Por Pablo Vicente
A propósito de las discusiones que se ha generado en el país a raíz de la sentencia del Tribunal Constitucional en relación con las candidaturas independientes, Latinobarometro 2024 destaca datos importantes que refleja el nivel de confianza del que gozan los partidos políticos y que de alguna manera nos permite entender el porqué algunas voces plantean que el surgimiento de actores político extra-partido es una respuesta a la poca confianza del que gozan los partidos políticos.
El informe Latinobarómetro 2024 subraya la persistente crisis de confianza en los partidos políticos en América Latina, donde en promedio solo el 17% de la población confía en estas instituciones. República Dominicana, con un nivel de confianza del 28%, se encuentra por encima del promedio regional, destacándose como uno de los países donde los ciudadanos tienen una percepción más favorable hacia los partidos, superada únicamente por Uruguay (36%) y México (30%).
Sin embargo, este dato no debe interpretarse como un éxito del sistema de partidos dominicano, ya que todavía refleja un desencanto generalizado con los partidos como principales actores de representación política. Países como Colombia y Perú presentan niveles alarmantes de confianza, con apenas un 9%, lo que evidencia la amplitud de la crisis en la región.
En términos de cercanía hacia los partidos políticos, un indicador relacionado, República Dominicana registra un 56%, posicionándose nuevamente en los primeros lugares junto a Uruguay (62%) y México (51%). Este dato contrasta con países como Guatemala y Perú, donde menos del 15% de los ciudadanos se sienten representados o cercanos a algún partido.
El desafío para los partidos políticos dominicanos, aunque menos crítico que en otros países, radica en aprovechar este margen de confianza relativa para implementar reformas estructurales que fortalezcan la democracia. A pesar de ello, los partidos políticos dominicano no han logrado articular una narrativa convincente que los posicione como parte de la solución. Esto refuerza la percepción de que están más enfocados en agendas internas que en responder a las necesidades ciudadanas.
Esto incluye promover mayor transparencia, combatir la corrupción y establecer mecanismos que involucren más a los ciudadanos en la toma de decisiones.
República Dominicana tiene la oportunidad de ser un ejemplo en la región, pero ello dependerá de la capacidad de sus partidos para responder a las demandas de una sociedad que, aunque optimista en lo económico, exige mayor integridad y eficacia política.
El autor es abogado, magíster en derecho electoral, presidente de FUJUDEL fujudel@gmail.com