Iglesia católica ordenará 38 nuevos diáconos
SANTO DOMINGO.»Tenemos que redescubrir la alegría del Evangelio, como un tesoro escondido que nos llena de sentido», con estas palabras inició el Obispo Pablo Cedano, Párroco de la Iglesia Buen Pastor, la homilía en la Eucaristía de presentación de los nuevos 38 Diáconos que serán consagrados a finales de octubre o principios de noviembre.
La celebración tuvo lugar en la Iglesia de la Pontificia Santo Tomas de Aquino, y en la misma participaron aspirante a diáconos de diferentes iglesias de las zonas Santo Domingo Oeste, Sur y Este de la capital.
Con la presencia de unos veinte sacerdotes concelebraron la Eucaristía, junto a varios diáconos y la presencia de un grupo de compañeros del Seminario Interdiocesano bajo la dirección del Padre José Rosario Goris.
Rosario Goris afirmó que el Diácono es un hombre que ha recibido el primer grado del sacramento del Orden Sacerdotal por la imposición de las manos del obispo.
Dijo que el diacono según el catecismo de la Iglesia Católica, no son sacerdotes, a pesar de pertenecer al orden sagrado; -añade- su función es asistir y ayudar a los obispos y pueden servir a sacerdotes por ordenes de aquel en la predicación. Igualmente pueden administrar los sacramentos del bautismo y el matrimonio, así como dirigir la administración de las parroquias y otros servicios.
Numerosos fieles, familiares y amigos llenaron completamente la Iglesia parroquial de la Pontificia Santos Tomas de Aquino para presenciar la presentación.
Para el recibimiento, pautado para finales de octubre y principios de noviembre, el Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez será el encargado de imponer la estola a los nuevos Diáconos.
Diáconos de los barrios La Venta, Enriquillo, Las Palmas, Herrera, Buenos Aires, Los Minas, Villa Mella, Alcarrizos, Los Jardines del Norte, Los Ángeles, Los Peralejos, Cristo Rey, Mendoza, Los Frailes, Manoguayabo, y otros sectores de la capital serán ordenados por el Cardenal.
Uno de los principales deberes de un diácono es ser honestos, sin doblez, no dados a mucho vino, no codiciosos de ganancias deshonestas; que guarden el misterio de la fe con limpia conciencia, a la vez de ser sometidos a prueba primero, y entonces ejerzan el diaconado, y así ganar para sí un grado honroso, y mucha confianza en la fe que es en Cristo Jesús.
2008-10-22 00:06:52