Opiniones

EL TIRO RAPIDO

Mario Rivadulla

Jueves 14,08,09

Dicen que después de la tormenta, viene la calma. También que cuando más negra es la noche más cerca está el amanecer.

Después de la agresión sufrida por el director del hospital Moscoso Puello y de la posterior y casi inmediata cancelación de los médicos y las enfermeras acusados de esa acción, todo parecía indicar que se produciría la extensión de la huelga en los hospitales y la agudización del conflicto entre la directiva del gremio profesional y las autoridades de Salud Pública.

Por suerte no ha ocurrido así. Al contrario, el aumento de la tensión condujo a la sensata y oportuna intervención de dos prestigiosos profesionales de la Medicina no involucrados en el movimiento pero preocupados por sus consecuencias. El neurocirujano José Joaquín Puello y el psiquiatra César Mella lograron aquietar los ánimos en la directiva médica, que se levantase la huelga y se aceptara la mediación de monseñor Agripino Núñez Collado para tratar de buscar una salida a la crisis.

La experiencia y tenacidad en estos delicados menesteres de que ha hecho gala el Rector de la Madre y Maestra en conflictos de la más diversa naturaleza en los que, por lo general, ha sido exitosa su intervención, le han ganado el justo reconocimiento como mediador por excelencia. Sin dudas, es la suya la mejor escogencia para tratar de arribar a un conveniente entendido que normalice la prestación de servicios en los hospitales públicos y del Seguro Social.

Obvio que no bastarán sus habilidades si las partes en conflicto no hacen demostración de un auténtico y sincero deseo de llegar a un arreglo razonable y ajustado a la realidad. En el último año y medio, la directiva médica ha promovido quince paros hospitalarios y protagonizado diferentes y sonados incidentes sin haber logrado ningún resultado práctico. En cada una de esas suspensiones de los vitales servicios que prestan los pacientes pobres que son los que acuden al sistema estatal de salud, han tenido que pagar el precio de una disputa de la que no son responsables sino las víctimas inocentes.

De esperar que se logre el arreglo. Que monseñor Agripino sume un nuevo logro a su extenso rosario como mediador, los médicos queden satisfechos y los hospitales reabran sus puertas y atenciones a esos cuatro o más millones de dominicanos que no tienen otro asidero de salud.

Pero mirando un poco más allá del horizonte, deseable que haya una reconsideración total de la política de salud del país donde al paciente se le valide su condición esencial de eje del mismo, estableciéndose las normas y mecanismos requeridos para que en el futuro, no se vuelva a ver privado por ninguna razón de las prestaciones a que tiene derecho y cuyo otorgamiento es obligación compartida del Estado y de todos los agentes que integran sistema sanitario nacional.

TELEDEBATE. Telefuturo, Canal 23. ?teledebate(a)hotmail.com?

2009-08-14 14:01:49