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RESTAURACIÓN, LOMA DE CABRERA Y CAPOTILLO, EN LOS CONFINES DEL PAÍS

El Monumento que honra la memoria de los próceres del Grito de Capotillo, el 16 de agosto de 1863.

POR TEÓFILO LAPPOT ROBLES

Municipio Restauración

El nombre de Restauración fue puesto a ese municipio en honra a la acción patriótica que devolvió la soberanía al pueblo dominicano, después de la Anexión a España.

En esa zona, ubicada en los inicios de la Cordillera Central, en territorio dominicano, ocurrieron algunos de los principales hechos que permitieron a los patriotas derrotar al poderoso ejército español y a sus servidores serviles criollos.

Antes de ser bautizado con ese nombre se le conocía como la Sección Gurabo, de la entonces Común de Dajabón.

El cambio de nombre se produjo el 23 de junio de 1892, con la emisión para tales fines del Decreto 3192. En la ocasión ese territorio histórico no fue elevado de categoría, sino que siguió siendo una Sección.1

La condición de Común (ahora Municipio) se le otorgó a Restauración mediante decisión de la Reforma que el 14 de junio de 1907 se le hizo a la Constitución de la República. Quedó entonces como parte de la provincia Montecristi, en virtud del artículo 79 de dicha Carta Magna, la cual fue promulgada el 9 de septiembre del referido año.2

Producción agrícola: pasada y presente

Las informaciones que reposan en la valiosa bibliografía dominicana de principios del siglo XX recogen datos tan interesantes sobre los pueblos situados en el lado oriental del río Masacre o Dajabón, como los siguientes divulgados en el año 1907:

«La villa de Restauración, antiguamente denominada Gurabo, tiene excelentes terrenos propicios al desarrollo de la agricultura y de la pecuaria, y consta de 3,000 habitantes. El Cantón tiene las aldeas de Buya y Gurabo.» Se consignó que para el año 1907 el jefe de ese entonces Cantón era Raúl García, el Alcalde Constitucional lo era Ramón María Puello, el Oficial Civil se llamaba Fernando Richardson y como Agente de Correos fungía Francisco Camejo.3

Los cambios climáticos, la depredación de la foresta y otros factores medio ambientales hace tiempo que le quitaron la calidad de excelentes a la tierra de Restauración, aunque la misma aún es capaz de producir alimentos, con la ayuda de técnicas modernas. Se observa en su parte rural (donde vive la mayoría de sus moradores) sembradíos de maíz, yuca, ñame, yautía, guineos y frutas como aguacate, zapote y naranja; así como también hay allí una pequeña ganadería lechera.

Todavía tiene áreas boscosas de coníferas, especialmente del pino criollo, de madera codiciada para la fabricación de muebles. Otros árboles también forman parte de su riqueza forestal.

Demografía de Restauración

Si se observa la población de 3,000 habitantes que tenía la comunidad de Restauración hace más de cien años con los poco más de 7,000 que tiene ahora hay que concluir que su crecimiento poblacional ha sido lento. Múltiples son las razones para ello sea así. El descuido y la indiferencia de los gobiernos nacionales son claves para entender esa realidad. Su lejanía de los principales núcleos urbanos crea una marcada dejación de las funciones gubernamentales.

Dicho lo anterior a pesar de que el artículo 10 de la Constitución de la República dispone, entre otras cosas, que: «Se declara de supremo y permanente interés nacional la seguridad, el desarrollo económico, social y turístico de la Zona Fronteriza, su integración vial, comunicacional y productiva…»4

Antes del Tratado de Basilea

Los registros históricos consignan que antes del tratado de Basilea del 1795 en esa comunidad, entonces conocida como Gurabo, hubo fuertes enfrentamientos entre tropas de los otrora imperios español, inglés y francés, los cuales se disputaban el dominio de varios territorios del Caribe.

El brigadier español Cabrera, atrapado en la comunidad de Bánica, en la orilla oriental del río Artibonito, tuvo que huir a marcha forzada por trillos del valle conocido como La Miel. Al llegar a la tierra que hoy es Restauración afincó allí sus fuerzas de más de mil hombres, muchos enfermos y todos fatigados pero sin ánimos de rendirse. Desde ese lugar prosiguió a Dajabón, donde llegó el 28 de agosto del referido año.

