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GINEBRA, 16 may (Xinhua) — La próxima 73ª sesión de la Asamblea Mundial de la Salud (AMS) llega en un momento de coyuntura crítica en la lucha contra la pandemia de COVID-19. Presenta una valiosa oportunidad para que el mundo reafirme su solidaridad en la batalla para salvaguardar la seguridad sanitaria mundial.
En los últimos 70 años desde el establecimiento de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la comunidad internacional ha eliminado con éxito la viruela y ha frenado la propagación de varias enfermedades infecciosas.
La unidad a nivel global ha jugado un papel clave en cada acción exitosa por mantener a la humanidad segura, con Gobiernos y organizaciones internacionales comprometidos con la cooperación multilateral dentro del sistema internacional con las Naciones Unidas (ONU) en su núcleo.
En un momento en el que los representantes de los Gobiernos de todo el mundo celebrarán reuniones virtuales la próxima semana, estos se enfrentan a la urgente tarea de abordar la pandemia de COVID-19 que pone en peligro la salud de la humanidad.
Tomando la historia como guía, defender la solidaridad global juega un papel clave en la eventual prevalencia de la humanidad sobre el brote de coronavirus.
Este año se cumple el 40º aniversario de la eliminación de la viruela, que fue considerada como la primera, y hasta la fecha, la única enfermedad humana que se ha erradicado a nivel mundial.
Como dijo el jefe de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, el legado de la viruela no solo es la erradicación de una enfermedad, sino que también «demuestra que cuando el mundo se une, todo es posible».
Esa misma solidaridad y esfuerzos internacionales coordinados se necesitan ahora más que nunca para derrotar la COVID-19.
Desafortunadamente, como recientemente señaló el secretario general de la ONU, António Guterres, «está claro que no hay suficiente humildad, unidad ni solidaridad en el mundo».
Desde que se iniciara el brote de COVID-19, la OMS se ha esforzado por movilizar la solidaridad global en la batalla contra la enfermedad.
Sin embargo, dirigidos por su agenda política de utilizar a la OMS y a otros como chivo expiatorio de su respuesta fallida al coronavirus, algunos políticos estadounidenses han tergiversado los hechos y lanzado una campaña de desprestigio de la organización y algunos países.
Lo que el mundo ha visto recientemente, a saber, la politización indebida y las acusaciones sin fundamento contra la OMS, ha creado una atmósfera tóxica que es todo lo contrario a lo tan necesitada solidaridad mundial contra el enemigo común.
La Asamblea Mundial de la Salud es una oportunidad preciosa para dejar bien claro que el papel de liderazgo de la OMS en la lucha mundial contra la COVID-19 debe reforzarse y no debilitarse. La OMS fue, es y seguirá siendo la espina dorsal a la hora de controlar la pandemia.
En uno de sus discursos, el director general de la OMS advirtió de que, sin unidad nacional sólida y solidaridad mundial, «lo peor está todavía por llegar». La comunidad internacional debería prestar atención a la advertencia y defender la solidaridad en la batalla contra la COVID-19 antes de que sea demasiado tarde. Fin
2020-05-16 14:58:42
