Cultura

Juan Bosch: «Soñé que la nieve ardía…y el fuego se lavaba»

Roberto Valenzuela

Ante el relato de aquel hombre todos los presentes enmudecimos del

asombro. No era para menos en virtud a que todos teníamos una imagen

opuesta a lo que nos a acababan de contar sobre el caudillo Juan

Bosch.

Este relato tiene su origen en que el día cinco de mayo de 2010 el

presidente de Venezuela, Hugo Chávez, visitó el Palacio Nacional y el

nombre más mentado fue el del profesor Bosch. Como gobernante

populista, para recibir los honores militares, Chávez llegó a las 10

de la mañana a la explanada del Palacio Nacional él mismo manejando su

yeepeta negra.

El presidente Fernández recibe a Chávez y le presenta al presidente

del Senado, Reinaldo Pared Pérez. Cuando Fernández le dice que el

presidente del Senado es del oficial Partido de la Liberación

Dominicana (PLD), Chávez respondió: ?los muchachos de Juan Bosch han

llegado lejos, Bosch era un político fuera de serie. Yo me inclino

ante él?.

Al finalizar los honores militares, los dos gobernantes subieron las

escalinatas del palacio y se dirigían a despacho presidencial, pero

alguien desde el público gritó fuertemente: ?presidente Chávez yo soy

de la Fuerza Bochista?. Era un subsecretario de Educación, Luis de

León, al que la seguridad mantenía alejado y que se hace llamar

presidente del Movimiento Fuerza Boschista.

Leonel Fernández, que se quedó parado sorprendido, sintió vergüenza

ajena, que un funcionario suyo rompiese el recio protocolo en un acto

de esa naturaleza y gritara así. Pero Chávez, dejando su comitiva,

acudió donde Luis de León y dijo: ?!que viva Juan Bosch, carajo!?.

Los dos presidentes se encerraron en una reunión larguísima de más de

seis horas. En tanto, para la rueda de prensa, en el Salón de

Embajadores del Palacio Nacional, los gobernantes eran esperados por

más de 70 reporteros, el vicepresidente de la República, Rafael

Alburquerque, el alto dirigente del PLD Euclidez Gutiérrez Feliz y

decenas de funcionarios dominicanos y venezolanos.

Cuando la reunión de Fernández y Chávez llevaba más de cuatro horas,

el vicepresidente Alburquerque se acercó a un grupo de la prensa y nos

decía bromeando que si la gente del Palacio no nos habían dado comida.

Algunos reporteros respondieron que los peledeístas en el gobierno,

incluyendo al Presidente, son muy tacaños.

Alburquerque dijo que lo que pasa es que Fernández heredó la tacañería

de Bosch e hizo la anécdota de la insistencia de Bosch para cobrarle

?la deuda? de 25 pesos a Juan de la Cruz Buré, uno de los primeros

miembros del Comité Político del PLD.

?Juan de la Cruz, me debes 25 pesos, págame, le decía en toda las

reuniones del Comité Político?, cuenta Alburquerque. Después de tanta

insistencia, Buré le pagó 10 pesos en una ocasión. Y después le pagó 5

pesos.

Habían pasado dos años, cuando Buré pensaba que ya el caudillo se

había olvidado de la deuda. Pero Bosch le insistió: ?!Juan de la Cruz

págame!?

El dirigente respondió: ?pero yo le pagué?. Y Bosch ripostó: ?no, me

debes 10 pesos todavía?.

Bosch, lleno de la creatividad y de la sabiduría de un hombre de campo,

le elevó esta súplica: -Soñé que la nieve ardía y que el fuego se

lavaba y para seguir soñando, soñé que tú me pagabas.

La deuda de los 10 pesos, según Alburquerque, la pagaron entre él y Vicente Bengoa,

que hoy es ministro de Hacienda. Así nos enteramos que lo mismo que el

caudillo tenía de honesto tenía de tacaño.

Roberto Valenzuela es periodista

rvalenzuela@elcaribe.com.do

2011-02-21 03:45:52