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Anthony Ríos y Fausto Rey A casa llena en el Maunaloa

Anthony Ríos y Fausto Rey A casa llena en el Maunaloa

Santo Domingo.- Juntos otra vez, Anthony Ríos y Fausto Rey jugaron dominó en el Maunaloa sin ningún problema. Reventaron de público ese centro nocturno y hubo que cerrarles la puerta a más de 200 personas que se perdieron de presenciar la velada romántica que ambos intérpretes ofrecieron.

Raphy D’  Óleo quedó en el asombro y el nerviosismo por tanta gente que casi lo mata.  Y es que hubo que buscar sillas y sentar parroquianos que llegaron a irritarse reclamando sus reservaciones y que después bailaron como en sus mejores tiempos “El pájaro herido”.

Anthony fue humilde y prefirió salir primero al escenario. El papel de  estrella del concierto se lo dejó a Fausto Rey. Hizo un chiste y bufeó a su  hermano de tantos años en el arte. “Gracias por dejarme ser yo mismo que es la vaina que más brega me ha dado”, dijo de inmediato al iniciar a las 11:00  de la noche y ante algunos políticos del patio que estaban presentes como  Tomás Hernández Alberto, Luís El Gallo, Aristipo Vidal, Ana Rissi y hasta Bienvenido Rojas, entre otras figuras.

Con la canción “Z” Anthony comenzó a adueñarse del público y a sentirse  cómodo para iniciar una descarga de chistes y anécdotas que tuvo como  epicentro de todo a la mujer. Por ella fue capaz de inspirarse toda la noche y recibir lluvias de aplausos y ovaciones. Habló mucho, como todo un  sociólogo del amor y un conocedor de la naturaleza de la mujer pero siempre  convincente poniendo al público a gozar entre canción y canción.

Cuando cantó “Si entendieras” levantó al público de sus asientos. Al  escenario llegaban mujeres con flores y en un momento del show dijo: “A mi me hubiera gustado ser abogado, pero estoy seguro que hoy fuera ladrón y muy  político”. Al salir con esta ocurrencia no hubo forma de detener la risa.



Físicamente, no es el Anthony de otros años. Vestido de negro y semi formal, Anthony logra hacer reír y deleitar tanto, que el público no repara en que  hoy exhiba un cuerpo fuera de línea.

“Que saben ellos” es una canción nueva que el público aprobó con sus  aplausos por la genialidad de este compositor y cantante. A las 11:30 brindó con el público y poco después su show llegó al final con “fatalidad” aunque  ante la insistencia de ¡otro…!, ¡otro…!” no dejó al público sin la  ñapa. La gente lo despidió de pie para luego encontrarse a las 12:20 con el  Niche, Fausto Rey, quien fue también presentado por la voz de Raphy D’Oleo.

“A las puertas del cielo”, marcó el inicio de la actuación del Príncipe  negro de la canción.



Ahí estaba otra vez, ataviado con un traje de gala color negro. Fausto es un cosechador de aplausos. Su legendaria e inconfundible voz, su estilo y su carisma, envuelven sumergiendo en el hechizo a un público que se desbordó en ovaciones.

Éxito tras éxito, Fausto no puede disimular que está cantando en sus aguas,  ante un Maunaloa lleno de gente de bote en bote. Saluda a Edmon Elías y a un amigo… Juan Arturo Rodríguez. El público reitera su decidida vocación por  los éxitos que le dieron gloria y fama a Fausto Rey y una lluvia de aplausos  acompaña “Es tu día feliz”, “Todavía creo en el amor” e “Inventario”.

Fausto,  contrario a Anthony no habla y sólo hace lo que sabe hacer como todo un maestro: cantar.

Las féminas le llevan flores. Algunos del público cantan con él. El Niche,  ante un repertorio de tantos éxitos, pregunta a todos qué quieren que cante.



El público le vocea uno y otro título. Y Fausto feliz, con una risa de oreja  a oreja sigue cantando canciones como “Adulto, “Yolanda”, mientras sus  movimientos escénicos hacen las delicias. Luego sorprende con un añejo “Mi Viejo” y con uno de este tiempo ¿Y cómo es él? de José Luís Perales.



Al  público no le queda otra cosa que aplaudir y cantar a coro junto con él.

Llegó la nostalgia cuando interpreta “Te habré ganado o te perdí” y “Me  muero por estar contigo” hasta llegar a “Liza”. Hay una fémina que se ha  pasado toda la noche pidiéndole un merengue al Niche. El público comienza a pedirle ¡otro! ¡otro! y Fausto Rey se ve obligado a volver y es entonces  cuando expresa: “Si yo no hago el Pájaro herido esta mujer me va a matar”.



Se despidió con este merengue dejando encendido el Maunaloa cerca de la  2:00 de la madrugada con el público bailando y en medio de una cerrada  ovación.

2007-10-01 23:42:38