Cultura

En el altar de las leyendas

REPORTAJE



En el altar de las leyendas



Morbo y especulación acompañan la muerte de Heath Ledger

WASHINGTON.- Las Navidades, que pasó en su Perth natal (Australia) «tenso y nervioso», ha dicho Sophie Ward, modelo y amiga cercana de Heath Ledger, y con quien se le relacionó sentimentalmente, ya no anunciaban nada bueno en el horizonte de Heath Ledger. Y es que estar lejos de su pequeña Matilda, de dos años, le martirizaba. Ledger, de 28 años, había roto con la madre de su hija, la también actriz Michelle Williams, en septiembre pasado, y esa ruptura, que le hizo mudarse al apartamento del Soho neoyorkino donde falleció el pasado martes, le impedía ver a su hija. No podía dormir. El hombre que interpretó al torturado Ennis Del Mar en Brokeback mountain -y que le supuso una selección para el Oscar en 2006- llevaba semanas sufriendo un insomnio que combatía con pastillas.



A su agotamiento físico y emocional se sumó una neumonía que contrajo mientras rodaba en el húmedo y frío Londres, la que, de terminarse, podría ser su última película, The Imaginarium of Doctor Parnassus, de Terry Gilliam, y cuyo rodaje ha sido suspendido. También se medicaba para superar la enfermedad londinense. Hasta seis botes de pastillas, todas con receta legal, se encontraron alrededor de su lecho de muerte. Al morbo y la especulación sobre las causas de la muerte del joven actor se sumó el hallazgo de un billete enrollado -instrumento habitual para inhalar cocaína- de 20 dólares. La policía ha descartado tal posibilidad al no encontrar rastros de sustancias ilegales en el dinero.



«Muerte por sobredosis», ha certificado el forense. Se supone que accidental. Pero hasta finales de mes no se cerrará el caso, cuando estén concluidas todas las pruebas toxicológicas. Heath Ledger -nombre que su madre le puso en honor a Heathcliff Ledger, héroe del clásico literario Cumbres borrascosas- fue encontrado desnudo a los pies de la cama al mediodía por su masajista Diana Wolozin. Poco antes, su asistenta creyó que dormía. «Le oí roncar», dijo a la prensa. Hacia las tres de la tarde, cuando el actor no salía de su habitación, la masajista le llamó a su teléfono móvil para «despertarle».



A partir de ese momento, la mujer que descubrió el cuerpo sin vida de Ledger hizo hasta cuatro llamadas, con una duración total de más de nueve minutos, a una amiga suya y del actor: la actriz Mary-Kate Olsen, que se encontraba en California. Finalmente, llamó al teléfono de emergencia 911. Al mismo tiempo que el equipo médico llegaban los guardias de seguridad de Olsen. El actor estaba ya muerto.



¿Agotamiento? ¿Depresión? El mismo actor dijo al diario The New York Times el pasado noviembre que sus dos últimos trabajos cinematográficos le habían cobrado un alto precio emocional. Ledger encarnó a Bob Dylan en I’m not there, filme ya estrenado en Estado Unidos. Y sus fans le podrán ver en las pantallas en julio como el próximo Joker de la saga de Batman en The Dark Knight. El actor definió su papel en esta película, interpretado anteriormente por actores como Jack Nicholson, como el de «un psicópata, asesino en serie y payaso esquizofrénico con ninguna empatía».



Como otros actores, su trágica muerte ocupa las portadas de todos los tabloides. Su nombre ya está en el altar reverencial que se reserva a leyendas como James Dean. La policía de Nueva York colocaba barricadas para evitar disturbios frente a la funeraria Frank Campbell, donde se velaba su cuerpo antes de ser repatriado a Australia, donde finalmente será enterrado. La funeraria es mismo lugar donde han reposado los restos mortales de otras celebridades como Judy Garland, John Lennon o Jacqueline Kennedy Onassis.



YOLANDA MONGE – Washington – 27/01/2008 /El País

2008-01-27 20:20:37