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BEIJING, 2 nov (Xinhua) -- "No me preguntes de dónde vengo, mi origen es muy lejano. ¿Por qué vagabundear tan lejos?... sobre todo, sobre todo, por el olivo de mis sueños", dice una canción muy conocida en China, que ha sembrado la semilla de este cultivo de origen mediterráneo en el corazón de muchas personas.
Mientras recoge las aceitunas en su olivar, localizado en la provincia noroccidental china de Gansu, Jia Yongxiang, un agricultor de 67 años, recuerda que jamás imaginó que el olivo "de sueño" se arraigaría en su país natal y transformaría su vida.
En la década de 1960, el gobierno albanés regaló más de 10.000 plántulas de olivo a China, introduciendo este cultivo en el país asiático. Debido al clima y las condiciones del suelo similares a la costa mediterránea, la prefectura de Longnan, en la provincia de Gansu, comenzó a desarrollar la industria de la aceituna a partir de 1975.
Tras años de desarrollo, la región se ha convertido en una de las bases de plantación de olivos más importantes de China y es conocida como la "ciudad de las aceitunas" a nivel nacional.
La casa de Jia Yongxiang se ubica en el pueblo de Jinping, perteneciente al condado de Waina del distrito de Wudu, en la prefectura de Longnan. Como sucedía con la mayoría de los aldeanos, los ingresos de Jia en el pasado dependían exclusivamente del cultivo de trigo, maíz y otros cereales.
Sin embargo, la producción no era satisfactoria y la familia siempre rondaba en torno al umbral de pobreza.
En 2002, el Gobierno del distrito de Wudu recomendó a los campesinos plantar árboles de olivo con mayor valor económico. Al enterarse de esta noticia, Jia Yongxiang vio un atisbo de esperanza y se abrió a la posibilidad de plantar olivos.
Sin embargo, esta idea fue rechazada en un inicio por su familia, que le aconsejó no arriesgarse a invertir en especies exóticas. Incluso en el aldea corrió el rumor de que se había vuelto loco por el sueño de "hacerse rico" con las aceitunas.
Jia se negó a ser superado por los obstáculos y se dijo a sí mismo que "no renunciaría hasta la cosecha". Al mismo tiempo, el Gobierno local le proporcionó de forma gratuita los plantones de especies de alta calidad y las técnicas de cultivo. Podando, desyerbando, regando y fertilizando, Jia cuidó los retoños con todos sus esfuerzos.
Pero el crecimiento de estos árboles no ocurre de la noche a la mañana. Sin conseguir producciones a corto plazo, Jia dudaba si había tomado la decisión correcta. "Pero no hubo retirada en ese momento, tuve que apretar los dientes e insistir", rememora.
No obtuvo cosecha alguna hasta 2008, cuando las aceitunas cubrieron todas las ramas. Ese año, sus ingresos superaron los 8.000 yuanes (1.250 dólares), cifra mucho más satisfactoria que cuando dependía de los cereales.
Tras obtener su primera victoria, Jia tenía más confianza para expandir la superficie de sus olivares. Al mismo tiempo, respondió a la iniciativa del Gobierno de plantar aceitunas en colinas silvestres.
Las empresas procesadoras de aceitunas encargan las frutas a los agricultores y realizan de forma unificada el procesamiento, envasado y venta, lo cual garantiza el circuito completo desde los frutos hasta los productos.
Las empresas locales también han aprendido de los países europeos las experiencias en la elaboración del aceite de oliva y han importado líneas de producción desde España, Grecia e Italia.
En 2016, el tamaño del olivar de Jia Yongxiang se expandió a más de seis hectáreas. Este año, la aceituna le brindó casi 200.000 yuanes de ingresos. Con las ganancias, construyó una vivienda de tres pisos en el pueblo.
Al ver que Jia Yongxiang se había beneficiado de las aceitunas, los aldeanos empezaron a dedicarse a plantar olivos. Poco a poco, este cultivo se ha convertido en la principal industria de la ciudad.
Para unir las fuerzas de los aldeanos, Jia Yongxiang tomó la iniciativa de establecer una cooperativa y proporcionó los plantones de alta calidad a los miembros. "La prosperidad común es la verdadera riqueza", enfatizó Jia.
Su mayor orgullo es que el aceite de oliva de China que ha ganado premios internacionales se logra utilizando sus aceitunas. "Asumimos la responsabilidad de garantizar la calidad de las aceitunas ante los consumidores", resaltó el agricultor.
En la actualidad, más de 200.000 personas de la región se han beneficiado de la industria de la aceituna. En los últimos años, Jia Yongxiang compró dos viviendas en la ciudad y viajó a Shanghai y otros lugares de China. "Quiero hacer del cultivo de olivos una carrera sostenible y que la vida de los aldeanos sea mejor de generación en generación".