Antes y después de La Restauración

Mientras estuvo en Haití José Cabrera, junto a su lugarteniente Pablo Reyes, hizo varias incursiones bélicas en la entonces Sección Gurabo. A pesar de su limitada potencia de tiro sus armas mantuvieron en zozobra a los anexionistas que copaban la zona, manteniendo así con vida el aliento redentor de los combatientes restauradores que se movían en las faldas y picos de los abundantes cerros de esa parte del país.

Fue la constante incursión de los patriotas dominicanos por esos contornos fronterizos, entre otros motivos, lo que llevó al Capitán General y Gobernador neocolonial español Felipe Rivero a despachar una comunicación a la Corona de España en la cual decía, a principios de 1863, entre otras cosas, lo siguiente:

«La revolución es inminente y será terrible». De inmediato reclamaba a sus superiores del otro lado del Océano Atlántico el urgente envío de armas y refuerzos de combatientes.5

El terror cundía en los dirigentes anexionistas. Otras muchas comunicaciones del referido gerifalte español, con tenor parecido, constan en los archivos coloniales, tanto del país como de Cuba.

Basta leer la misiva del 3 de junio de 1863, firmada por Rivero, aprobando una inicua sentencia de una Comisión Militar que establecía fuertes y diversos castigos, incluyendo «pasar por las armas» a los patriotas dominicanos Benito Monción, Victorino Cordero, Juan Álvarez, Alejandro Bueno, Justo Carrasco y otros.

Para varios restauradores hubo en la ocasión largos castigos de prisión, en algunos casos de por vida, los cuales el mencionado Capitán General Rivero precisaba que: «deberán extinguir la de cadena perpetua en el presidio de Ceuta». Ceuta es un enclave español en el norte de África, en territorio de Marruecos, lo que da una idea de la gran carga de sevicia con que actuaban ciertas autoridades españolas.6

El Duque de Tabara en los bohíos fronterizos

Hasta los bohíos del antiguo Gurabo, luego Restauración (y de otros pueblos fronterizos) llegaban los ecos ( por transmisión de boca a boca) de la proclama que en apariencia contra la Anexión de República Dominicana a España lanzó desde Puerto Príncipe, el 6 de abril de 1861, el entonces presidente haitiano Fabré Geffrard, alias El Duque de Tabara.7

Muchos historiadores, especialmente de Haití, han tergiversado los verdaderos propósitos del referido gobernante. Por diferentes razones, de ambos lados fronterizos han pretendido presentar a esa figura de la historia haitiana como un gran solidario con el pueblo dominicano.

Eso no es cierto. Una lectura a fondo de sus proclamas y movimientos posteriores a la Anexión de la República Dominicana a la Corona Española demuestran que Gefrard lo que defendía era lo suyo, no lo nuestro. Lo demás es cuento e historieta novelada, que no soportan un análisis riguroso, con el escalpelo de la verdad.

Para demostrar que Gefrard, el llamado Duque de Tabara, no actuaba con solidaridad hacia los dominicanos basta conocer los detalles de las tratativas llevadas a cabo por él y el General La Gándara, al éste último descubrir la especie de papel liquidacionista que desde el 16 de septiembre del 1864 llevaba a cabo desde Madrid al influyente general valenciano Ramón María Narváez Campos, llamado El Espadón de Loja, cuando la anexión ya estaba técnicamente derrotada.

Pruebas elocuentes de lo anterior fueron las visitas a Puerto Príncipe del coronel Van Halen y los encuentros que con mensajeros del mandatario haitiano sostuvo el coronel Velasco en Cabo Haitiano, por órdenes de La Gándara; así como los constantes viajes del coronel Ernesto Roumain y el señor Doucet a la ciudad de Santiago de los Caballeros, estos últimos como emisarios del referido gobernante del país vecino. 8

Llegó un momento en que la simulación de Gefrard no pudo maquillarse más y comenzó a golpear a sus propios partidarios que osaban ayudar a los dominicanos.

El historiador Jacinto Gimbernard, con informaciones bien depuradas, se refirió a la ayuda proveniente del pueblo haitiano, puntualizando que «también colaboraban algunos servidores de Geffrard, entre los cuales se encontraba el General Thiresias Simón Sam, a quien destituyó de su cargo de Jefe de Fronteras por haberse comprobado que sostenía correspondencia con los restauradores dominicanos.»9

Municipio Loma de Cabrera

El hoy municipio de Loma de Cabrera, situado en la zona de influencia del río Dajabón o Masacre, era conocido en sus orígenes con el topónimo de Loma, tal vez para estar en consonancia con su orografía, pues está ubicado en su totalidad territorial en las ondulaciones de la Cordillera Central.

