Washington, 8 dic (PL) Mientras tiene lugar un debate sobre la forma de combatir al Estado Islámico (EI), este grupo terrorista intenta arrastrar a Estados Unidos y sus aliados a una guerra terrestre, señala hoy el diario The New York Times.
De hecho, cuando las fuerzas armadas norteamericanas invadieron Iraq en 2003, uno de los más entusiastas promotores de esta decisión fue el hombre que fundó la célula extremista que después se convirtió en el EI: Abu Musab al-Zarqawi, quien denominó la intervención del Pentágono de «una invasión bendita «, agrega.
Su reacción apunta hacia uno de los postulados claves que motivan a ese grupo a mantener en su poder grandes porciones de territorio en Iraq y Siria: su ideología basada en textos proféticos que aseguran saldrán victoriosos después de una batalla apocalíptica cuando los ejércitos occidentales invadan la región, añade el texto.
Si esta operación con tropas terrestres tiene lugar, el EI no solo será capaz de declarar que su profecía se cumplió, sino también tendrá la oportunidad de convertir esta acción en un motivo adicional para incrementar sus actividades proselitistas en un momento en que parece que pierde parte de sus seguidores voluntarios, acota el artículo, firmado por el periodista Rukmini Callimachi.
Según el autor, ahí radica en parte la teoría esbozada por el presidente Barack Obama en su discurso desde la Oficina Oval el domingo, cuando dijo que Washington debe buscar una victoria sostenible que incluya los ataques aéreos y el apoyo a fuerzas locales amigas, en lugar de enviar una nueva generación de soldados a una prolongada ofensiva terrestre.
La estrategia de Obama sobre la campaña contra los fundamentalistas está en el centro del debate político en el Congreso y entre los aspirantes a las presidenciales de noviembre de 2015.
Los republicanos señalan que para derrotar al EI resulta insuficiente la campaña aérea iniciada en agosto de 2014 para destruir blancos de los extremistas en Iraq, y que se extendió en septiembre del mismo año a Siria, sin la anuencia de las autoridades de Damasco.
La semana pasada el senador del partido rojo Lindsey Graham presentó una propuesta de Autorización del Uso de la Fuerza Militar que daría a Obama todas las opciones de empleo del poderío bélico, y a la vez pide el envío de unos 10 mil efectivos de las fuerzas terrestres a Iraq y Siria.
Al respecto, el mandatario reiteró su oposición al despliegue masivo de tropas de combate al Medio Oriente y se limitó a autorizar el traslado allí de 50 efectivos de fuerzas especiales a territorio sirio, contra la voluntad del Gobierno de ese país, y otro centenar a Iraq.
2015-12-08 12:57:00
