Jimmy Rosario Bernard*
La privacidad es un derecho humano fundamental reconocido por la ONU y otros tratados internacionales y regionales. En 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó y proclamó este derecho a la privacidad en el Artículo 12 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que establece que: «Nadie será sometido a injerencias arbitrarias en su privacidad, familia, domicilio o correspondencia, Ni a los ataques sobre su honor y reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales interferencias o ataques
Según el diccionario de Oxford, la privacidad es un «estado en el que otras personas no son observadas o perturbadas». Edward Bloustein, la define en su escrito, «La privacidad como un aspecto de la dignidad humana», como un interés de la personalidad humana. Protege la personalidad inviolable, la independencia, la dignidad y la integridad del individuo. Y es que las preocupaciones sobre la privacidad remontan a vecinos entrometidos y chismes de patios. Más recientemente, debido a una amplia preocupación por la seguridad en la mayoría de los países, teniendo sus ciudadanos que lidiar incluso, con la interferencia del estado en sus vidas personales.
Cuando se creó en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, el derecho a la privacidad, las instituciones estatales protegieron solo aspectos de la intimidad, como la inviolabilidad del hogar y la correspondencia, en esos momentos, no contábamos con los avances en la tecnológicos actuales, el desarrollo de equipos sofisticados y la dependencia y adicción en muchos casos, a la forma despreocupada e ignorante de considerables usuarios de esta, representando actualmente, la mayor amenaza para la privacidad.
El año 2017, fue el primero en la historia, en que la cantidad de dispositivos conectados a internet superó a los seres humanos en el planeta. Somos una sociedad «bien conectada y bien necesitada a la tecnología», y existen una cantidad asombrosa de sistemas que utilizan y comparten datos constantemente, la mayoría de los cuales son creados y supervisados por individuos.
Así mismo, podemos resaltar, que los datos e información de identificación personal se han convertido en productos populares para los delincuentes cibernéticos. De hecho, se espera que los costos de daños por delitos cibernéticos alcancen los 6 billones de dólares anuales para 2021, y las organizaciones tendrán que lidiar con el aumento de los costos de seguridad y capacitación para ayudar a mantener segura toda la información personal que recopilan. Además, se espera que los ataques a individuos aumenten a más de 6 mil millones por año para el año 2022. Lo que esto significa es que su información de identificación personal y los datos que comparte en línea son ahora el elemento número uno y más específico durante un incidente de seguridad cibernético.
Estamos viviendo en una era donde los datos son más valiosos que cualquier otra cosa. Las empresas están empeñadas y haciendo todo lo posible para recopilar y comprender cada gramo de dato que generamos, mientras que nosotros, como usuarios finales, nos hemos acostumbrado a esto. Revisamos brevemente los términos y condiciones de cada servicio que utilizamos y disfrutamos de la comodidad absoluta que brinda nuestro negocio favorito al saber más de nosotros que de nosotros mismos, violando en ocasiones nuestro derecho fundamental a la privacidad.
*Perfil del Autor
Catedrático universitario, investigador, doctorando en Ingeniería Informática por la UPSAM de España, experto en Cybercrimen Forensic Investigator y Certified Network Defense Professional (Ethical Hacking). Ha publicado numerosos artículos y trabajos de investigaciones en revistas científicas e indexadas y en congresos nacionales e internacionales. Es Director del Instituto Global de Educación a Distancia (IGED), productor y conductor del programa radial, Endigitos, transmitido en vivo los sábados de 2:00 a 3:00 pm, por Zol FM 106.5.
Jimmy Rosario
jimmyrosario@gmail.com
2019-03-07 18:37:42