Politica

Leonel Fernández favorece un referéndum aprobatorio



Santo Domingo, R. D., 26 de mayo.- El ex presidente de la República y líder del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), doctor Leonel Fernández, ratificó anoche su rechazo a que se reforme la Constitución de la República para restablecer la reelección presidencial, al tiempo que sugirió la realización de un referendo aprobatorio para que sea el pueblo que decida lo que procede en la presente coyuntura.

«Se ha levantado la consigna que se lee en letreros, en distintas partes del país, de que el pueblo es el que manda. Comparto esta opinión. El pueblo es el que manda; y si es así, dejemos que sea el pueblo el que efectivamente se exprese mediante la realización de un referendo aprobatorio, para que diga directamente si quiere o no la reforma constitucional, conforme al artículo 272 de nuestra Constitución», subrayó Fernández.

El ex jefe de Estado hizo el planteamiento durante una alocución que dirigió al país y al mundo a través de una amplia cadena de televisión, radio y medios digitales, intervención que fue esperada con mucho interés por parte de la población dominicana.

De esta manera, Fernández mantiene invariable la posición que fijó el 19 de abril pasado durante la reunión del Comité Político de PLD celebrada en Juan Dolio, San Pedro de Macorís, donde votó en contra de que se modifique la Constitución con el único propósito de restablecer la figura de la reelección presidencial, y sin que se consulte previamente a la población a través de un referendo aprobatorio, como manda la propia Carta Magna.

En su intervención de este lunes, Fernández explicó que, contrario a lo que algunos pudieran pensar, su rechazo a que la Constitución sea modificada en la forma que se pretende hacer no obedece a razones innobles, sino que «resulta de una convicción; de valores y principios que he sustentado con mi propia conducta o proceder, a lo largo del tiempo, cuando requerido por la dinámica de los acontecimientos, he tenido que adoptar decisiones sobre el particular».

A propósito, recordó que tanto en 1998 como en el 2011 le sugirieron reformar la Constitución para restablecer la reelección, pero a pesar de que en ambos momentos contaba con suficiente apoyo para competir con éxito por un nuevo período, optó por respetar la Carta Magna, en el entendido de que de lo contrario estaría reproduciendo una antigua y rechazada práctica histórica nacional de pretender perpetuarse en el poder.

«A pesar de todo esto, no cambié la Constitución para reelegirme. No lo hice en el 1998, cuando me pedían a voz en cuello que me amarrara los pantalones, ni lo hice en el 2011, cuando no claudiqué, ni ante el reclamo de las multitudes, ni ante los números de las encuestas», señaló.

«La razón es muy sencilla», explicó Fernández. «No lo hice por el profundo respeto por la Constitución de la República; y por mi inocultable temor de que la democracia, por la que tanta sangre se ha derramado, fuera a sucumbir una vez más», agregó.

Insistió en que no es la primera vez que se opone a una reforma constitucional para restablecer la reelección. «Lo expresé en el 2011, cuando tenía un respaldo abrumador, dentro y fuera de nuestro Partido, y cuando todas las encuestas señalaban que ganaría en primera vuelta con porcentajes parecidos a los de las elecciones anteriores», dijo.

Sostuvo que en estos momentos, la causa que asume es la del respeto por la Constitución, la defensa de la democracia y el estado de Derecho. «Lo hago porque como principal promotor o auspiciador de la actual Carta Magna, sin que nadie me haya dado mandato para ello, me siento, sin embargo, en la obligación moral de ser su guardián y su centinela, al igual que todo el pueblo dominicano».

En opinión del ex presidente Fernández, la realización de un referendo aprobatorio sería «un ejemplo hermosísimo» de democracia directa, como nunca antes se ha visto en la historia nacional. «De esa manera ?indicó- nuestro Partido de la Liberación Dominicana estaría a la altura de las grandes expectativas nacionales, se cubriría nuevamente de gloria, y dejaría escrito un nuevo capítulo ejemplarizador en las luchas de nuestro pueblo por la democracia y la libertad».

