60º ANIVERSARIO DEL BALLET NACIONAL DE CUBA
Alicia Alonso: apasionada y vehemente
Mireya Castañeda
Prima ballerina absoluta, coreógrafa, fundadora y directora general de una compañía que está celebrando 60 años y pilar excepcional de la escuela cubana de ballet, Alicia Alonso es una mujer apasionada y vehemente…como muchos de los personajes que interpretó como nadie.
Ella es una etoile indiscutible en la galaxia del ballet mundial y sin embargo…»cuando empecé a bailar no pensaba ser una estrella. Lo que yo quería era bailar y bailar bien. Toda mi vida he bailado porque me gusta, no para ser una gran estrella».
En breves comentarios en conferencia de prensa para presentar el programa del 21er Festival Internacional de Ballet de La Habana
(28 de octubre-6 de noviembre) la Alonso aseveró haber sido su peor crítica, «a pesar que me celebraban, me decía que esto o lo otro no lo había hecho bien».
Pocas veces gocé una función completa pensando que lo hice bien —explicó— y así pienso de la compañía, que nunca seremos perfectos, que hay que seguir trabajando y trabajando para ser mejores.
Refiriéndose al 60mo. aniversario del BNC, Alicia Alonso subrayó: «Tengo que decir que no hemos terminado, estamos empezando».
Desde los inicios, los elogios a esta excelsa ballerina han sido rotundos, exultantes, justísimos. En el propio 1943, año de la legendaria «sustitución» de Márkova por Alonso en Giselle, el crítico de The New York Times, John Martin, escribía: «Que Alonso se desenvolviera con brillantez no fue ninguna sorpresa…Como bailarina ella siempre ha evidenciado una tendencia natural hacia el verdadero estilo clásico».
Walter Terry, crítico de New York Herald Tribune, en 1947: «Yo afirmo que puede decirse con toda seguridad que Alicia Alonso es la mejor de las Giselle contemporáneas…».
Oliver Merlin en Le Monde, 1966: «Olga Spessívtseva, Alicia Márkova, Galina Ulanova, en el pasado; Margot Fontayne e Ivette Chauviré, en el presente: he aquí las únicas grandes Giselle conmovedoras. Sin embargo, Alonso, no se por qué misterio, logra mantener su rango de primera estrella en esa vía láctea».
Así a lo largo de décadas de interpretar un rol considerado el más rico y exigente de todo el repertorio clásico.
A propósito del Festival, es urgente abordar la figura de Alonso como coreógrafa. Nada menos que 12 obras y tres estrenos, debidas a ella, serán llevadas a escena.
No debería ser sorpresa, pero para los menos avezados en el mundo del ballet tal vez lo sea. Ciertamente la imagen de la bailarina es imbatible, más no obstante…
«Yo he hecho coreografías desde los nueve años, en la esquina de mi casa, con mis amiguitas, tenía esa necesidad, además de bailar, luego he montado muchas obras para la compañía» y seguidamente señaló que todo lo ha aprendido de los grandes coreógrafos con los que ha trabajado.
Con respecto a por qué la coreografía Alicia precisó: «Primero la necesidad interior y segundo la de la compañía. Ahora que no bailo tengo precisamente más necesidad de expresarme a través de las obras».
Nada parece detener el entusiasmo de la coreógrafa. Reestrena su versión de esa obra maestra que es La bella durmiente del bosque, sobre la original de Marius Petipá y música de Piotr Ilich Chaikovski.
«Le he cambiado algo, por ejemplo la visión del bosque, cuando el príncipe ve por primera vez el castillo. Había hecho un bosque viviente en la primera versión y ahora lo he enriquecido. Me han ayudado mucho los diseños de (Ricardo) Reymena».
Naturalmente, Alicia que mucho sabe de «desempolvar» los clásicos, ha cambiado «la forma de contar la historia, pero ni el bailable y menos el estilo».
En la propia Gala inaugural lleva a escena A la caida de la tarde, «una obra corta que se estrenó en República Dominicana pero no vista aquí».
Entre otros títulos de Alicia que serán bailados a lo largo del Festival están: Shakespeare y sus máscaras; Cuadros de una exposición; Serenata goyesca y sus versiones de Giselle; La flauta mágica; El lago de los cisnes.
Y nuevamente llega lo sorprendente. Alicia coreógrafa presenta su versión de Lucía Jerez, la única novela conocida de José Martí, escrita en 1885, a la manera de las novelas por entregas, y aparecida en el periódico El Latino Americano, que se editaba en Nueva York.
La novela es una historia de amor que concluye trágicamente y se desarrolla en un lugar indeterminado del continente americano, con todas las contradicciones y problemáticas sociopolíticas y culturales propias del siglo XIX.
Por la elegancia de su prosa, la creación de atmósferas y pasiones, actualmente los críticos la consideran una obra renovadora, un anticipo de la estética que revolucionó la escritura hispanoamericana en el siglo XIX.
Para este ballet dramático, Alicia partió de un libreto de Fina García Marruz, gran estudiosa de Martí. «Me emocionó mucho hacerlo por lo que representa, aunque siempre he tenido miedo de hacer obras de grandes».
Alicia explicó que contó con la ayuda de José Neyra en el libreto, porque había que hacerlo más concentrado.
«Como ustedes saben, mis ojos son débiles, pero lo veo todo en mi mente. Yo sola escogí la música. Cuando encontré una partitura de Enrique González Mantici supe que podía hacer el ballet. Vi cuando se abre la cortina, vi cada escena, lo vi todo».
Lucía Jerez, nombre de la apasionada y vehemente protagonista de la narración…como la propia Alicia Alonso.
2008-10-29 23:15:29