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La soledad de los que pierden poder 

Por doctor Ramón Ceballo 

La soledad en el poder es un fenómeno complejo, el cual, surge  cuando quienes han acompañado a los que ejercen el poder, observan el final de su mandato. Es ahí cuando la sensación de aislamiento que experimentan las personas que ocupan cargos de autoridad, especialmente cuando deben tomar decisiones difíciles, enfrentan,  la presión de sus responsabilidades.

La soledad,  es un sentimiento físico, emocional y psicológico, el cual se asocia a personas  que han perdido la influencia o poder que durante un periodo de su vida ejercían  definiendo políticas de Estado,  ejecutivos, empresarios, líderes de organizaciones sociales, deportivas, culturales, etc.

Cuando el final físico, emocional o intelectual esta llegando a su fin, quienes se cubrían bajo la sombra de ese liderazgo se vuelven indiferentes. Quienes ayer juraban lealtad, ya no se escucha un grito, una nota o un suspiro de reconocimiento, admiración y respaldo.

La soledad de los líderes se expresa a través del aislamiento emocional, pues  quienes tenían un gran poder comienzan a sentirse desconectados, la distancia entre ellos y sus colaboradores se agranda. Aunque su rol les obliga a mantener una postura de autoridad, lo cierto es que se ha ido generando una desconexión en su entorno.

Esa desconexión que se ha producido, a la vez genera desconfianza, y a sentir que no pueden confiar plenamente en aquellos que continúan a su alrededor, debido  fundamentalmente, al miedo  a que sus colaboradores o aliados puedan tener intereses propios o actuar en su contra.

La desconfianza alimenta la sensación de soledad, debido a que cuando una persona desconfía de los demás, le resulta más difícil abrirse emocionalmente, establecer relaciones profundas y sentirse parte de un círculo afectivo.

Generalmente, aparece cierto grado de paranoia, la cual genera temor cuando va a tomar decisiones  debido a que descubren que están rodeados de personas que solo les ofrecen apoyo superficial, no auténtico, sintiéndose solo, porque no tiene a nadie que le dé una retroalimentación honesta.

La sensación de soledad, lo aísla, trae como resultado, dificultad para compartir vulnerabilidades, pues esos liderazgos en el ocaso de su carrera suelen estar obligados a mantener una imagen de fortaleza, lo que puede dificultar la expresión de sus inseguridades o preocupaciones.

La verdad es que en quienes más se refleja la soledad del poder, es en los Políticos que ejercen funciones públicas, tales como presidentes, monarcas o líderes de naciones, los cuales experimentan una soledad extrema porque su poder está constantemente evaluado, y eso limita sus relaciones cercanas.

Además, en segundo lugar aparecen los Empresarios y ejecutivos, debido a que en el ámbito empresarial, los CEOs y otros ejecutivos de alto nivel experimentan soledad en sus funciones debido a la responsabilidad en la toma de decisiones y la presión para mantener el éxito de la empresa.

Otros en padecer esta soledad al final del término para el cual fueron seleccionados, son los Líderes de organizaciones o movimientos, fruto de que en esas organizaciones que lideran pueden enfrentar la soledad de su poder, ya que a menudo tienen que equilibrar ideales con la necesidad de tomar decisiones pragmáticas que pueden contradecir sus principios.

La soledad en el ejercicio del poder, se caracteriza a través de múltiples signos y síntomas, entre ellos ansiedad y estrés fruto de la carga de decisiones que deben tomar, las cuales  puede generar ansiedad crónica. El riesgo de la soledad puede intensificar el estrés, ya que el líder, todo poderoso, que era le ha llegado el momento que no tiene con quién compartir sus preocupaciones o dudas.

Esta situación trae como resultado que ese liderazgo tenga dificultad para delegar funciones, pues  la misma soledad como resultado de la pérdida del poder, suelen tener problemas para confiar en otros y delegar tareas importantes, lo que trae como resultado que se sobrecarguen.

Al sobrecargarse en sus funciones, generan un gran agotamiento, que los desconecta  emocionalmente, y resultada que toda esa presión del poder acumulada  puede llevar a esos líderes, todo poderosos, a desconectarse emocionalmente de las personas cercanas, incluso de familiares y amigos.

Esto contribuye a aumentar la sensación de soledad, la cual trae como resultado un desgaste de las relaciones personales, pues a medida que las decisiones difíciles toman prioridad, las relaciones personales se verán afectadas.

La soledad se intensifica cuando el líder se ve incapaz de equilibrar su vida profesional y personal, pero lo cierto es que la soledad en el poder es una experiencia común entre aquellos que ocupan altos cargos, y sus efectos pueden ser profundos y difíciles de superar, ya que la carga emocional y las responsabilidades inherentes al poder generan un aislamiento que es difícil de compartir con los demás, pues no quieren mostrar sus debilidades.