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Angelina, ciudadana del Planeta

Angelina, ciudadana del Planeta

Bella, ‘sexy’, una de las actrices más imprevisibles de Hollywood. Ligada a Brad Pitt desde hace años, ha formado una familia numerosa, promueve varias organizaciones solidarias de ayuda a la infancia, es embajadora de buena voluntad de la ONU y puede aspirar a un oscar por ‘un corazón poderoso’.



según confiesa a ‘el país semanal’, Su vida ahora tiene sentido.



Madre, cooperante, actriz. Ésas son las tres palabras que, en opinión de Angelina Jolie, mejor la definen. “Soy madre y más que embajadora de buena voluntad para las Naciones Unidas; simplemente, ciudadana del mundo. Y por último, actriz”. Angelina Jolie Voight, nacida en California hace 32 años, es una de las actrices más famosas del mundo, portada en numerosas ocasiones de la prensa del corazón y objeto de deseo de quienes adoran la voluptuosidad de sus curvas en la pantalla. En la vida real, Jolie es una mujer menuda y de apariencia frágil, aunque con un punto de misterio en su rostro, muy diferente a la rompedora Lara Croft que aparece en Tomb Raider, la rebelde de 60 segundos o la belleza asesina de Mr. & Mrs. Smith.



Ahora, todos la dan como segura candidata al Oscar gracias a su interpretación en una de sus últimas películas, Un corazón poderoso.



Angelina Jolie se siente ante todo una mujer afortunada: “Tengo la oportunidad de hacer el trabajo que quiero. Estoy enamorada de mi labor como cooperante, me inspira y me llena, y adoro a mis hijos, a mi familia, cada segundo del día. Ésta es mi vida, que además tengo la fortuna de compartir con Brad, un hombre fascinante y un compañero maravilloso”. El Brad al que Jolie se refiere no es otro que el guapo actor Brad Pitt; él es su “amor”, su “mejor amigo” y el “padre de sus hijos”. Ambos se han convertido en familia numerosa en tan sólo dos años. Es fácil de imaginar la locura que reina en su casa con cuatro hijos pequeños: Maddox, de seis años, adoptado en Camboya cuando Angelina Jolie aún estaba casada con Billy Bob Thornton; Zahara, de dos, adoptada en Etiopía en 2005; Pax, vietnamita, de tres años, y Shiloh, de 18 meses, la única hija biológica de la pareja. “Me preocupaba que hubiera diferencias entre dar a luz y adoptar a un hijo”, comenta la actriz, “pero más allá de que a veces miro el rostro de Shiloh y puedo ver a Brad, no hay más diferencias”. Le faltan palabras para describir a cada uno de los miembros de la familia más singular de Hollywood. “Maddox”, dice, “es el más cariñoso, y Pax, el más rebelde, y eso que cuando le conocimos era tímido y callado, pero después de estar dos días en casa descubrimos que era uno de los miembros más ruidosos de la familia.



Pax y Zee –diminutivo de Zahara– han conectado muy bien, y Madd y Pax son muy chicos, ya sabes, con momentos de camaradería seguidos de grandes peleas. La relación de Brad con sus hijas es algo diferente y me hace gracia, ya que para una madre es más difícil ser amiga de las niñas, especialmente cuando crezcan y empiecen a salir”.



Los últimos rumores apuntan a que Angelina Jolie podría estar embarazada, pero está tan extremadamente delgada que parece imposible, aunque la belleza de su rostro, con ese brillo que sólo poseen las mujeres en estado, da que pensar. “No estoy embarazada, pero gracias por preguntar”, aclara. ¿Y los constantes rumores que hablan de nuevas adopciones? “No de momento. Somos una familia numerosa y queremos estar seguros de que todos están bien, que cada uno recibe el cariño y las atenciones que necesita. Pero tendremos más hijos y siempre estamos abiertos a adoptar en otros países”, apunta maliciosa, recordando el deseo de Pitt de contar con un equipo de fútbol como prole. El nombre de Brad está constantemente presente en la conversación. “Soy muy afortunada de contar con él en mi vida. Él es muy metódico, yo soy muy impulsiva. Brad hace las maletas en el último minuto, y yo tengo que empezar tres días antes para organizarlo todo, así que los dos apreciamos el equilibrio que nos aportamos el uno al otro”, añade. Con la familia viven también dos traductoras, una vietnamita para Pax, “que aún no domina el inglés”, y otra que habla camboyano a Maddox “para que no olvide su idioma”.