Fernández informó que, de realizarse un referendo aprobatorio, él mismo se sumaría con entusiasmo a esa gran jornada cívica. «Recorrería el país nuevamente, junto a todo el que se sienta identificado conmigo, a favor de que el pueblo manifieste su voluntad a favor del cambio de la Constitución», agregó, tras insistir en que se debe crear las condiciones para que sea el pueblo el que decida soberanamente si la Carta Magna debe ser modificada.

En su intervención, el ex gobernante reconoció que «lo que late en el corazón de todos lo miembros de la alta dirección de nuestro Partido es que en estos momentos, por lo que refieren las encuestas, el compañero Danilo Medina es quien se encuentra en mayores posibilidades de garantizar un nuevo triunfo morado en las urnas».

Insistió, sin embargo, en que, contrario a lo que ocurría en el 2008, cuando él se reeligió, ahora la Constitución impide que el gobernante de turno pueda optar por la reelección. «Si la Constitución permitiera la reelección presidencial, como ocurría en el 2008, todo sería muy fácil. Esta discusión no se habría suscitado. Todos estaríamos apoyando a nuestra mejor opción. Pero resulta que la Constitución no lo permite», señaló.

Fernández fue reiterativo en señalar que aunque por convicción y trayectoria no es partidario de modificar la Constitución con el único propósito de hacer posible la reelección presidencial, se inclinaría reverentemente y con humildad ante lo que sería la voluntad del pueblo, expresada en un referendo.

Citando al prócer estadounidense Abraham Lincoln, el expresidente Fernández recordó que la democracia es el régimen del pueblo, para el pueblo y por el pueblo. «Nunca temamos al pueblo. Así lo manda nuestra Constitución», recalcó, tras insistir en que, a través de un referendo aprobatorio se le dé al pueblo la oportunidad de decir lo que prefiere en la presente coyuntura.

La Constitución

Advirtió que la Constitución tiene una función de legitimación del poder político, tanto en su origen como en su desempeño. «Para ella, la soberanía reside exclusivamente en el pueblo, de quien emanan todos los poderes, los cuales ejerce en los términos establecidos por la propia Constitución y las leyes. Consideró que si es así tenemos que dejar sea el pueblo el que efectivamente se exprese mediante la realización de un referendo aprobatorio, para que diga directamente si quiere o no la reforma constitucional, conforme al artículo 272 de nuestra Constitución.

A su juicio, ese sería un ejemplo hermosísimo de democracia directa, como nunca antes se ha visto en la historia nacional. De esa manera, nuestro Partido de la Liberación Dominicana estaría a la altura de las grandes expectativas nacionales, se cubriría nuevamente de gloria, y dejaría escrito un nuevo capítulo ejemplarizador en las luchas de nuestro pueblo por la democracia y la libertad.

Para reafirmar su respeto a la Constitución, afirmó: «Yo mismo me sumaría con entusiasmo a esa gran jornada cívica. Recorrería el país nuevamente, junto a todo el que se sienta identificado conmigo, en favor de que el pueblo manifieste su voluntad en favor del cambio a la Constitución.

En un discurso al País, el doctor Fernández recordó que «Todo lo que se haga contrario a la Constitución es nulo. La Constitución es la fuente del Estado Democrático y Social de Derecho. Es la garantía del respeto a la dignidad de las personas; del derecho a la vida; a la libertad de expresión; a la integridad personal; a la libertad de conciencia y cultos; del derecho al honor, a la educación, a la salud y al trabajo».

Dijo es inaceptable el proyecto de reforma constitucional sometido al Senado el 30 de Abril por trece legisladores del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) con el propósito de reformar el artículo 124 de la de la Constitución de la República del 26 de enero del año 2010, para hacer posible la reelección presidencial para un segundo período consecutivo, y que luego no pueda postularse jamás. Dijo que ese proyecto de reforma no ofrece, por sí solo, suficientes garantías ni seguridad jurídica en el sentido de que la reforma que se quiere hacer en la actualidad, no volverá a repetirse en el futuro.

