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Por Marnie Fiallo Gómez
La Habana (Prensa Latina) El dengue es una arbovirosis transmitida por el mosquito Aedes Aegypty que anualmente cobra vidas y enferma a muchas personas en el mundo. En lo que va de 2019 se han reportado más de dos millones de casos en las Américas.
El terrible insecto – transmisor además de zika, chikungunya y fiebre amarilla- se reproduce con facilidad en ambientes con basura, desechos sólidos y recipientes destapados que permiten la acumulación de agua.
De ahí que la Organización Mundial de Salud promueva estrategias de vigilancia antivectorial y sistemas de alerta ante los posibles brotes para buscar alternativas que reduzcan los casos, identificar los probables lugares de focos y las vías de diseminación del virus.
Otro aspecto de riesgo son las migraciones, los movimientos de turistas y de cualquier viajero que se traslada de un país a otro, pues si está infectado al ser picado puede iniciar un ciclo de propagación en el lugar al que llega.
Por eso, a pesar del esfuerzo de los gobiernos para evitar el contagio, ‘la transmisión del dengue en Suramérica y Centroamérica es intensa’, destacó a Prensa Latina el representante en Cuba de las organizaciones Mundial y Panamericana de la Salud, José Moya.
A propósito de su participación recientemente en el XVI Curso Internacional sobre dengue, zika y otros arbovirus emergentes, Moya apuntó que en la región de las Américas como el 70 por ciento de la población vive en condiciones propicias para la trasmisión del dengue, con tendencia al aumento.
Lo principal es identificar tempranamente los casos, facilitarles a las personas el acceso a los servicios sanitarios, así como que los médicos y población sepan reconocer a tiempo los signos de alarma que indican el agravamiento de la salud.
Estos signos pueden presentarse como dolor abdominal, hinchazón de los párpados, sangrado de encías y de la conjuntiva, edema, vómitos persistentes y frecuentes e irritabilidad.
Prevenir con el conocimiento
La transmisión del dengue va en aumento y urge que las personas conozcan los síntomas que definen la enfermedad para poder protegerse de las posibles complicaciones, comentó Prensa Latina el médico internista cubano Osvaldo Castro.
Esta arbovirosis es una patología febril que puede agravarse si ocurre una fuga de plasma capaz de producir un shock por reducción del volumen de la sangre y de no tratarse oportunamente puede causar incluso la muerte, aseguró el facultativo. Destacó que la sintomatología del virus incluye la fiebre de tres a cinco días, dolores de cabeza, musculares, somnolencia, agrandamiento de ganglios linfáticos, salpullido y síntomas digestivos.
Estos son signos de alarma que en muchos casos indican que el paciente empeora y requiere de la intervención médica para reponer los fluidos con soluciones cristaloides y recuper el volumen total de sangre circulante, dijo.
Identificar tempranamente estos signos permite ofrecer un tratamiento oportuno y evitar la gravedad, condición que es absolutamente prevenible, advirtió Castro quien se desempeña como jefe de Servicios Médicos del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kouri (IPK).
Como el dengue es un padecimiento de carácter epidémico, el sistema sanitario tiene que estar preparado para la atención a los enfermos, lo cual en Cuba no es problema porque cuenta con una red de instituciones que ofrecen los servicios de atención primaria con especialistas preparados para reconocer la sintomatología, puntualizó.
Investigaciones cubanas en curso?
Diversas son las investigaciones que se realizan hoy en Cuba, incluidas las relacionadas con la clínica, microbiológicas, vacunas, patogenia, genética del individuo, epidemiología y sobre la influencia del cambio climático en la presencia de Aedes aegypti.
Sobresale el estudio de esterilización de aedes con radiaciones para que no puedan reproducirse y evitar así la transmisión de arbovirosis.
En laboratorios del IPK se científicos crean poblaciones machos estériles con bajas dosis de radiaciones ionizantes, como las usadas en la redioterapia y radiografías, calibradas a la dosis exacta para dañar su esperma.
Y aunque esta técnica tiene el inconveniente de que su efecto es temporal, la liberación constante de ejemplares irradiados es una de las vías más efectivas para controlar a los aedes como vectores de patógenos humanos.
Guadalupe Guzmán comentó que el objetivo es liberar más machos estériles que los existentes en la población salvaje para propiciar mayores probabilidades de que las hembras escojan una pareja tratada y no puedan tener descendencia.
El mosquito hembra pica porque necesita madurar sus huevos, pero si no está fecundada no puede transmitir enfermedades como el dengue, zika, chikungunya y la fiebre amarilla, entonces no pica, acotó.
Otro proyecto consiste en la inyección de mosquitos con la bacteria wolbachia, existente en el 60 por ciento de los zancudos, pero no en los aedes, informó.
Luego de la inoculación estos son liberarlos para que se reproduzcan con las hembras silvestres y transmitir la infección a la descendencia hasta que haya un alto porcentaje de los ejemplares infectados y no sean necesarias nuevas liberaciones.
Al existir una población de mosquitos resistentes que no transmitan dichas patologías podremos controlar mejor los brotes y por supuesto las epidemias como la que hoy enfrenta la región de las Américas, aseguró.
También los científicos cubanos trabajan en vacunas protectoras; una ya está licenciada, pero solo indicada para individuos que ya sufrieron la enfermedad con anterioridad, o en áreas con mucho endemismo e indicaciones específicas.
Además se trabaja en determinar qué insecticidas son más eficaces y ante cuales de estos productos los mosquitos presentan mayor resistencia.
alb/mfg/gdc
*Periodista de la redacción de Ciencia y Técnica de Prensa Latina
2019-08-31 22:11:02