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Don Pepín Corripio hace las delicias de los dominicanos residentes en la Florida

Don Pepín Corripio hace las delicias de los dominicanos residentes de la Florida

                                   

Por : Nery Estévez

Santo Domingo.- En un ambiente al aire libre, entre palmeras, luces de velones y el sentir intenso de una concurrencia expectante y excitada ante la idea de ser participe del nacimiento de una actividad inédita, organizada y  patrocinada por el Consulado Dominicano de La Florida y, saboreando por anticipado el “banquete vivencial” que se presentía dada la calidad del invitado de honor que se había anunciado y, el cual, había aceptado compartir sus vivencias empresariales, experiencias de vida y, como postre, sostener un conversatorio con los asistentes, se esperaba el  inicio formal de la 1ra. TERTULIA  DOMINICANA.          

                 

Con los notas sentidas del himno del país que nos acogía con sentimientos de hermandad y las gloriosas estrofas y acordes del canto a la patria, escrito en el 1883 por Emilio Prud’Homme (letra) y José Reyes (música), se dejó abierto el espacio que más tarde se convertiría en una experiencia como pocas, donde  reinó la camaradería y el buen humor, un sentimiento agridulce de nostalgia por el terruño que nos vió nacer, un anhelo recóndito de extrañeza con “sabor” a tierra mojada, merengue y sol del quisqueyano que no olvida sus raíces y el afecto envolvente que une a los nacidos en nuestra “media isla situada en el mismo trayecto del sol”; nos tocó dar la bienvenida  a los hombres y mujeres que anoche tuvimos el privilegio de  compartir un trocito del caudal inagotable del “manual humano del bien vivir y el bien hacer” que es el hombre que aceptó con suma generosidad, ser el primer invitado de honor de las Tertulias Dominicanas en La Florida  y, asumir el papel de Maestra de Ceremonia.



A seguidas, el Lic. Manuel Almánzar Castillo, honorable Cónsul de la República Dominicana en Miami,  asumiendo la representación del Estado de nuestro país que le es inherente, con sentidas palabras y visiblemente emocionado, se encargó de agradecer la presencia de más de un centenar de dominicanos y dominicanas residentes en La Florida, representantes de los más variados sectores, intereses, profesiones y actividades, que ese día hicieron un alto en su rutina diaria para ser co-protagonistas de esta 1ra. Tertulia Dominicana, la cual, según sus palabras “esperamos que se convierta en una costumbre: en una fructífera, sana  y buena costumbre: LA TERTULIA DOMINICANA, la cual, esperamos sea una actividad periódica que se convierta en instrumento de unión y experiencias compartidas entre los dominicanos de allá y los de acá”.



Asimismo, agradeció la presencia del sr. Raúl L. Martinez y su sra. esposa, cubano de nacimiento, norteamericano de adopción y amigo fraterno de nuestra República Dominicana, con la cual ha mantenido lazos de afecto y solidaridad, no sólo en sus cuatro (4) años como Consejal y sus veinte (20) como Alcalde de Hialeah, sino también, en lo personal.



El Lic. Almánzar, anfitrión del invitado de honor de esa tertulia, fue el encargado de introducirlo y esbozar una breve semblanza del mismo. Esta era una tarea fácil por la abundancia de material biográfico, pero, difícil por el reto de englobar en simples palabras, la historia personal de este ser humano tan especial. Comenzó, por hacer una breve descripción del mismo y, lo catalogó con sobrada razón como “un pionero, un visionario, alguien que encarna las mejores cualidades del hombre o la mujer, que ha tenido el privilegio, el regalo divino de tener dos patrias: una por nacimiento y otra por adopción. Un niño que llego a nuestra amada República Dominicana a la edad de tres (3) años, procedente de su natal  Asturias, desde la madre patria.



Un niño que creció al amparo de nuestra enseña tricolor,  que estudió en nuestro emblemático colegio La Salle,  que por méritos propios recibió un Doctorado Honoris Causa e incontables condecoraciones y reconocimientos, entre ellos, el de “Empresario del Año”  y, que se hizo hombre bajo la divisa del trabajo honrado  y asumió que, EL MAYOR HACEDOR DE MILAGROS, DESPUES DE DIOS…ES EL TRABAJO”.



Para terminar diciendo; “hoy, tenemos con nosotros a un hombre que, al adoptar a la República Dominicana como la tierra en la cual echaría raíces y daría frutos, casó con Doña Ana María Alonso y, en la medida en que crecía su familia y nacían Manuel, José Alfredo, Lucía y Ana, en esa misma medida crecían sus  esfuerzos, su dedicación y las horas que dedicada al trabajo honrado y dignificante, que lo ha llevado a ser hoy por hoy, un dominicano que, sin ningún género de dudas, es el  mejor exponente del emigrante que ha triunfado, no sólo como empresario, como magnate de los medios de comunicación, sino que ha triunfado como esposo, como padre, como español, como dominicano; en fín, como ser humano, que es lo que al final verdaderamente cuenta. Sin más preámbulos, es para mi un honor, un privilegio, presentar a nuestro invitado de honor de esta Primera Tertulia Dominicana…el dominicano de pura cepa..Don José Luis Corripio Estrada, a quien todos conocemos, respetamos y llamamos, simplemente…Don Pepín Corripio”.