El proyecto también procura establecer un artículo transitorio en que se consigne de que en el caso eventual de que el Presidente de la República actual, correspondiente al período 2012-2016, sea candidato presidencial para el período 2016-2020, no podrá presentarse para el siguiente y para ningún otro.¨

En un discurso que dirigió al País a través de una cadena de Radio, Televisión y medios digitales, sostuvo el criterio de que el único que puede decidir en la materia es el pueblo dominicano. Citó al presidente Abraham Lincoln cuando dijo: ¨La democracia es el régimen del pueblo, para el pueblo y por el pueblo.¨

Al respecto expresó: «Nunca temamos al pueblo. Dejemos que el pueblo hable. Así lo manda nuestra Constitución». Aclaró que no es que se ponga en dudas la palabra o las sanas intenciones de los Senadores que han formulado la propuesta de reforma constitucional. Es que, sencillamente, el artículo transitorio que se aspira a consignar dejaría tan vulnerable la posibilidad de reformar nuestra Constitución en el futuro, como en la actualidad interpretan algunos miembros de nuestra comunidad jurídica que puede hacerse, esto es, sin aprobación de ley orgánica ni realización de referendo aprobatorio.

Consideró que eso sería sumamente peligroso para el porvenir de nuestro pueblo. Sería nefasto. Sería catastrófico, ya que dejaría las posibilidades abiertas para que en la posteridad surja algún aventurero que modifique de nuevo la Constitución, pero esta vez para establecer la reelección indefinida, e intentar perpetuarse en el poder.

«Así tendríamos el Trujillo del siglo XXI, que vendría a cercenar nuestras libertades, a mutilar nuestra dignidad y a truncar nuestro porvenir como pueblo».

El presidente Fernández advirtió que «eso no lo podemos permitir. La historia condenaría a nuestra generación como irresponsable, irreflexiva e insensata, pues advirtiendo el peligro y la amenaza que significaba para el futuro de nuestra democracia, de nuestra sociedad y de nuestras familias, no tuvimos el valor de alzar nuestra voz y actuar en consecuencia».

Respeto a la Constitución

Dijo que en estos momentos la causa que asume es la del respeto por nuestra Constitución, la defensa de nuestra democracia y nuestro Estado de Derecho. «Lo hago porque como principal promotor o auspiciador de la actual Carta Magna, sin que nadie me haya dado mandato para ello, me siento, sin embargo, en la obligación moral de ser su guardián, su vigilante y su centinela, al igual que todo el pueblo dominicano.

Pero, más aún, destacó el ex presidente de la República y presidente del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) «lo hago porque percibo que en nuestro medio no se ha llegado plenamente a comprender que el objetivo fundamental de una Constitución es el de establecer los límites al ejercicio del poder político».

Llamó la atención que la Constitución, además de disponer la protección y garantía del disfrute de los derechos fundamentales, contiene las reglas del juego político; y es como el semáforo en rojo que indica cuando hay que detenerse.

Recordó que en la historia nacional ha habido quienes osadamente han modificado nuestra Ley de Leyes, para continuar su marcha desenfrenada, aún con la luz en rojo.

«Y eso es lo que no podemos permitir que ocurra nunca». A seguidas, recordó que el destacado jurista y filósofo italiano del siglo XIX, Gian Domenico Romagnosi, llegó a sentenciar que ¨La Constitución es la ley suprema que un pueblo impone a sus gobernantes con el objeto de precaverse contra el despotismo.¨

Parafraseando a Winston Churchill, agregó, el símbolo de la resistencia contra los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, la Constitución ¨no es un sofá que toma la forma de la última persona que se sentó en él.¨

Dijo que en definitiva, la Constitución tiene una función de legitimación del poder político, tanto en su origen como en su desempeño. «Para ella, la soberanía reside exclusivamente en el pueblo, de quienemanan todos los poderes, los cuales ejerce en los términos establecidos por la propia Constitución y las leyes.