El caserío de Loma estaba integrado por una escasa población que se cobijaba bajo simples ranchos diseminados en lo que luego se delimitaría en un área de 241 kilómetros cuadrados, cuando se le dio la condición de municipio. Desde entonces El Salto ha sido un lugar hídrico de deleite para nativos y visitantes de esa zona situada en los confines del país.

Esa aldea posteriormente pasó a ser conocida con el apellido del gran patriota restaurador José Cabrera Gómez, el cual desarrolló desde ese territorio parte de su extensa jornada épica para devolver la soberanía conculcada al pueblo dominicano.

En el año 1939, mediante la Ley 1521, Loma de Cabrera fue declarada común, haciendo parte de la provincia Dajabón.10

Luego se le integrarían al Municipio de Loma de Cabrera, en calidad de Distritos Municipales, las comunidades de Capotillo y Santiago de la Cruz.

Loma de Cabrera es un municipio dinámico, con un gran movimiento económico, por tener una agricultura activa y una ganadería de leche y carne en auge, a pesar de que los pequeños ganaderos son víctimas frecuente de la práctica del abigeato, que se hace más propicia por la cercanía con Haití, donde muchos han hecho del cuatrerismo su ilícito modo de subsistencia.

Loma antes del Grito de Capotillo

Antes del glorioso y triunfal grito de Capotillo, los patriotas que se encontraban de aquel lado del río Masacre penetraban con frecuencia a su tierra natal. En Loma de Cabrera, entonces solo conocida como Loma, se enfrentaron varias veces en combates desiguales con las tropas anexionistas dirigidas por el vesánico coronel Campillo, que tenía su puesto de mando allí, antes de trasladarlo a Dajabón, y provocar en esa zona fronteriza pavorosos incendios de casi 200 casas, incluyendo pequeñas comarcas que fueron arrasadas por completo.

Al analizar la hoja de servicios de Campillo en Loma de Cabrera, Capotillo, Restauración, Corral Grande, Santiago de la Cruz, El Corozo y otros puntos del Noroeste del país se comprueba que no era un combatiente per se, sino un matón con tropas bajo su mando. Sus crímenes, negativos y perversos por sus orígenes viciosos, permiten describirlo como un personaje despiadado. Por eso está en el zafacón de la historia.

Un personaje ilustre en el cementerio de Loma de Cabrera

En el camposanto de Loma de Cabrera descansan los restos mortales del brillante intelectual Rafael Díaz Niese. Yace en ese humilde lugar por su propia petición. Ese culto dominicano nació en el 1897 y falleció a los 53 años de edad, en el 1950. Fue, entre muchas cosas, uno de los más asiduos colaboradores de la revista Cuadernos Dominicanos de Cultura, creada en septiembre de 1943, y convertida en el refugio de aquellos que, poseyendo «grandes palpitaciones culturales», tenían vedado el acceso a los grupos exclusivistas de una parte reducida y empingorotada de la sociedad dominicana de entonces.

De Díaz Niese, el ilustre difunto puertoplateño que reposa en el cementerio de Loma de Cabrera, una cumbre de la cultura dominicana, Mariano Lebrón Saviñón, escribió lo siguiente:

«Rafael Díaz Niese, médico siquiatra de gran cultura, quien se distinguió como crítico de arte, publicando en la revista algunos ensayos enjundiosos…publicó La alfarería indígena y Paul Valery. Fue el primer Director de la Dirección General de Bellas Artes…de formación europea y políglota, se le recuerda con reverente admiración.»11

Capotillo antes de la Independencia Dominicana

Luego de que el 13 de mayo del 1843 se produjera la renuncia forzada de Jean Pierre Boyer ante el Senado de Haití, dando paso al General Charles Hérard, que era el jefe del movimiento Praslin, conocido como la Reforma, se pensó que la situación de ocupación de la República Dominicana por parte de Haití cambiaría, pero no fue así.

La invasión dirigida en el 1844 por los curtidos generales haitianos Pierrot y Hérard demostró que la idea anidada en la cúpula cívica-militar haitiana pretendía perpetuarse en el dominio que desde el año 1822 tenía sobre lo que luego sería la República Dominicana.

Desde ese entonces comenzó el territorio de Capotillo a tener un papel en las luchas armadas del pueblo dominicano contra los invasores haitianos. Santiago Rodríguez, con apenas un par de docenas de combatientes, se enfrentó a más de mil «jenízaros» del oeste de la isla en los desiguales combates de Capotillo y el lugar entonces conocido como Las Pocilgas.

