Gente

Muestra de Cine de Santo Domingo: la gran diferencia en la cartelera criolla

Muestra de Cine de Santo Domingo: la gran diferencia en la cartelera criolla



santo domingo.- Es muy posible que, para algunos, ocho años no sean gran cosa (en especial para Gardel y compartes). Pero, para quienes vaticinaron que esta actividad iba a durar lo que duran en nuestro país otras actividades, como las revistas de cualquier tipo, por ejemplo, a estas horas deben estar haciendo pucheros y sintiendo como la envidia les corroe.



Porque, la verdad sea dicha, son muchas las crisis, muchos los problemas y muy escasos los dineros (esos, los que apenas alcanzan para pagar las cuentas pero que, recontras, ahora sucede que “hay que rendir cuentas” como si en manos de ciertos desfalcadores de todos conocidos estuvieran) por los que han tenido que pasar los directivos de la Muestra.



No son ellos perfectos, como nadie lo es. Pero, evidentemente, sí son quienes saben de cine, sí son los que se han fajado, sí son los que trabajan prácticamente todo el año sacrificando gomas, gasolinas y nervios.



Y ya están en el año ocho, ya estamos, queremos decir, y con este estamos no solamente nos incluimos nosotros sino que incluimos a miles y miles de dominicanos que olvidan la intensa temporada de clavos que nos depara el destino todos los años (un destino llamado no caballo sino Hollywood, al cual estamos atados, al parecer, per secula seculorum) y que se dan cita y ven docenas de películas durante esas dos semanas saltando como monos en una jaula de una sala a otra, calculando horarios, consultando calidades, saludando directores, guionistas, productores, intérpretes aquí y allá.



No vamos ahora a decir que todas las películas son maravillosas, no. Siempre hay excepciones, siempre aparece un archifamoso con una cinta que nos parece infumable (ay de los espejos y, si son mágicos, peor), y otras que no son tan brillantes aunque en el programa se vean igual que las demás.



Ahora bien, de lo que sí pueden estar seguro es que, sea cual sea el film que seleccionen para ver durante los cinco días que restan de exhibiciones, encontrarán en él, como en todos los demás, denominadores comunes: originalidad, seriedad, creatividad.



Claro, en algunas más que en otras, pero todas y cada una de ellas son películas que se salen de la rutina, en las cuales es muy posible, casi seguro, que no encontrarán actores terriblemente apuestos que hagan suspirar a las chicas, o actrices fascinadoras que enerven a los chicos.



Pero pueden estar por completo seguros de que encontrarán verdaderos actores, genuinas actrices, maduros, gordos, calvos, feos, arrugadas, flacas, entradas en carnes, avejentadasÖ pero todos y todas formidables. Y, con muy ligeras excepciones, tampoco son populares, famosas, expuestos a los “paparazzis”, perseguidos por los “fans”.



Javier Cámara, Charlotte Rampling, Karen Young, Jesper Christensen, Anna Cieslak, Inka Friedrich, Nadja Uhl, Andreas Schmidt, Ulrich Matthes, Viviana Herrera, David Aarón Estrada, Mikael Persbrant, Julia Hummer y otros cuyos nombres se nos escapan en este instante, son muestra fehaciente de lo que afirmamos. Son verdaderos intérpretes, no figurones bonitos para andar por “platós” dando brincos y saltos con metralletas en las manos para salir luego dizque a esquivar a los periodistas y firmar autógrafos.



Y, como es natural, tenemos nuestras favoritas y por ello, como no somos miembros de jurado alguno y nos importa un bledo influenciar a alguien porque quien es jurado y se deja influenciar prueba que no sirve para ese oficio, pues vamos a decir algo sobre ellas, sobre todo para que, durante esos días durante los cuales se van a seguir exhibiendo en el Bella Vista Mall, pueden seguirles la pista:



“Malas temporadas”, de Manuel Martín Cuencia, España, con un cuadro histriónico formidable y una de esas historias capaces de dejarnos abrumados por su fuerza dramática.



