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La música latina explota en un nuevo documental de HBO


Miami, Florida 27 noviembre.- Explosión Latina fue el nombre que se le dio a la explosiva fama que tuvieron algunos artistas pop latinos como Ricky Martin, Shakira, Marc Anthony y Enrique Iglesias al comienzo del milenio.

Sin embargo, el documental de HBO titulado The Latin Explosion: A New America, que debutó en el canal de pago, lo caracteriza no como breve ni explosivo sino más bien como una llama en estado progresivo: el crecimiento de la música popular latina en Estados Unidos en la segunda mitad de siglo.

Esa historia es paralela a la historia de los latinos en Estados Unidos que se han convertido en la minoría más grande del país y su aceptación (o no) en la cultura dominante.

Casi todo lo que se muestra en The Latin Explosion: A New America, es un tema familiar para el Sur de la Florida y para muchos de los latinos en Estados Unidos. El documental del 2009 Latin Music USA, de PBS, cubrió mucho al respecto. Este documental de HBO narrado por John Leguizamo, comienza con Desi Arnaz en los años 50 seduciendo a América con Babalú, continúa con el frenesí del mambo, pasando por Puerto Rico con West Side Story, Santana, Cheech Marin y el dúo cómico Cheech and Chong, los 70 y el nacimiento de la salsa (con Celia Cruz, como la madrina), Gloria y Emilio Estefan sacudiendo el continente con la Conga, la estrella tejana Selena, el auge de Ricky y muchos otros cuya música se producía en Miami, y termina con la megaestrella de la bachata Romeo Santos y el mismo Pitbull.

Lo que es realmente novedoso es la importancia que se le da a esta historia a través de una plataforma tan prestigiosa como HBO en un momento de contienda presidencial donde los problemas de inmigración y los latinos se han convertido en un tema político que Donald Trump ha escalado y polarizado aún más.

«El documental toca todo tipo de cuestiones sobre inmigración, política y el futuro», dice Tommy Mottola, productor ejecutivo de la película. Mottola que fue ex director de la división latina de Sony Music ?hogar de Anthony, Martin, Shakira y muchas otras estrellas latinas? y uno de los arquitectos del auge musical latino, comentó: «En este momento los latinos son muy importantes y se les está prestando mucha atención. Hay 1 millón de razones para que se les preste atención. Mi propuesta es hacer un documental entretenido y contar la historia a través de la música de manera que fuera fácil de digerir».

Es sorprendente que los latinos ocupen los medios de comunicación solo en tiempo de elecciones. Contrasta en gran medida con la imagen que ofrece el documental de que los latinos no solo son la minoría más grande de Estados Unidos sino que también se han convertido en una parte inseparable de la cultura pop. Romeo Santos puede vender el Yankee Stadium dos noches seguidas a adolescentes de todas las clases que se mueren por ver a Ariana Grande, los ratings de Univisión son los más altos del país y Pitbull es una de las estrellas más grandes del momento. Entonces, ¿por qué los latinos todavía se consideran cultura minoritaria?

Frances Aparicio, directora de estudios de Latina and Latino at Northwestern University in Chicago, dice que hay una desconexión en la manera en que los medios de comunicación parecen enfocarse y a la vez hacer caso omiso de los latinos.

«Se habla mucho de nuestros números y del hecho de que nuestra población está creciendo», dice Aparicio. «Al mismo tiempo hay como una invisibilidad persistente. Los medios de comunicación todavía nos tratan como un caso excepcional».

Latin Explosion capta esas cuestiones de aceptación, de identidad, de lo que significa ser estadounidense y quién decide qué. En la película, Rita Moreno, la primera latina en ganar un Oscar (por su interpretación de Anita en West Side Story), habla sobre como Hollywood la consideraba «étnica» y lo mismo le daban papeles de india americana, que de árabe o de siamesa (hay un clip de ella haciendo el papel de la belleza en The King and I), aunque siempre tuvo el mismo acento puertorriqueño.

«No tenía ningún modelo», comenta Moreno. Así que adoptó el carácter fiero y orgulloso de Anita. Y fue Moreno, la Anita, quien inspiró a Jennifer López a creer que algún día ella podría ser una artista.

