Cultura

Retrato de un presidente «narcisista y egocéntrico»

REPORTAJE

Retrato de un presidente «narcisista y egocéntrico»

Se publica en España la personal semblanza de Yasmina Reza sobre Sarkozy

OCTAVI MARTÍ – París – 08/01/2008

Yasmina Reza (París, 1959), célebre autora de la multipremiada obra de teatro Arte, ultima estos días el montaje de El Dios de la masacre, que estrenará en Francia el 25 de enero. El 7 de febrero aparece en castellano, en Anagrama, El alba la tarde o la noche (sin comas por expreso deseo de la escritora), que se publicó en Francia justo antes de las últimas elecciones presidenciales y que es fruto de un año de seguimiento de la campaña del candidato Nicolas Sarkozy.





«Es un libro que ha estado rodeado de un gran equívoco», decía el domingo pasado Yasmina Reza en un salón del distinguido hotel Lutetia de París.



«Tuvo un eco mediático enorme y se creó una expectativa infundada, como si fuera un libro político, repleto de revelaciones, cuando es un trabajo literario, una serie de bocetos sobre un personaje y el mundo que le rodea, sobre alguien que escoge su destino, su vida, que lucha contra el tiempo».

La escritora lleva razón, pero el equívoco era inevitable cuando el destino del que habla es el del presidente de la República y el personaje, Nicolas Sarkozy. Prueba de la desorientación del público es que para muchos El alba la tarde o la noche pasa por una hagiografía mientras que para otros tantos es una crítica implacable. «He recibido cartas llenas de insultos de personas que decían que había querido destruir a Sarkozy.



Por ejemplo, me reprochaban que hubiese dicho que Nicolas cojea. Y la verdad es que cuando pregunté a la gente de su entorno inmediato si es que se había lesionado y porqué cojeaba, todos me negaron la evidencia: ¿Cojear? ¿Cuándo?».

A Reza la trataron de «cortesana», de «haberse vendido a la derecha» pero a Sarkozy y a buena parte de sus próximos colaboradores el libro no gustó. «Me llamó por teléfono y me lo dijo. Fue una larga conversación que no puedo hacer pública». Ella sigue reclamando que se lea el libro «como un objeto literario, un retrato de pintor, que no una fotografía. No hay ni un solo juicio de valor, no se subraya nada».

El proyecto del libro nace del deseo de la propia Yasmina Reza. «Le expuse mi intención a Nicolas y aceptó, sin poner ningún límite. Allí donde iba, todo lo que veía, podía contarlo sin cortapisas.



Es narcisista y egocéntrico pero nunca le ves leer lo que los periódicos publican sobre él.



Lo absurdo es reducirlo a una sola faceta, presentarlo como un dictador. Puede ser tierno y atento, es inteligente y competente pero también es muchas de las cosas de que le acusan. Es un tipo multifacético. Y es un demócrata: ningún presidente francés había incluido antes en su Gobierno a miembros de la oposición».

Hoy Sarkozy es un personaje más allá de información política. Su vida privada (por primera vez también en un presidente de la República francesa) es material para la prensa rosa. En el año que Reza le siguió, parecía reconciliado con su segunda esposa, Cécilia. «Pero enseguida supe que aquella pareja estaba acabada, era inexistente. Cécilia apenas estaba. He de decir que creo que Nicolas intentaba ganársela de nuevo, era sincero en su voluntad de recuperarla y reconstruir la pareja pero… no hay nada más difícil que entrar en la intimidad de una pareja. Los demás no comprendemos nada. Tenía notas sobre ella pero luego me apercibí de que el personaje era evanescente. De la misma manera el libro no incluye descripciones. No hay ningún paisaje. Pero la realidad era ésta: íbamos de un coche blindado a un avión y así todo el rato. Es así y es también mi voluntad. Es un libro de escritor, no de periodista. Yo elijo lo que ha de salir.



Está escrito al mismo tiempo que lo vivía, pero las notas están retrabajadas, he filtrado para que en el texto sólo esté lo que me apasionaba y en función de la lucha del hombre contra el tiempo».

El romance con Carla Bruni no le sorprende porque sabe de la fascinación que Nicolas Sarkozy siente por un determinado mundo y de la satisfacción que le produce aparecer junto a una mujer bella, pero no quiere hablar de ello. «Le seguí hasta el día de su elección. Luego he dejado de verle». Durante la campaña descubrió a Henri Guaino, el cerebro, el que le escribe los discursos más programáticos.

«Creo que sin él no hubiera ganado. Henri le ha aportado todas las referencias históricas, ha insuflado en sus parlamentos una dimensión social que ha hecho que Sarkozy conectase con un electorado popular al que no sabía como acceder y, sobre todo, le ha dado un estilo. Al principio el entorno de Sarkozy desconfiaba de él, querían alejarlo del equipo. El rasgo de genio de Nicolas ha sido guardar a Henri consigo».

 

2008-01-08 14:05:05