“Nuestro objetivo”, dice, “es que todos dominemos el francés, aunque de momento Maddox nos lleva ventaja”.



Rebelde y con dos matrimonios a sus espaldas, Jolie está más que acostumbrada a las críticas, así que las habladurías sobre su forma de coleccionar hijos caen en saco roto. “Siempre espero de la gente la inteligencia suficiente para que se den cuenta de la situación específica de cada país, y confío en que esperen lo mejor para cada niño en su nueva vida”. Se ha acostumbrado ya a la presencia constante de los paparazzi aunque le duele por sus hijos. “Para ellos es más difícil. Intentamos que no se asusten, tomarnos la situación como un juego, porque nuestra hija más pequeña se asusta y se queda en el coche porque no quiere ni moverse cuando ve una cámara”. Ella se protege como puede. Aparece en el hotel de Los Ángeles donde hemos quedado para la entrevista de cara a promocionar Beowulf escoltada por un amplio séquito de publicistas, representantes del estudio y relaciones públicas. Asediada por la fama, Jolie tiene recursos para evitar esta presión. “Estuvimos en casa de los padres de Brad unos días y fue una maravilla la tranquilidad que respiramos. Cada vez que regresamos de nuestra casa en Camboya nos damos cuenta de que allí no nos molesta nadie”.



Jolie compró la casa en Camboya nada más adoptar a Maddox con el deseo de que su hijo no se olvidara de sus raíces. Ahora, ese lugar se ha convertido en el centro de operaciones de la actriz en su deseo de salvar al mundo. Allí está la sede del proyecto Maddox-Jolie-Pitt, encargado de la fundación benéfica Millenium Village. Esta organización ayuda a cerca de diez poblados con más de 7.000 habitantes en total a los que se han proporcionado escuelas, carreteras y nuevos cultivos, además de programas para conservar el agua y proteger la tierra, todo ello financiado por el bolsillo de Jolie y Pitt.



Angelina Jolie gana por película más de 10 millones de dólares, lo que en 2006 la situó en la lista de las 10 actrices mejor pagadas de Hollywood. Solidaria, destina en la actualidad un tercio de su salario a diferentes causas benéficas. Eso al margen de donaciones personales como los 100.000 dólares que entregó a los refugiados del Sáhara Occidental con el deseo de animar a otros a hacer lo mismo, o el millón de dólares que a través de su fundación donó el pasado mes de mayo para los afectados por el conflicto de Darfur. “Gano un salario ridículo por lo que hago”, dice a modo de disculpa. Hollywood se mueve así, y su respuesta a los 4,1 millones de dólares que supuestamente recibió de la revista People por las primeras fotos de Shiloh es su trabajo en defensa de desheredados. “Llevo más de cinco años como miembro voluntario de las Naciones Unidas y cuatro con mi trabajo en Camboya. Pero aún queda mucho por hacer, y para eso sigo intentando aprender cada día más para saber llevar mejor estas situaciones sin dejarme llevar por las emociones”, afirma la actriz, que en 2001 fue nombrada Embajadora de Buena Voluntad para las Naciones Unidas en temas de refugiados.