En una entrevista telefónica, Moreno comentó que la música latina y el talento de los artistas latinos han hecho que tengan mucho éxito como animadores, pero que eso también se puede convertir en una trampa. «Cantamos, bailamos y traemos un material muy fresco y rico. En ese sentido nos adoran, pero saben muy poco de nuestra cultura». Creo que es por eso que no pensaban en nosotros a la hora de buscar actores para las películas y para la televisión. Solo pensaban en nosotros como animadores y no como personas con una identidad única.

Necesitamos que nos apoyen y que nos conozcan más. No solo como buenos cantantes y bailarines, también como científicos, doctores, abogados, técnicos y muchas muchas cosas más. Representamos a una gran parte del mundo.

Cheech Marin, quien todavía se ríe a carcajadas recordando cómo personajes como Cheech and Chong, un chicano y un canadiense mitad chino, se convirtieron en símbolos de la contracultura norteamericana de los años 70. A pesar de que siempre se consideró parte de Estados Unidos, tanto o más que cualquiera de aquellos jóvenes que encontraba en la calle riendo y tratando de reproducir sus chistes.

«Crecí viendo los mismos programas de TV y comiendo los mismos Cheerios, que ellos», dice Marin desde su casa en Los Angeles. «Siempre imaginé que el sueño americano era yo mismo».

Después que Marin comenzó a transicionar de la comedia a las actuaciones de carácter, a menudo los periodistas le comentaban sorprendidos de que su acento no fuera aquel acento fuerte chicano con el que lo relacionaban.

En Latin Explosion hay una escena de la película de Marin Born in East L.A., en la cual la policía de la frontera envía de regreso a México a su personaje que había nacido en Estados Unidos y otra escena en que músicos mexicanos confunden su versión de Twist and Shout con La Bamba.

«Los medios influyen mucho en cómo la identidad es aceptada y reconocida», dice Aparicio. «Espero que en los próximos 10 años el impacto de los Latinos sea mayor».

Tales contradicciones enriquecen Latin Explosion, aunque no siempre de manera explícita. Vale la pena mencionar que los artistas latinos que trabajaban con Sony bajo la dirección de Mottola desempeñaron papeles centrales en el cine. Sin embargo, los que tenían contrato con otras productoras como Universal, como Juanes o Enrique Iglesias no aparecen en ninguna. Muchos se pueden preguntar por qué una cantante cubana como Celia Cruz, sin dejar de reconocer el mérito que tuvo, haya sido el centro de la salsa y de Fania All-Stars cuando ambos tuvieron sus orígenes en New York y en Puerto Rico.

Uno de los segmentos del documental narra cómo, cuando el ciego cantante puertorriqueño José Feliciano cantó el himno nacional de Estados Unidos en la serie mundial en 1968, muchos se enfurecieron con su interpretación jazzy porque lo consideraban un extranjero usurpando un sagrado símbolo americano. Anthony también recibió reacciones negativas en el 2013 al interpretar God Bless America en la serie mundial. Y algo parecido le sucedió a Sebastien de la Cruz, cantante de 11 años nacido en Estados Unidos, al interpretar con sonidos mariachi el Star-Spangled Banner en el juego tres de la Final de la NBA entre los Miami Heat y los Spurs de San Antonio. A pesar de que los latinos representan el 17 por ciento de la población de Estados Unidos con 54 millones, muchos todavía no parecen reconocerlos como parte del país.

«Son como gritos de desesperación de dinosaurios que no quieren extinguirse», dice Marin. Es hora de que superen eso, mejor cómanse un taco».

Al final del documental hay una visión más optimista de los latinos, de su influencia, de su poder adquisitivo y muestra a Gina Rodríguez recogiendo un Emmy por la actuación estelar que tuvo en el éxito televisivo Jane the Virgin. La figura más representativa es Pitbull, quien se presenta como una mezcla carismática de soñador y encantador. («Soltero, bilingüe y listo para mezclarme», le dice muerto de risa a Barbara Walters.) Y con esa frase dice lo que puede ser la declaración más convincente e inspiradora, de la película sobre la vida y la incursión latente de los latinos en la vida americana.

«Empezamos haciendo los zapatos y después compramos la tienda», dijo. «Empezamos preparando los sandwiches y después compramos el restaurante. Empezamos limpiando casas y después nos compramos la casa. No es el dinero; es el camino, es la lucha. Lo próximo es la Casa Blanca. Si no hay auto, vamos en balsa. De una manera u otra, llegaremos».

2015-11-27 13:01:52