace lo correcto al dejarles que sean parte de su corte.
Es sencillo, la condición universal para que un político arrastre a las masas es que en sí mismo constituya una promesa de poder. Por eso todos caminan con Juan de los Santos.
2009-08-14 13:28:01