Este trabajo no sólo la ha distanciado del papel de las estrellas de Hollywood que juegan a las ONG, sino que además ha obtenido el reconocimiento de los que han tenido la oportunidad de trabajar con ella. “Se lo toma absolutamente en serio. Su labor con los refugiados no tiene nada que ver con el afán de ponerse una medalla”, dijo Colin Powell, ex secretario de Estado de Estados Unidos, a la revista Newsweek. Jeffrey Sachs, encargado del proyecto UN Millenium para erradicar la pobreza en el mundo, lo confirma e incluye a Jolie en esa corta lista de la que también forman parte los cantantes Bono y Madonna, como gente capaz de llegar con sus iniciativas al mayor número de personas. Una labor en la que la actriz intenta dejar de lado la política. “Todo el mundo debe amar su país, pero sin caer en la ceguera. Yo adoro Estados Unidos, pero también soy crítica y sé que es una superpotencia y tiene el deber de hacer lo mejor para los demás”, añade, sin querer adelantar el nombre del candidato al que ella apoyará en las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos.



Su activismo nació antes de que adoptara a Maddox, durante el rodaje de Tomb Raider, la película que, recuerda, cambió su vida. “Viajé por todo Camboya, y luego, con mi siguiente filme (Amar peligrosamente), por África. Fue allí donde conocí el tema de las minas antipersonas y el problema de los refugiados y la historia de los diferentes países”. Conocer lo que ocurría volvió del revés la vida que llevaba hasta ese momento y cambió sus prioridades. Hasta entonces, los recuerdos de su vida eran los de su infancia, hija de dos actores, Jon Voight y Marcheline Bertrand; criada por su madre junto a su hermano James Haven en un ambiente típico de Hollywood, y los de su carrera: ganadora de un Oscar como mejor actriz de reparto con Inocencia interrumpida. Sin embargo, aquellos dos viajes a Camboya y África y la llegada a su vida de Maddox desataron el cambio. “Antes no sabía qué hacer con eso de ser una joven actriz y la expectación que te da la fama”, afirma, “pero mi labor actual le ha dado sentido a mi vida, me permite dejar de preocuparme por mí misma y fijarme en lo que ocurre a mi alrededor, una forma mucho más sana de vivir”.



Además, Angelina Jolie es muy consciente de lo que su fama e incluso su belleza pueden conseguir para los seres más necesitados. “Al ser una figura pública me es más fácil pedir lo que necesito para mejorar las cosas”, añade. Javier Solana, como responsable europeo para la política exterior y de seguridad, recibió también a Angelina Jolie en una de sus visitas a Nueva York. La actriz asistió recientemente al Foro Económico Mundial, además de formar parte junto a Brad Pitt del Proyecto Global Action for Children para financiar programas de ayuda para los huérfanos de sida y proporcionar educación para la infancia en los campos de refugiados.



Como dijo Colin Powell, no es que ella quiera salvar el mundo, “su deseo es salvar a la infancia”.



“Amo a los niños. Y hay muchos a los que deseo ayudar mediante programas educativos”. Una tarea que Jolie nunca abandona. De hecho, pasó sus últimas navidades con refugiados colombianos en Costa Rica, y además de su casa en Los Ángeles y la de Camboya, Brad Pitt y Angelina Jolie cuentan con otra base de operaciones en Nueva Orleans donde Pitt se vuelca en su pasión por la arquitectura patrocinando un complejo de viviendas ecológicas para los afectados por el huracán Katrina. “Lo que también deseo es inculcarles a mis hijos que las navidades no se centran únicamente en lo que van a recibir, sino también en lo que pueden aprender”.



Bajo el blusón de seda negra, diseñado por Jennifer Rada, de mangas transparentes y ajustado en la cintura por unos pantalones muy estrechos, Angelina Jolie parece alguien demasiado frágil como para encarnar a la supermujer que interpreta en muchos de sus papeles cinematográficos y, desde luego, para ser una madre de cuatro hijos volcada en salvar al mundo. “Todo es saber organizarse”, dice riéndose. “Mi prioridad son mis hijos. Procuro tener tiempo libre y pienso en un futuro trabajar todavía menos como actriz y pasar más tiempo en casa con mi familia. En cuanto a mi activismo político, quiero seguir informándome sobre todo lo que está pasando en el mundo”, advierte.



