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PEQUEÑEZ Y TRIUNFO EN PRIMERA VUELTA
Oscar López Reyes
Acogiéndose a la emergente tendencia del nanomundo y al proverbio etíope que reza que cuando las arañas se unen, pueden amarrar incluso a un león, en los comicios del 5 de julio/2020, el Partido Revolucionario Moderno (PRM) pactó estratégicamente con seis agrupaciones menudas, y abrazó la victoria en primera vuelta. El binomio pequeñez-unidad rotuló la diferencia, simbolizada en un 3.81%.
Nuevamente se demostró que, como ley de vida, la unión en la diversidad encasqueta fortaleza, enrumba hacia el triunfo y confiere el poder, porque, como glosó el versátil escritor japonés Ryunosuke Satoro (1892-1927), «individualmente, somos una gota de agua. Juntos, somos un océano». Y ese estrechamiento -hombro con hombro-, la cohesión abriga esperanza y propicia la paz.
Amparado en la Ley 33-18, de Partidos, Agrupaciones y Movimientos Políticos, que facilita que dos o más partidos participen conjuntamente en uno o más niveles de elección y en una o más demarcaciones electorales, el PRM compactó novedosos y laberínticos enlaces macroscópicos y microscópicos sin precedentes.
En el horizonte nacional, el antiguo partido de Juan Isidro Jiménes Grullón y José Rafael Abinader sacó un millón 998 mil 407 votos, para un 48.70% y con el acoplamiento con 6 agrupaciones: Dominicanos por el Cambio, Humanista Dominicano, Frente Amplio, País Posible, Revolucionario Social Cristiano y Alianza por la Democracia remontó la barrera de 52.51%, para dar el banderazo en la ronda primaria.
Cuadro Núm. 1
Esa amalgama no sólo realza en el vértice cuantitativo, sino también en el cualitativo, por su prosapia ético-moral y su trayectoria histórica. Basta mencionar la presencia de Rafael Gamundi Cordero (una gloria democrático-nacionalista ahora en el partido del Toro de Hatuey Decamps); los viejos robles izquierdistas Fidel Santana e Higinio Báez del Frente Amplio/MPD), y el ejemplo de rectitud de Eduardo Estrella (Dominicanos por el Cambio).
La organización del candidato Luis Abinader Corona comprometió la sumatoria exclusivamente en el plano senatorial con la Fuerza del Pueblo del ex presidente Leonel Fernández que, a su vez, se adhirió a cinco tradicionales colectividades políticas (PRSC, BIS, PUN, PQDC y FNP), interpretando bien el proverbio africano de que «si quieres llegar rápido, ve solo. Si quieres llegar lejos, ve acompañado».
Como una cola en el vasto concierto comicial, el PRM también ensambló una liga senatorial parcial con Alianza País, que en esta cámara no sacó ninguno, aunque sí dos diputados.
Cuadro Núm. 2
La Fuerza del Pueblo obtuvo 233 mil 538 votos, que representa el 5.69, para colocarse en un tercer paraje del espectro electoral nacional, desplazando de ese ranking al PRD-PRSC. Esos descendientes coligados (oscilaron entre 1.80% y un 0.20%) alcanzaron el 3.21% y cinco curules.
El PLD siguió enhebrado con ocho agrupaciones (PRD, PCR, MODA, PPC, UDC, PAL, PDP y PRI), replicando la cita de J. K. Rowling (Reino Unido, 1965), la autora de la serie de libros Harry Potter, de que «Seremos tan fuertes como unidos estemos, y tan débiles como lo divididos que estemos».
Cuadro Núm. 3
El PLD acumuló un 32.97% y sus correligionarios un 4.46%, para un 37.46%, bajando de un primer a un segundo escalón en la escuadra del escrutinio nacional.
Tres candidatos presidenciales asistieron solos: Alianza País, que consiguió un 1.29%; el Partido Demócrata Institucional recibió 0.08% y el Partido Nacional Voluntad Ciudadana, también 0.08%. No es despreciable la célebre frase de Esopo (620-560 A.C.), popular escritor fabulista de la antigua Grecia: «La unión nos hace tan fuertes, como débiles la desunión».
Cuadro Núm. 4
Veinte partidos: AlPaís, PDI y el PNVC; DxC, FA, PHD, PRSD, ADP, PP, PUN, PQDC, FNP, PCR, MODA, PPC, UDC, PAL, PDP, BIS y PRI, perdieron su personería jurídica, conforme al artículo 75 de la Ley 33-18 de Partidos, Agrupaciones y Movimientos Políticos, por «no haber obtenido por lo menos un uno por ciento (1%) de los votos válidos emitidos en las últimas elecciones nacionales».
El certamen del 5 de julio/2020 evidenció que las cosas pequeñas se convierten en grandes, y que las de corta dimensión se vuelven populares: pequeño mundo, el mundo es pequeño, pequeña verdad, pequeño amor, pequeño busturí y pequeña cápsula. Son pequeños/grandes los átomos, las células y las moléculas, y la tendencia universal imponente columpia hacia la miniaturización: nanotecnología/nanobot, mecánica cuántica y nanomundo.
La unidad con los pequeños en la referida contienda surtió los siguientes frutos sin precedentes:
1.- El PRM-Luis Rodolfo Abinader Corona se montó, con los votos aliados, en la Presidencia de la República en la ronda inicial.
2.- El PRM compendió 19 de los 32 senadores (59%) y 98 de los 190 (51%) diputados, más otro de un enlazado, rompiendo el monopolio congresual del PLD y abriendo las compuertas para el equilibrio legislativo.
3.- El PRM pasó a la casilla número uno de la boleta electoral.
4.- Al pasar al primer lugar, el PRM tiene la mayoría de votos para designar a los miembros de la Junta Central Electoral, la Cámara de Cuentas, el Defensor del Pueblo y los jueces del Tribunal Constitucional, la Suprema Corte de Justicia y el Tribunal Superior Electoral, estos tres últimos a través del Consejo Nacional de la Magistratura.
5.- Los pequeños aliados victoriosos lograron una porción del pastel de los poderes Ejecutivo y Legislativo. Por ese pírrico y decisivo 3.81%, el PRM cedió a seis congregaciones políticas senadurías, diputaciones y puestos en la administración pública.
6.- Por el impacto de esas alianzas, tres partidos (PRM, PLD y Fuerza del Pueblo) cogieron más del 5% de los votos emitidos, por lo que entre ellos será distribuido el 80% de los recursos financieros provenientes del Estado , conforme la Ley 33-18 de partidos, agrupaciones y movimientos políticos.
7.- Cinco (PRM, PLD, FP, PRD y PRSC) de los 25 partidos en liza mantuvieron su personería jurídica, porque alcanzaron más del uno por ciento establecido en la antes citada disposición legal, y entre los dos últimos (PRD y PRSC) será repartido el 12% de los recursos.
Como vemos, poseer una franquicia electoral con una agrupación diminuta cuenta para empujar a los fuertes hacia el triunfo, con una recompensa muchas veces más ancha que los aportes cuantitativos. Además, allana la pista para ordeñar al Estado, en una ganancia por partida doble. Con esas licencias, políticos sin principios ni escrúpulos merodean parasitariamente en la administración pública (algunos también pillan), y peatonan como príncipes con tesoros depositados en instituciones bancarias.
En el estuche de esa bandeja de oro, vocean, voz en cuello: preferimos ser cabezas de ratón, antes que cola del león.
2020-07-28 20:48:49