Santiago Rodríguez demostró su bravura en Capotillo, desde antes de proclamarse la Independencia Nacional. Sus dotes de gran estratega militar comenzaba a llamar la atención, a pesar de que por razones personales hubo malquerencias entre él y otros adalides de futuras jornadas patrióticas, tal y como ocurrió con Benito Monción, su antiguo empleado en una de sus haciendas noroestanas.12

Capotillo antes del 16 de Agosto de 1863

Luego de producirse la Anexión a España Capotillo y otros pueblos de la Línea Noroestes fueron teatro de enfrentamientos de los patriotas dominicanos con las tropas de ocupación.

Hubo altas y bajas, especialmente al principio de la contienda bélica, cuando los anexionistas contaban con grandes ventajas tácticas y los restauradores todavía no habían establecido, como sí hicieron luego, una metodología para la guerra popular que daría al traste con la hegemonía de los españoles y sus compinches criollos, quienes actuaban con la típica traición de los vendepatria.

Los hechos que fueron ocurriendo en Capotillo, desde el mismo año 1861 hasta la derrota vergonzosa de las tropas de la Corona de España, echa por la borda lo dicho por un historiador militar del referido país ocupante, cuando refiriéndose a enfrentamientos armados producidos en mayo del 1863 mintió a borbotones, (y le pasó como a la carabina de Ambrosio, aquella a la que el tiro le salió por la culata) al decir que la insurrección restauradora:

«Venía urdida con toda premeditación, para que fácilmente se destruyera. Los más comprometidos se agruparon en su retirada, situándose en las cercanías de Dajabón y el punto llamado Capotillo…Era necesario ir a buscarlo allí…a castigar nuevamente a los ilusos.»13

Distrito Municipal de Capotillo

Capotillo es un Distrito Municipal del Municipio Loma de Cabrera, con el río Masacre desplazándose por su lado Norte, al Oeste colindando con Haití; al Este es limítrofe con Palo Colorado, un paraje de Loma de Cabrera, y al Sur termina donde comienza Mariano Cestero, una Sección del Municipio Restauración.

En el año 1928 el presidente de la República Horacio Vásquez ordenó la creación de una comunidad con categoría de Sección a piedemonte de donde se produjo el Grito histórico de Capotillo, que es parte sustantiva de la génesis de la Restauración de la República.

En esa condición se mantuvo hasta que el 26 de febrero del 2005 se promulgó la Ley 95-05, que transformó la entonces Sección en Distrito Municipal, para lo cual el Congreso Nacional invocó su «nivel de desarrollo extraordinario, tanto en su economía, como en su densidad poblacional…»14

En el Distrito Municipal de Capotillo, bañado por la historia restauradora, hay una considerable producción de yuca amarga para hacer casabe, pero también se producen arroz, yuca, mangos, café, maní, habichuela, aguacates y muchos otros productos extraídos de la tierra.

Entre los lugares que forman parte Capotillo, en virtud de la ley que le dio categoría de Distrito Municipal, están las Secciones Hipólito Billini y La Peñita Abajo, así como los Parajes El Junto, Alto de la Paloma, Valle Bonito, Tres Palmas y Chorro Bonito.

El Grito de Capotillo

Fue en Capotillo donde quedó sepultada para siempre, en el cieno de la mentira, la jactancia del último gobernador colonial español en el país, el tristemente célebre José De la Gándara Navarro, que con su espíritu retorcido y vidrioso había tildado a los dominicanos de esta falsa manera:

«vanidosos, egoístas, arbitrarios, inconstantes en sus decisiones, inobedientes, desinteresados de la política, sumisos a los déspotas de turno.»15

Monumento de Capotillo

La principal obra de infraestructura histórica de la Línea Noroeste es el monumento construído en el 1986 al pie del Cerro de Capotillo, con el cual se honra a los héroes que allí lanzaron un grito estentóreo de libertad el 16 de agosto de 1863, y con ellos a todo el pueblo dominicano en armas que enfrentó a un poderoso ejército invasor en la Guerra Restauradora. Esa construcción con carácter escultórico es majestuosa, como lo fue la proeza que con ella se resalta.