“El Método”, de Marcelo Piñeiro, hispano-argentina, otro film cuya interpretación conjunta es una verdadera demostración de enorme capacidad, y que es una especie de brillante metáfora del capitalismo, sus instrumentos, sus métodos, su capacidad destructiva.



“Hacia el sur”
(Vers le sud), de Laurent Cantet, francesa, también con actuaciones brillantes que incluyen a un joven haitiano inocente de cámaras y maquillajes, Ménothy Cesar, y con una temática sicológica que gira alrededor de la soledad y el desamor que es una preciosidad.



“Drabet”, de Per Fly, danesa; así como es de corto es nombre de su director, es de amplia la fuerza dramática de su historia que enfatiza sobre la responsabilidad y la soledad,



“Tu nombre es Justine”,
de Franco de Peña, hecha por un venezolano y de nacionalidad polaca y luxemburguesa, un drama sobrecogedor sobre la ingenuidad destruida y la lucha por sobrevivir de una joven mujer engañada. Lástima que apenas se pudo presentar una vez porque su productor tuvo que llevarla a otro festival.



“Verano en Berlín” (Sommer vorm Balkon), de Andreas Dresen, alemana, brillantes interpretaciones de nuevo encarnando un tema que es un enfoque obligado en las sociedades europeas: la soledad, el desamor, la búsqueda de la tan escurridiza felicidad.



“El noveno día” (Der neunte tag), de Volver Schlondorf, alemana, film crudo, sobrecogedor pero totalmente desprovisto del “material” atractivo en este tipo de historias, que nos remite a un toma de conciencia dentro del marco del dominio nazi y de Dachau, campo de exterminio, en este caso, no de judíos (por una vez) sino de católicos.



MAS TITULOS



“Feliz Navidad” (Joyeux Noel), de Christian Carion, francesa, una de las más (si no la más) hermosas historias ofrecidas en la Muestra, un dardo directo a los belicistas y a sus propugnadores, lo mismo generales que obispos, y otro de los films con mejor reparto conjunto. Emotiva, envolvente, golpeante, es, junto con la anterior, una de nuestras favoritas para el Gran Premio.



“Hermanas”, de Julia Solomonoff, argentina. En estos días cuando tanto se mencionan a los altos oficiales argentinos de nuevo enjuiciados por crímenes de lesa humanidad, este film nos remite a los años setenta y a un pasado tenebroso que se interpone entre dos hermanas separadas en el tiempo y la distancia en su reencuentro en un ambiente “neutro”: un pueblo pequeño en Estados Unidos.



“Play”, de Alicia Scherson, chilena, una de las cintas más originales de toda la muestra, una Opera Prima que hace pensar en el brillante futuro que puede y debe tener su realizadora.



“Noticias lejanas”,
de Ricardo Benet, mejicana, un grito desesperado por los inocentes, por los desheredados de la fortuna, por aquellos que nunca llegan siempre bajo la sombra de la opulencia de unos pocos.



“La historia del baúl rosado”, de Libia Stella Gómez, colombiana, cuya directora es sumamente joven, sin ser maravillosa, mal musicalizada, es, sin embargo, un film realmente diferente, original, merecedor de la mejor suerte.



“Bang Bang Orangután” (Bang Bang Orangutang), de Simon Staho, sueco-danesa; no dejarse llevar por el título que es una canción infantil, y embarcarse en una historia sobre el derrumbe moral y material de un hombre desde la cima hasta la desesperación. Brillante interpretación.



“Fantasmas” (Gespenster), de Christian Petzoki, franco-alemana, sobre la angustia que produce la ausencia de un ser amado, angustia que deviene en locura, intensa y apasionante.



Son apenas unas cuantas que esperamos puedan disfrutar.



Listín Diario



Armando Almánzar

2006-10-28 19:57:29