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De la iglesia de Moca, su historia y El Benefactor

Iglesia Sagrado Corazón de Jesús de Moca.

Por Juan Cruz Triffolio

Sociólogo – Comunicador Dominicano

trifffolio@gmail.com

Adentrarnos al heroico municipio de Moca, en la fértil región del Cibao, es de inmediato disfrutar del majestuoso y emblemático templo de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, cuya construcción fue iniciada en 1946 y concluyó en 1956.

Hacemos referencia a una impresionante obra diseñada por el arquitecto Humberto Ruiz Castillo y que fuera declarada por decreto presidencial, en el año 2006, como Patrimonio Monumental de la República Dominicana

Unos 16 años antes, en 1990, atendiendo a sus riquezas arquitectónicas y su significación histórica, cultural y religiosa, había sido distinguida como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Su construcción, a iniciativa del sacerdote salesiano Antonio Flores requirió de un presupuesto de 500 mil pesos, gracias a que los mocanos que nada tenían aportaron su trabajo, una carretilla de arena, libras de cemento, bloque de hormigón, mientras los de mayores recursos hicieron contribuciones monetarias de alta cuantía.

La Iglesia Sagrado Corazón de Jesús presenta un estilo romántico y un imponente campanario de 60 metros de altura cuyo toque se escucha desde muy lejos, además de que exhibe un gran reloj que puede ser visto desde diversos rincones de la ciudad de Moca.

Su estructura física tiene una altura de 110 metros y en su interior cuenta con una imagen en mármol blanco del Corazón de Jesús, un mosaico de Nuestra Señora de Guadalupe, proyectándose en uno de sus deslumbrantes vitrales la recreación de la escena del Cristo Redentor.

Es considerada como uno de los templos religiosos más hermosos del país, en donde se destaca un espacioso altar dedicado a María Auxiliadora y otro para San Juan Bosco, teniendo como custodia de sus laterales a la Virgen de la Altagracia y San José.

Los sonidos celestiales que acompañan las diferentes ceremonias religiosas emergen de un afinado órgano, calificado como una genuina joya de arte y el más grande del Caribe, provisto con más de cuatro mil tubos.

Como acotación singular en torno al levantamiento del templo de la Iglesia Sagrado Corazón de Jesús algunos investigadores sostienen que el sátrapa Rafael Leónidas Trujillo Molina, guiado por su megalomanía y su constante irrespeto a la familia, credo y valores, al enterarse que su aporte no había sido tomado en consideración por los iniciadores y ejecutores de la obra en referencia, en pleno desenfreno, envió un cheque por RD$25,000.00 al padre Antonio Flores, gestor la parroquia, para contribuir a la terminación de la edificación, cuyo costo final se estimaba en RD$500,000.00.

El celo que provocó al dictador el hecho de que se hiciese realidad el monumento religioso sin depender de su omnímoda voluntad, sin su previo consentimiento y apoyo, generó su ira despiadada al extremo de enviar, poco tiempo después de hacer saber su cuota monetaria, a varios de sus temibles miembros del mal llamado Servicio de Inteligencia Militar -SIM-, a retirar en forma destemplada el instrumento de pago que había utilizado.

Existen quienes aseguran que el cuestionable proceder trujillista estuvo vinculado al hecho de que, al momento de adquirir algunos materiales de construcción de la referida obra, no se valoró, en su justa dimensión la propuesta presentada por representantes de empresas relacionadas con el déspota sancristobalense.

Otra versión sobre lo ocurrido con el retiro de la extraña contribución asegura que, además de todo lo narrado causar una afrenta a la iglesia y la comunidad, generó consternación, vergüenza y susto entre los sacerdotes, quienes quedaron abochornados y presos del pánico.

Finalmente, como consecuencia de lo ocurrido el padre Antonio Flores, corto tiempo después, ordenó a los constructores de la obra religiosa que cincelaran unas lágrimas en la pared externa de la iglesia para recordación de aquella humillación y para que sirviera de aliento al coraje de sus feligreses mocanos,

En el presente, como testimonio fehaciente de tan atinada y ejemplarizante decisión, el detalle escultórico mencionado sirve de testimonio de dignidad y valentía al ser mostrado a los visitantes al templo de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús para que aprecien el temple de aquella indomable comunidad cibaeña.

¡¡Maravillosa decisión…!! ¡¡Hermoso ejemplo…!!–

Juan Cruz Triffolio
Santo Domingo Este, R.D.

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