Algunas opiniones sobre el coraje de los 14 de Capotillo

Así quedó narrado por un ilustre historiador dominicano, para las futuras generaciones, el épico hecho iniciado en Capotillo, cuando catorce héroes, incluyendo a un corneta de origen español, decidieron intentar de nuevo ( con éxito) liberar a la República Dominicana:

«Brilló por fin el caliente sol del día 15 de agosto, y se reunieron en La Visite, cerca de Juana Méndez, los catorce patriotas que en esa misma noche atravesaron la frontera…Tomaron posesión del cerro de Capotillo Español durante la noche, izaron la bandera que había cosido con sus propias manos el maestro sastre y activo agitador Huberto Marsán, y aguardaron que el sol se anunciara por oriente para hacer vibrar los parches bélicos y las trompetas del honor, en la diana histórica que había de repetirse desde entonces cada mañana para siempre.»16

José Gabriel García, al resaltar la importancia del cerro de Capotillo en la historia nacional, puntualiza que: «Generalmente se cuenta desde el 11 de julio de 1865, día en que los españoles abandonaron por completo el territorio dominicano; pero habría más precisión en comenzar a contarlo desde el 16 de agosto de 1863, que fue cuando principió en Capotillo la Guerra de la Restauración.»17

Una figura de mucha importancia en el pasado dominicano, Casimiro N. de Moya, al referirse a lo ocurrido en Capotillo el 16 de agosto de 1863 dejó escrito que los patriotas dominicanos estaban reunidos en Capotillo francés desde donde partieron para el «Capotillo español proclamando la restauración de la República, acto que se verificó sin oposición ninguna, porque en ese momento no había allí tropa que pudiese hacérsela.»18

Sobre lo que surgió en Capotillo escribió una décima el célebre poeta popular Juan Antonio Alix, cuya tercera estrofa dice: «Las cornetas y tambores/por las calles tocarán/el muy alegre aiayanyán,/cuyayas y otros primores,/»vivan los Restauradores»,/dirán todos a Monción,/Rodríguez, Cabrera, Gatón, a Pimentel y Pepillo,/los héroes de Capotillo:»Viva la Restauración!»19

Generales Buceta y Noël en torno a Capotillo

El 16 de agosto de 1863 el general Manuel Buceta del Villar fue sorprendido por los acontecimientos de gran envergadura histórica que se estaban desarrollando desde el cerro de Capotillo, donde no hubo combate porque los anexionistas no aparecieron ni allí ni en sus contornos.

El jefe de la línea fronteriza haitiana, general Philantrope Noël, jugó un papel importante en el embobamiento del temible jefe militar español, a quien en clave de añagaza le vendió la idea de que los movimientos por la zona de Mont Organisé, Mallerie, Marquis Mara, Chevalier y otras aldeas haitianas cercanas correspondían a la milicia haitiana persiguiendo a contrabandistas.

El Oeste del Masacre en los aprestos restauradores

Lo cierto es que lo que ahora son los Departamentos Nordeste y Central de Haití fueron el escenario geográfico utilizado por los restauradores para reorganizarse, luego del fracaso de las primeras incursiones contra la Anexión, en la cual perdieron la vida a traición Sánchez y decenas de otros patriotas dominicanos.

El martiniqueño de origen francés Médéric Louis Élie Moreau de Saint-Méry aportó significativa información sobre una parte del aludido territorio del vecino país, en su monumental obra titulada Descripción topográfica, física, civil, política e histórica de la parte francesa de la isla de Santo Domingo, terminada en 1789, después de 14 años de ardua investigación. Dicha obra consta de dos tomos, en su traducción al español.

Específicamente en la página 129 del tomo I de la referida descripción Moreau de Saint-Méry se refiere a pueblos y lugares como Ouanaminthe, Fort-Dauphin, el paso Dépé, Morne Organisé, la cima del Morne Chapelle y otros sitios vinculados con los movimientos de los patriotas dominicanos que desde Haití organizaban la lucha para derrotar y expulsar a los anexionistas, como en efecto ocurrió.20

Desde un campo de Capotillo hacia la libertad

Si bien fue cierto que en el Cerro de Capotillo no hubo combates el 16 de agosto de 1863, como ha quedado demostrado, a pesar de los muchos flecos sueltos contrarios que al respecto se han esparcidos, no menos cierto fue que desde un paraje cercano, llamado David, partieron en ese histórico día a liberar la Patria, a costa de sus propias vidas, decenas de valientes dominicanos.

José Cabrera y Santiago Rodríguez fueron al frente de ochenta combatientes, en dirección a Sabaneta. El aguerrido Benito Monción tomó la ruta de Guayubín con más de 30 hombres bajos las armas y el General Pimentel, también rodeado de restauradores, presentó batalla victoriosa a los anexionistas en el Paso de Macabón. Esos tres frentes de guerra hicieron honor a la clarinada de Capotillo.