En su alocución dijo que «Todo lo que se haga contrario a la Constitución es nulo. La Constitución es la fuente del Estado Democrático y Social de Derecho. Es la garantía del respeto a la dignidad de las personas; del derecho a la vida; a la libertad de expresión; a la integridad personal; a la libertad de conciencia y cultos; del derecho al honor, a la educación, a la salud y al trabajo».

La gesta de Abril

Recordó que hace 50 años el pueblo dominicano se levantó en armas, en la gloriosa gesta heroica del 24 de abril de 1965, exigiendo el restablecimiento de la Constitución de la República, que había sido vilmente conculcada, infringida y quebrantada, por los autores de la asonada militar de septiembre de 1963, que puso fin, de manera abrupta, al primer ensayo democrático post-dictadura de Trujillo, encabezado por ese gran maestro de la política y la literatura, el profesor Juan Bosch.

«Nosotros, los miembros y dirigentes del Partido de la Liberación Dominicano somos los legatarios universales de ese gran movimiento que fue la Revolución de Abril, pues sin ese acontecimiento, el líder y fundador de nuestro Partido no habría evolucionado en su pensamiento, dejándonos de esa manera huérfanos de una orientación que nos sirviera para convertirnos en los arquitectos de nuestro propio destino.

«Sin Constitución no hay patria. Sin Constitución no hay nación; no hay familia. Sin Constitución todos nuestros derechos son desconocidos. Sin Constitución podemos ser esclavizados, tratados sin dignidad, sin respeto, sin honor. Sin Constitución, sencillamente, no existimos.

«Por eso debemos conocer, respetar y honrar nuestra Constitución. Sólo ella nos protege contra la arbitrariedad, el despotismo, la tiranía y la opresión».

Que no beneficie al presidente de turno

Expresó que la modificación se debe realizar cuando recaiga en un momento que no beneficie al incumbente, esto es, al presidente de turno, para de esa manera no resquebrajar la institucionalidad.

«Más aún, considero que en casos de trascendencia tal, como el de una modificación a la Carta Magna, que involucra el interés de la nación, la fórmula más adecuada y eficaz para salir hacia adelante, es mediante el diálogo, la construcción de consensos y la unificación de criterios, tanto dentro del propio Partido, como en toda la sociedad».

Refirió que así se hizo con la reforma constitucional del 2010, en la que las distintas organizaciones cívicas del país fueron invitadas a participar de una consulta popular, en la cual expresaron sus propuestas sobre cómo debía quedar organizado el Estado dominicano del siglo XXI.

Destacó que en adición al mecanismo de las consultas populares, se creó una comisión de 15 juristas expertos en Derecho Constitucional, que contribuyeron con el diseño técnico jurídico final de las propuestas.

«De esa manera, en comunicación constante con todas las fuerzas vivas de la nación, en forma abierta y democrática, se realizó la más profunda y progresista reforma constitucional en nuestro país, después de la histórica y emblemática del 1963.

«En síntesis, aunque desde mi perspectiva no es lo más idóneo ni es lo más apropiado, tampoco es que una Constitución no pueda modificarse para hacer posible un segundo mandato presidencial consecutivo».

Argumentó que desde el punto de vista jurídico, se puede. Lo que ocurre es que tiene que hacerse respetando el procedimiento consagrado en la propia Constitución.

Es Ley orgánica

«En ese aspecto, me preocupa que en el debate que ha surgido para modificar nuestra Carta Sustantiva, se quiera desconocer que la ley que convoca a la Asamblea Nacional Revisora sea una ley orgánica, la cual, por consiguiente, requiere de la aprobación de las dos terceras partes de los presentes, tanto del Senado como de la Cámara de Diputados.

«Se comprende que si para someter dicho proyecto de ley, se requiere que no sea un solo Senador o un solo Diputado, sino una tercera parte de los miembros del Senado, o una tercera parte de los miembros de la Cámara de Diputados, es porque se trata de algo no ordinario, sino especial.

2015-05-25 22:50:02