Economia

Dice diálogo y concertación fueron claves de éxito en Brasil


Santo Domingo RD 19 noviembre.- La apertura al diálogo y la concertación con todos los entes que conforman la vida nacional fue la clave para el despegue definitivo hacia el desarrollo de Brasil durante el gobierno del entonces presidente Inacio Lula da Silva, cuya gestión abarcó desde el 1 de enero de 2003 al 31 de diciembre de 2010.

Fue a través de acuerdos, fruto del diálogo franco en su país, que durante ese período el entonces gobernante de la nación más grande y poblada de América Latina logró sacar de la pobreza a más de 40 millones de personas.

Esa es la apreciación de Luiz Dulci, quien fue ministro de la Presidencia durante el gobierno de Da Silva, quien recomienda que la recién electa presidenta de esa nación, Dilma Rousseff, priorice el diálogo y la concertación durante su segundo mandato.

Entrevistado durante una visita a Listín Diario, junto al embajador dominicano en Brasil, Dionis Pérez, y el senador Julio Cesar Valentín, Dulci narró cómo en momento de gran desconfianza entre empresarios y trabajadores de una empresa de etanol, el presidente Lula se sentó junto a las partes en la mesa del diálogo, obteniendo como resultados excelentes reivindicaciones para los trabajadores sin que los empresarios resultaran perjudicados.

«Durante seis meses el presidente Lula me ordenó y yo hice las coordinaciones de ese proceso, pero en las primeras reuniones la desconfianza entre las partes era muy grande; los empresarios no confiaban en los trabajadores y los trabajadores no confiaban en los empresarios», precisó.

Sin embargo, dijo que poco a poco, «con un contacto directo, con una discusión digestiva sobre los problemas que existían en ese momento, consiguimos solucionar ese y otros problemas importantes existentes entre empresarios y trabajadores con el apoyo y la coordinación del gobierno».

Las soluciones beneficiaron a más de un millón de trabajadores de la caña, quienes alcanzaron metas por encima de las expectativas «Y los empresarios han seguido trabajando y obteniendo ganancias, igual o por encima de la que obtenían durante ese período», dijo Dulci..

«Hicimos un acuerdo para mejorar las condiciones de trabajo de ese sector, por encima de las exigencias legales, y eso no perjudicó a las empresas en nada; al contrario, mejoraron su imagen dentro de Brasil y en el exterior», agregó.

Entre estas reivindicaciones, citó mejores salarios, transporte, equipos de cocina para calentar sus alimentos y habitaciones para aquellos trabajadores que vivían distantes de sus lugares de trabajo, entre otras.

«En los procesos de negociaciones y de diálogo no hay que presumir una confianza que la historia no creó», dijo. «Hay que intentar generar la confianza dialogando, y yo fui un sindicalista bastante duro y no tengo remordimiento ninguno», agregó.

Dulci consideró que en procesos como ese, a pesar de que los sindicalistas deben ser duros en su lucha a favor de sus causas, el objetivo de la lucha sindical debe ser generar acuerdos que sistematicen los derechos obtenidos en la movilización.

A su juicio, el proceso no es fácil, sobre todo cuando se trata de cambiar legislaciones, porque siempre se piensa que se pueden perder derechos conquistados.

Sin embargo, Dulci sostiene que hay que intentarlo conjuntamente con la ayuda del gobierno, que puede promover espacios de diálogo que creen la confianza en la reglas para que los empresarios se sientan seguros.

En el caso de Brasil, Dulci entiende que la presidenta Rousseff puede dar prioridad a ese tipo de participación del gobierno en esos procesos.

El desafío

Tras hacer un recuento de los logros y las bondades con que cuenta Brasil, Dulci, también director del Instituto Lula, considera que el principal desafío del gobierno de Rousseff es la concertación.

«Nuestro desafío ahora es más político, de concertar con los diferentes actores sobre objetivos comunes, no tanto con los sectores políticos, sino con los actores económicos del país brasileño», consideró.

Dulci afirma que se necesita una mejor interlocución para concertar y discutir hacia dónde va Brasil en los próximos cuatro años, resaltando que esa práctica le dio muy buenos resultados el ex presidente Lula da Silva.

A su juicio esos avances que lograron millones de brasileños ahora tienen nuevas demandas que deben ser satisfechas, por lo que hay que trabajar en esa dirección, porque quien ayer obtuvo conquistas de mejores salarios, hoy demanda facilidades para obtener una vivienda.

Afirma que los desafíos de esa nación no son tanto económicos, sino de concertación política sobre problemas comunes para los principales sectores de la vida nacional.

«Tenemos una inversión privada brasileña por debajo de los necesario, hay problema de confianza y de reglas que se deben cambiar y perfeccionar, quizás líneas de alianzas entre los sectores público y privado, ese es un problema para nosotros», agregó.

Insistió en que existe un problema de confianza en la estrategia de desarrollo que se está implementando en Brasil, por lo que una parte del empresariado está demandando de la presidenta una mayor interlocución con los diferentes sectores sociales para clarificar hacia dónde va Brasil, cuales son los objetivos como país en los próximos anos. Agregó que la presidenta Rousseff está en la disposición de llevar a cabo esa concertación.

Elogia programas sociales

El mentor de los programas sociales que cambiaron la vida a amillones de brasileños durante el gobierno de Lula elogió los programas que son implementados en el país por el gobierno del presidente Danilo Medina, señalando que la forma en que son aplicados contribuyen a dinamizar la economía.

Dulci considera que algunos de los programas aplicados por da Silva inspiraron al presidente Medina a implementarlos en la República Dominicana, aunque aclaró que no fueron copiados porque son muy diferentes.

2014-11-19 09:47:02