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Conmemoran nacimiento de Casandra Damirón



Santo Domingo RD 16 marzo.- En un aniversario más del nacimiento de la gran folklórista dominicana, Doña Casandra Damirón, traemos este interesante reportaje de la autoria de Virgilio Gautreaux, economista, y comunicador, sobre esa genial interprete, calificada como una de las más conocedora de nuestra mésica y ritmos autóctono.

Nuevamente conversamos con su condiscípula de infancia, Doña Anita Lembert Peguero, quien al recordarla llena de emoción, mencionó que en el aula Casandra era la líder.

Casandra con su entusiasmo y energía constantes, captaba la amorosa y paciente atención de sus gentiles maestras Doña Manuela Aybar de Olavarrieta, Gloria Peguero y Marina Vásquez, quienes la alentaban continuar por los incipientes caminos del arte.

Con lucidez-a pesar de superar las nueve décadas, dona Anita destaca que con frecuencia ella y Casandra siendo niñas, acompañadas por una nana, se bañaban en el refrescante río Birán, en un rico balneario entonces llamado La Javilla, ubicado al final de la calle Santiago Peguero, en las cercanías del puente.

Otro lugar favorito que ambas frecuentaban era la playa de Punta Inglesa. Los domingos junto a otras menores, las niñas Anita y Casandra correteaban alrededor de la glorieta de la Plaza Duarte, como anteriormente se llamaba el actual Parque Central. Trujillo en los años treinta le quitó el nombre del prócer Juan Pablo Duarte y le puso el de su madre, Julia Molina.

Ya joven la novel artista, comprendiendo el dolor y tragedia provocados por la Segunda Guerra Mundial, organizó una velada artística en el Teatro Unión y el dinero recaudado se canalizó a la Cruz Roja Internacional.

Casandra ascendió como la espuma en el mundo del arte imprimiéndole a sus actuaciones su carácter personal, donde la calidad era su principal tarjeta de presentación. Esa visión y su férreo apego al respeto al público y sus aficionados, la llevaría a muchas playas extranjeras donde exhibía sus cualidades, levantando siempre su dominicanidad y su origen barahonero.

Su matrimonio con el dinámico maestro de la composición musical Luis Rivera catapultó su potencial artístico, proyectándola por todos los rincones del país, Cuba, Puerto Rico, México, Panamá y otras naciones. Tuvo la suerte y el privilegio de cultivar grandes amistades y personalidades famosas en nuestro continente.

Fue una maestra abnegada con sus compañeros de trabajo y su alumnado. Aconsejaba sus colegas y cultivó excelentes relaciones con muchos admiradores y admiradoras.

Hoy la República Dominicana la honra con sendas estatuas una ubicada en la Avenida Winston Churchil de la ciudad capital y otra en la entrada de la ciudad de Barahona. Una parada del Metro de Santo Domingo está bautizada con su nombre. El edificio de Radiotelevisión Dominicana, también lleva su nombre. Una placa en su honor está colocada en el Boulevar de las Estrellas.

En Barahona con su glorioso nombre hay una Avenida, una barriada, una escuela, un grupo de bailes folclóricos, una cooperativa y varios negocios. En un carnaval local una estructura y carrozas fueron dedicadas a su memoria. Hace varios años en la demarcación hubo una emisora con el nombre Casandra. Fotos, pinturas y murales con su figura se encuentran en entidades académicas, bibliotecas y centros de cultura de esta localidad.

2015-03-16 11:37:46