No es la primera vez que Angelina Jolie habla de una jubilación anticipada en la cumbre de su carrera. Es algo a lo que lleva dando vueltas casi desde que debutó con Hackers, piratas informáticos (1995) y antes de lograr un Globo de Oro y un Oscar como mejor actriz secundaria por Inocencia interrumpida (1999). Conforme su fama, su familia y su interés por el mundo han ido en aumento, la calidad de sus proyectos cinematográficos ha ido disminuyendo. Algunos críticos hablan de “vagancia creativa”, como en 60 segundos, Pecado original o incluso Amar peligrosamente. Para alguien que está pensando en dejar Hollywood, 2007 comenzó con buen pie con El buen pastor bajo las órdenes de Robert De Niro y concluye con la estrambótica aventura animada de Beowulf, pasando por Un corazón poderoso, en la que su interpretación de Marianne Pearl, la viuda del periodista del Wall Street Journal Daniel Pearl, decapitado en 2002 en Pakistán, ha merecido los elogios de todos en esta industria que ve la posibilidad de un nuevo Oscar para Jolie. Este papel, en opinión del crítico más prestigioso en Estados Unidos, Roger Ebert, equipara a Angelina Jolie con Jane Fonda, “una actriz sexy con cerebro, implicada con lo que pasa en el mundo y capaz de moverse entre películas que son puro divertimento y estas otras”.



Cuando habla de cómo fueron sus comienzos en el cine, Jolie menciona su “desesperada necesidad” de comunicarse con el mundo. “En casa me hacen siempre bromas por lo despistada que soy cuando se trata de hablar de películas. No he visto mucho cine y desconozco algunos de los clásicos”. Su padre, el actor Jon Voight, abandonó a su familia cuando ella aún era muy niña. A los 11 años, Angelina Jolie ya estudiaba en el instituto dramático más famoso de Nueva York, el Lee Strasberg. A partir de ahí, su carrera fue una mezcla de interpretación y belleza. Ella es la primera en reconocer que el exotismo de sus rasgos le sirvió de ayuda, aunque no se ve “ni guapa ni fea”. “Me parezco a mi madre, y eso me gusta”, añade. Este año, Jolie ha sufrido la mayor pérdida de su vida con la muerte de su madre, Marcheline Bertrand, a causa de un cáncer de ovarios a los 56 años, justo seis meses más tarde del nacimiento de su hija Shiloh. La actriz achaca a esta pérdida su excesiva delgadez y comenta que fue uno de los momentos en los que sintió a Brad Pitt más cerca de ella: “En la forma en la que estuvo sentado conmigo, cómo me cogía de la mano y cómo me ayudó con todo”.



Brad Pitt fue su compañero de reparto en Mr. and Mrs. Smith y el productor de Un corazón poderoso. Angelina Jolie no descarta una nueva colaboración en el futuro con su compañero.



De hecho, ambos están preparando su primera producción en una serie para televisión centrada en las vidas de los cooperantes que trabajan en algunas de las zonas más peligrosas de planeta. Y sigue pensando en un futuro más alejado de Hollywood. “No es que sea un plan cerrado. Pero si lees los guiones que te mandan, no cabe duda de que es mejor estar en casa con los míos. Me siento más inclinada a crecer como mujer y a estar cerca de mi familia, algo que estoy segura que me hará mejor artista”, afirma. Aunque siga teniendo auténtica pasión por la interpretación: “Mi madre era actriz; mi padre y mi hermano, también. A mí me encanta, pero pienso que si he ayudado a salvar aunque sea una vida, o a cambiar una legislación que afecte a la gente, en el futuro eso tendrá mucho más significado. Y por supuesto, y antes que nada, quiero ser recordada como una buena madre”.



ROCÍO AYUSO 16/12/2007 /El País

2007-12-17 00:12:24