No menos significativo fue el hecho de que la gesta iniciada en el Cerro de Capotillo provocó que las tropas anexionistas acantonadas en esa zona del país se llenaran de pavor, especialmente por el escape vergonzoso del brigadier Buceta y la ineficacia militar del traidor criollo general Antonio Abad Alfau, quien suplía la ausencia de aquel.

Así reza la verdad histórica: «El comandante del batallón español de San Quintín que había dejado Buceta, salió huyendo hacia Haití sin disparar un solo tiro.»21

El vertiginoso torbellino patriótico surgido en Capotillo, el 16 de agosto de 1863 fue tan grande que provocó no sólo la derrota militar de los anexionistas, sino que también puso en evidencia (para escarnio de los foráneos) la que se creía era la dignidad personal de sus más altos jerarcas, como el brigadier Buceta y el coronel Cappa, quienes luego de capitular en Santiago renegaron de sus propias firmas, en un acto de deshonor militar. Así lo confirman las cartas cruzadas entre Fray Charbonneaux, cura vicario en Santiago, y el cónsul inglés en Santo Domingo Martin Hood y de éste con el conde John Rusell, a la sazón jefe de la Cancillería Británica.22

Bibliografía:

1-Decreto No.3192.Bloque de Leyes, Decretos y Resoluciones del año 1892.

2-Carta Magna, promulgada el 9 de agosto del año 1907.La Constitución Dominicana y sus Reformas (1844-2010).Tomo I. Editado por el Tribunal Constitucional. Impresora Búho,2014.páginas 571-608.

3-La República Dominicana.Directorio y Guía General.Tercera edición facsimilar, impresora Búho, 2003. Segunda Parte.P266.Enrique Deschamps.

4-Constitución de la República, artículo 10.

5-Colección de comunicaciones del Capitán General y Gobernador Felipe Rivero,1863.

6-Los Alzamientos de Guayubín, Sabaneta y Montecristi.AGN.Editora Centenario,2014.Pp,313,314 y 315.José M. Abreu Cardet y Elia Sintes Gómez.

7- La República de Haiti y La República Dominicana. Tomo II.Cuarta edición facsimilar.Editora Taller,2000.Pp630-633. Jean Price-Mars.

8- Notas Autobiográficas y Apuntes Históricos.Tomo I. Editora Santo Domingo,1974.Pp268 y 269.Gregorio Luperón.

9-Historia de Santo Domingo.Editora Cultural Dominicana.Quinta edición,1974.P290. Jacinto Gimbernard.

10-Ley No.1521, 1 de enero de 1939.Bloque de Leyes del año 1939.

11-Historia de la Cultura Dominicana.Impresora Amigo del Hogar,2016.Pp 643,789 y 958.Mariano Lebrón Saviñón.

12-De Capotillo a Santiago. Memorias. Benito Monción.

13-Historia de la Dominación y última guerra de España en Santo Domingo.Editora Santo Domingo,1974.P107.Ramón González Tablas.

14-Ley No.95-05, promulgada el 26 de febrero del 2005.Bloque de Leyes del año 2005.

15-Anexión y Guerra en Santo Domingo.Publicado por primera vez en Madrid, 1884.José De la Gándara Navarro.

16-Historia de la Restauración. Editora Taller, quinta edición, 1987.P66.Pedro M. Archambault.

17-Obras Completas, volumen 4.Impresora Amigo del Hogar,2016.P36. José Gabriel García.

18-Guerra de Restauración. Casimiro N. de Moya.

19-¡Viva el 16 de Agosto! ¡Viva la Restauración!». Juan Antonio Alix. Inserto en el libro Escritos sobre la Restauración.Impresora Centenario,2002.Autoría colectiva.

20-Descripción topográfica, física, civil, política e histórica de la parte francesa de la isla de Santo Domingo.Tomos I y II. Auspiciado por el AGN.Editora Centenario, primera edición,2017. Médéric Louis Élie Moreau de Saint-Méry.

21-Historia del Pueblo Dominicano.Séptima edición,Impresora Mediabyte,2008.P273. Franklin Franco Pichardo.

22-Correspondencia consular inglesa sobre la Anexión de Santo Domingo a España. Patrocinado por el AGN. Editora Búho, 2012.Pp288,289 y 290.Roberto Marte. (Diariodominicano.com 9 de agosto de 2019)

2019-08-13 20:07:15