Con un gran aplauso acogió el público asistente esta presentación, como si presintiera la experiencia extraordinaria que se aproximaba, pero no, cualquier expectativa que nos hubiésemos hecho…quedó corta. Desde el primer momento, Don Pepín  “se metió en el bolsillo” al más del centenar de participantes en esta tertulia y fue desgranando en nuestros oídos un cúmulo de vivencias, recuerdos familiares y experiencias profesionales y empresariales, que más de uno quisiera poder “patentizar” y registrar como suyas. Fuimos espectadores de excepción de unas confidencias que, a ratos, nos nublaron los ojos de emoción, cuando nuestro exponente nos adentraba en la especial relación que mantuvo con su padre, donde se traslucía una admiración que no podía ocultar, al mencionar, entre otros detalles, como su padre, trabajaba seis días completos de la semana y “descansaba el domingo, porque sólo trabajaba hasta las 3:00 P.M., desde las 6 A.M.”. Su padre, reconoce, fue el artífice principal de su formación y de los valores  de honradez, dedicación y amor por el trabajo bien hecho y por la equidad con que deben de ser tratados aquellos que son los gestores, junto a ellos, de las riquezas que generan sus empresas: los más de nueve mil (9,000) empleados que hoy día ganan el pan de sus familias y que  han llevado a hacer del  Grupo Corripio la gran familia que son hoy día.

Con palabras sentidas, pero claras y precisas, nos habló con ejemplos concretos de la necesidad de inculcar valores  positivos en nuestros hijos, no darle todo lo que el dinero puede comprar, aunque tengamos la disponibilidad para hacerlo;  y estar pendientes de sus acciones, ya que…”generalmente los jóvenes… SI ESTAN EN ALGO” y,  es obligación de padres y madres estar enterados de en que, para que los hechos no nos tomen de sorpresa.  Compartió alguna de sus experiencias con los hombres que han estado al frente de la cosa pública nacional y fue claro y conciso al señalar que, “no se cumplen los mismos principios  y metodología de administración en la empresa privada y  en la cosa pública”, al responder una de las interrogantes de los asistentes. Dentro el público, habían abundantes comunicadores sociales, los cuales pudieron cuestionar a don Pepín sobre diversos temas. Al responder a uno de ellos, dejó bien claro que “la imparcialidad y objetividad al cien por ciento, es una utopía, ya que, para que esta se cumpliese, las páginas de un periódico…tendrían que  salir en blanco”.



Asimismo, fue enfático al expresar que “el comunicador social o la persona en general que pide lo que no debe, deberá, en su momento, hacer lo que no quiere”. Dentro de lo que fue una de las veladas más gratificantes que recordamos, no faltó un fino y sutil sentido del humor  que matizó la noche y en algunos momentos, llenó de carcajadas regocijadas el espacio de esa 1ra. Tertulia Dominicana, que se extendió mucho más de lo previsto, ya que el público asistente no se cansaba de oir, preguntar, compartir y tomarse fotos con el charlista de la noche, como queriendo atesorar esta experiencia y, al llegar a casa, tener en sus celulares o cámaras fotográficas,  la evidencia de que había sido una realidad  esta  oportunidad de aprender y compartir tan poco común.  



Los más jóvenes, por su misma condición los más irreverentes en el buen sentido de la palabra, no se inmutaron y en más de una ocasión y de diferentes maneras, le expresaron al Sr. Corripio su interés en que les diera  la “fórmula mágica” que les permitiera  emular su ejemplo y conseguir sus resultados. Incluso, algunos más osados, de forma jocosa y que fue recibida de la misma forma y agrado por Don Pepín, se aventuraron a cuestionarle sobre “cuanto cobraría él por permitirles poder presentarse en su oficina, durante un mes y poder observar su rutina diaria, a ver si por ósmosis, ellos podían también, aprender de su ejemplo y en algún momento, obtener sus mismos resultados de vida”. Pero, como todas las cosas de la vida, esta tertulia tenía que terminar en algún momento y, después de tocarnos dar por finalizada la sesión de preguntas y respuestas y prometer que tan pronto esté organizada la 2da, TERTULIA DOMINICANA, les haríamos llegar la invitación  correspondiente y exhortarles a contar con su grata presencia una nueva vez,  le tocó al  Honorable Cónsul de la República Dominicana, Lic. Manuel Almánzar, agradecer a Don Pepín por su generosidad,  dar las gracias al público por su asistencia y reiterar su compromiso de servicio con TODOS LOS DOMINICANOS residentes en La Florida y cerrar formalmente la actividad, creemos  que, los palabras  de Yunis Segura-McNally, Directiva de The Dominican International Chamber of Commerce (DICC),  recoge el sentir de los que tuvimos el privilegio de compartir con Don Pepín esa noche mágica : “De verdad que Pepin Corripio fue estupendo, fue una maravillosa  velada-encuentro que disfrutamos a plenitud  todos los asistentes”. 

2008-02-18 21:28:30