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“Yo le pedí una prueba a Dios y me dio el Grammy”

“Yo le pedí una prueba a Dios y me dio el Grammy”



Nueva Jersey.- En el escenario ella es una mujer capaz de todo. Canta, baila, se ríe y se entrega en cada estrofa que sale de su boca. Tiene una trayectoria musical que la ha hecho merecedora de múltiples reconocimientos, aplausos y admiración. Además, un título que la acredita como nuestra “reina del merengue”.



Sin embargo, cuando las luces se apagan y la fiesta termina, Milly Quezada se convierte en la madre que debe velar por el bienestar de sus tres hijos, en la mujer que le gusta colocar detalles en su casa… pero sobre todo en la cabeza de la familia Vásquez Quezada.



Ella tiene las preocupaciones esenciales de cualquier madre. Ahora, por ejemplo, sabe que tiene que trabajar más porque su hijo menor está en la universidad y requiere de su ayuda.



Milly es una madre que disfruta de la compañía de sus seres queridos. Por eso cuando el pasado jueves recibió la sorpresiva noticia de que era la ganadora del Grammy Latino en la categoría “Mejor álbum de Merengue”, por su disco “MQ”, en vez de irse a celebrar en la fiesta que organizan para los ganadores, decidió partir hacia su casa a reunirse con sus hijos y su madre, seres especiales en su vida, que en determinados momentos también ha tenido que sacrificar.



Fue en la intimidad de su casa que ella celebró este acontecimiento que la marcó y tal y como confiesa en esta entrevista provocará que ella tome una aptitud diferente a la que ha asumido hasta el momento.



Su historia



La historia comienza de la siguiente manera: Milly vive una situación especial en estos días tras la ruptura con su disquera J&N, que ella misma ha definido como una etapa de transición.



Días antes al Grammy Latino, ella le comenta a Josefina, la esposa de Pedro Núñez del Risco (su mánager), que le pidió a Dios que le diera una señal si era verdad que Él quería que ella le siguiera. Y se atrevió a ser más precisa cuando puso como prueba que si era Él quería algo especial con ella, que le concediera el Grammy, lo que veía como imposible.



Días después, entrando a la alfombra verde de los premios que entrega la Academia Latina de la Grabación y que se celebró en la ciudad de Nueva York, recibe la noticia que le impactó y que la ha puesto todavía más pensativa.¿Y qué vas a hacer ahora?, le preguntamos, pero ella no tiene respuesta aún. Dios le concedió lo que ella le pidió y ahora debe interpretar la señal.



“Yo no sé para dónde voy, lo que sé es que mi destino está marcado por Dios. A mi hermana, Yoselyn, Dios le habló claramente, ella nos cuenta que hasta lo escuchó, por eso yo siempre le decía a Dios que a mí no me puede hablar así, porque yo no lo escucharía”, comenta.



La artista aclara que su conversión no llegará de la noche a la mañana, pero está segura que sucederá. “Sólo Dios sabe que estos diez años han sido difíciles, pero rodeada de mucha gente buena a mi lado”.



Cuando termina de decir estas palabras su voz se quiebra y pide un momento. Minutos después sigue conversando. Pero Milly ha asumido este segundo Grammy en su carrera como un reto mayor, porque entiende que ahora tiene que comenzar a formular propuestas musicales que puedan ser interesantes para una disquera.



Sobre todo porque está más consciente de que hay que reinventarse. “Yo tengo que entender que esta no es una prefesión que se llega a un sitio, sino que hay que reinventarse y seguir trabajando”.



Como no creía que iba a ganar, su deseo era que ese gramófono fuera a parar a las manos de su colega Eddy Herrera, nominado en el mismo renglón. Fue una total sorpresa, pero no niega que se siente feliz. En la intimidad de su hogar, donde nos recibió, las llamadas no paraban al día siguiente del triunfo. Tuvo que conectarse y contestarles a fanáticos que le escribieron a traves del chat de Univision.com.



Sus colegas no han dejado de felicitarla. Una llamada que generó emociones fue la del folklorista Iván Domínguez, quien dirige el grupo musical de Alianza Dominicana, una institución que trabaja con la comunidad criolla en la gran urbe.



MERENGUE



La intérprete de “Juanita” considera que es mentira que el merengue, el ritmo que ella interpreta y que ha paseado por diferentes países y escenarios, se esté muriendo. Lo que sí cree es que los ritmos son cíclicos y para contrarrestar los que llegan exhorta a sus colegas a trabajar más.



“Tenemos que trabajar más, necesitamos publicistas y mercadeo, pero sobre todo agruparnos, así como están los reggaetoneros; nuestra música tiene su lugar y su atractivo, pero necesitamos mercadeo”, insiste la “reina del merengue”.



La intérprete de “Quizás” espera paciente a que pueda concretar las negociaciones con una disquera, pero mientras eso llega trabaja en la producción de su nueva propuesta.



El disco “MQ”, que le ha dado grandes sorpresas este año, fue producido por J&N y parece contradictorio que por el mismo producto se dio la ruptura entre la artista y la disquera. La queja fue que el trabajo musical no recibió la promoción que necesitaba en República Dominicana.



Milly es una madre que disfruta de la compañia de sus seres queridos. Por eso cuando el pasado jueves recibió la sorpresiva noticia de que era la ganadora del Grammy Latino en la categoría “Mejor álbum de merengue”, por su disco “MQ”, en vez de irse a celebrar en la fiesta que organizan para los ganadores, decidió partir hacia su casa a reunirse con sus hijos y su madre, seres especiales en su vida, que en determinado momentos también ha tenido que sacrificar.

2006-11-06 13:37:31