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EL MISTERIO DE LA SANTA NATIVIDAD

COMPARTIENDO DIÁLOGOS CONMIGO MISMO

EL MISTERIO DE LA SANTA NATIVIDAD

DIOS MISMO VINO A VIVIR CON NOSOTROS: Bajo la debilidad e inocencia de un angelito, el Todopoderoso se acerca a nuestro corazón, para que nazca también en nuestra vida y la renueve, la alumbre de versos y la transforme con su verdad, en un “ahora” sin ocaso. Sólo hay que observar el recogimiento de María, la mujer que tuvo la valentía de fiarse del Anuncio; y, a José, el hombre fiel y justo, que prefirió creer al Señor, en lugar de escuchar las voces mundanas.

I.- LA MÍSTICA GOZOSA DE LA NAVIDAD

En la noche de la buena noche,

una estrella nos llama y llamea,

irradia y entona en mil tonadas;

tonadas que el sigilo enaltece,

y el espíritu celestial glorifica.

El cielo se incorpora a la tierra,

todo es alegría a pesar de todo,

a pesar de la avaricia humana,

que lo confunde e infunde mal,

porque nos ha nacido el sostén.

La venida de nuestro Salvador,

es la satisfacción más sublime,

es la gloria del verbo perenne; 

es la alegría de quien por amor,

se ha hecho similar a nosotros.

II.- LA NAVIDAD ES IRRADIACIÓN DE AMOR

Amor del Padre, que nos envía

a su unigénito Hijo aquí abajo,

para ofrecernos su misma vida;

el Enmanuel que se ha donado,

en la santa cruz para eximirnos.

Su admirable y amable Madre,

ya lo presiente en sus entrañas,

en el glacial pesebre de Belén;

pues en silencio vive el drama,

con su melodrama de alcances.

Será una lucha muy dolorosa;

pero el príncipe de la armonía,

con su estampa en el Gólgota,

hace que el amor reine activo,

y que nos alimente su llegada.

III.- LA PAZ EN LA CONTEMPLATIVA NAVIDEÑA

Bajo el revelado portal de Dios,

se eleva un llamamiento divino,

la evocación a la nueva alianza,

para que el mundo se fraternice,

reconciliando el estar con el ser.

Con tu hacer y tu obrar, María;

podremos descifrar el misterio,

al sentir como la luz verdadera,

que alumbra a todo ser humano,

es fuente inagotable de quietud.

Ayúdanos a ser gentes de bien,

asístenos en los vientos tensos,

secúndanos para reconocernos,

como el niño que está contigo,

silencioso en la niña de tus ojos.

  Víctor CORCOBA HERRERO

corcoba@telefonica.net

21 de diciembre de 2024.-