SANTO DOMINGO, RD, 13 de Febrero.- Modificando su agenda llena de compromisos pastorales y con un pie casi en el estribo del avión que lo llevará al futuro cónclave que elegirá al sucesor del Papa Benedicto XVI, el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez dice que aún no sale del asombro que le provocó la renuncia del Pontífice.
«Nadie estaba pensando en esto, ni remotamente, pero el Papa nos ha dado un testimonio admirable de sinceridad, libertad y también de coraje», apunta el purpurado dominicano, uno de los que encabeza la lista de los 19 cardenales con pleno derecho a elegir y a ser electos Papa.
«Indiscutiblemente que del cónclave de marzo saldrá electo un excelente Papa, conozco muy de cerca a todos los cardenales y se que allí hay hombres muy inteligentes, muy bien preparados y con todas las cualidades para asumir el gobierno de la iglesia universal, con el mismo celo y amor apostólico que Juan Pablo II y Benedicto XVI», dijo López Rodríguez.
El purpurado destacó que a diferencia de Juan Pablo II, Benedicto XVI es un Papa que tiene limitaciones de salud para realizar viajes transoceánicos, y que después de sus visitas a México y Cuba los médicos le prohibieron viajar, debido a sus problemas cardiovasculares. Tras enjuiciar los motivos que expuso el Papa para renunciar, el Cardenal dijo que el propio Pontífice reconoció sus limitaciones y que eso es propio de los hombres de la capacidad intelectual que el Papa Benedicto siempre ha tenido, con una cultura amplísima, que le permitió a él mismo darse cuenta de que sus limitaciones físicas y de salud no le permitirían desarrollar favorablemente el Papado que demanda el mundo de actual. «Creo que en esa situación fue que el Papa decidió retirarse, pues yo sencillamente me retiro pareció decirse, dando una gran muestra de valentía, humildad y grandeza humana».
López Rodríguez, quien participó en el cónclave que el 19 de abril de 2005 eligió como Papa a Benedicto XVI, dijo que no se puede olvidar que el actual pontífice ha sido un hombre muy cercano a Juan Pablo II, que aunque fueron arzobispos y cardenales muy distintos debido a las líneas pastorales de sus respectivas nacionales, Polonia y Alemania, «tenían un gran amor a la iglesia, un profundo celo pastoral y una fidelidad a toda prueba a la doctrina y enseñanzas de Jesucristo».
Destacó que uno de los fuertes del Papa que acaba de renunciar es su capacidad de trasmitir enseñanzas muy profundas y densas, en un lenguaje llano y sencillo, que todo el mundo puede entenderlo. «Benecito XVI pasara a la historia como un hombre de grandes enseñanzas y firme doctrina, ya sus libros se han traducido a doce y quince idiomas, y algunos se leen hasta en 30 idiomas».
PENSADOR PROFUNDO QUE AFIANZÓ DOCTRINAS
El Cardenal resaltó, asimismo, que el papa Benedicto XVI tuvo que enfrentar situaciones de criticas y calumnias contra la Iglesia que le causaron mucho sufrimiento, al igual que a todos en la iglesia, pero él asumió la defensa y puso las cosas en su sitio. Indicó que uno de sus fuertes fue no dejar nada sin respuesta y pedir perdón cuando fue necesario.
El purpurado definió a Benedicto XVI como un pensador profundo que supo definir y afianzar doctrinas, porque en la iglesia aparecen algunos que piensan que se debe permitir una libertad indeterminada, que cada uno piense y haga cosas a su manera, pero a esos el Papa les dijo que no, que la iglesia tiene su credo y sus normas desde el principio de la sucesión de los apóstoles y eso debe respetarse.
Listín Diario
2013-02-13 06:33:48
