Opiniones, Portada

¿Dónde meterán la cara?

¿Dónde van a meter la cara los cabecillas de la así llamada Comunidad Internacional ante la descomposición y el caos que han provocado en Haití? Estados Unidos, Canadá, Francia, la OEA y la propia ONU, invadieron Haití militarmente bajo el pretexto de llevarlo al orden y democracia, y diez años después lo dejaron mucho peor.

Dejaron un Haití más humillado y pobre que nunca, dejaron las violaciones sin cuento, contra niñas y mujeres por parte de las tropas enviadas a implantar la democracia; enfermedades letales que hicieron estragos en la indefensa población haitiana; ni siquiera los escombros causados por el terremoto del 12 de enero de 2010 los recogieron; organizaron una policía que terminó disgregada en bandas criminales que se baten entre sí y someten al pueblo a un estado insoportable de terror tan grande como el que provocaban los ton tons macoute de los Duvalier. Y una crisis política de la que Haití nunca pudo reponerse.

En nombre de la democracia, terminaron por respaldar a un Jovenel Moïse que usurpó el poder por vía de unas elecciones en las cuales apenas votaron seiscientos mil sobre una población de once millones. El 21 por ciento del electorado tan solo. Pero Moïse rompió con Petrocaribe, que era una valiosa fuente de ayuda, reconoció a Juan Guaidó y rompió con el gobierno bolivariano del presidente Nicolás Maduro, abrió las puertas de Haití a toda clase de ONGs y a los monopolios multinacionales y se ganó la gracia de esos países que lo reconocieron, como lo hizo el presidente Trump, como el jefe de Estado de un país democrático. Lo dijeron así con la franca desvergüenza con que salen a restar legitimidad a las elecciones de cualquier país que, como Venezuela, no se someta a los dictados de esas fuerzas mundiales.

Ahora se ve a mister Biden desde Washington y a la OEA hablar del golpe que el lamentable asesinato de Moïse ha significado para la institucionalidad y la democracia en Haití. Pero, ¿de cuáles instituciones y cuál democracia estamos hablando si hace tiempo que Moïse se había llevado elecciones, congreso, suprema corte y todo eso entre los pies? Desde el punto de vista humano hay que lamentar esta muerte trágica y la bárbara agresión a la esposa del presidente asesinado. Pero hay que señalar a los grandes culpables y exigirles que saquen sus manos de Haití y no lo sigan haciendo víctima de su “ayuda”.