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Por Manuel Díaz Aponte
Santo Domingo, R. D., 13 de marzo, 2025.- Los comunitarios viven quejándose a diario del desplome del sistema sanitario nacional, un serio problema ambiental y de salud que ningún gobierno ha enfrentado, profundizando así el malestar colectivo.
Es otra de la deuda social de la democracia dominicana que ha sido incapaz, además, de solucionar problemas tan elementales como la recogida de la basura en las vías públicas de las principales ciudades del territorio nacional.
Nuestro sistema sanitario es sencillamente inservible produciendo el desborde de aguas negras en la mayoría de los barrios y áreas céntricas de las ciudades, incluidas San Pedro de Macorís, el Gran Santo Domingo, Hato Mayor del Rey, Barahona, Montecristi, Puerto Plata, San Francisco de Macorís y Santiago.
En la medida en que los espacios urbanos se han expandido con el consiguiente crecimiento poblacional han aumentado igualmente los problemas de los servicios públicos. Y muchos proyectos urbanísticos levantados en los últimos años carecen de los sistemas sanitarios correspondientes.
Hace falta, evidentemente, una efectiva política de planificación y control de las autoridades para aplicar las leyes municipales en esas edificaciones. Y qué decir, de muchas torres construidas sin los adecuados canales de desagües pluviales y sanitarios.
Estamos ante un serio problema, una bomba de tiempo, que podría estallar con las terribles consecuencias sociales y de salud colectiva.
¿Qué están haciendo instituciones como el Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados (INAPA) y la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD) para afrontar y solucionar esta seria problemática?
Lo menos que deberían hacer los directivos del INAPA es dar una explicación clara y convincente de las razones por las que las principales ciudades del país carecen de sistema de bombeos para drenar las aguas negras que brotan sobre aceras y contenes.
No se explica que poblaciones con más de 260 mil habitantes en las áreas urbanas no estén recibiendo los servicios de bombeos de sus alcantarillas sanitarias, como ocurre actualmente con San Pedro de Macorís.
Para solucionar esta problemática en la Sultana del Este se deberán complementar la colocación de las tuberías que no fueron incluidas durante el mandato del expresidente Leonel Fernández, que, aunque se instaló una bomba en las proximidades de la actual Plaza del Faro, no pudo resolver definitivamente el problema.
Ahora estamos ante una realidad más compleja porque la ciudad ha crecido progresivamente con nuevas urbanizaciones, especialmente en los litorales este y norte, y que no están conectadas a los sistemas sanitarios y pluviales.
Por consiguiente, la sociedad petromacorisana tendría que padecer nuevamente las excavaciones de sus calles que fueron pavimentadas por la actual administración.
Estamos ante un evidente cuadro de falta de planificación y coordinación en las ejecutorias gubernamentales.
¿Qué costo tendría modernizar y eficientizar el sistema del alcantarillado sanitario de San Pedro de Macorís? Algunos estiman que alrededor de 20 mil millones de pesos.
Una estrategia podría ser materializarla en varias etapas para que su impacto económico en el presupuesto nacional sea manejable.
Modernización del desagüe
Otra alternativa para afrontar el grave drama de la acumulación de aguas negras en Macorís es que se proceda a reparar las pequeñas bombas en las subestaciones de Placer Bonito y El Toconal, aunque tengamos que hacer una colecta ciudadana para dotar al INAPA de tan esencial equipo que permita mínimamente preservar la higiene urbana.
¿Qué tan costosas son esas bombas adquiridas en el exterior que no puedan ser compradas por el Gobierno?
¿Dónde está el camión-mula utilizado para succionar las alcantarillas sanitarias?
El presidente Luis Abinader debe dotar al INAPA de los recursos necesarios para modernizar todos los sistemas de bombeos sanitarios en el país. Una situación de urgencia y una emergencia que no debe seguir siendo postergada.
El transeúnte que incluye a los visitantes extranjeros que vienen al país no merece que se le exponga a un cuadro tan deprimente como el de respirar un aire contaminado por las aguas residuales en las vías públicas. El hedor a heces fecales es sencillamente insoportable.
Las autoridades tienen que aplicar un nuevo accionar en procura de que el INAPA sea eficiente, constante y transparente en su misión de velar por el buen uso y funcionamiento de los desagües sanitarios en las ciudades importantes del territorio nacional.
Cuadro deprimente
Antes de que se inicie la temporada de lluvia, las autoridades deben resolver el drama deprimente de las aguas negras acumuladas en las calles y avenidas, porque de lo contrario las inundaciones llevarían esos contaminantes a los hogares.
Un país que depende del turismo no puede poner en riesgo esa imprescindible actividad para nuestro sostén económico.
En ese sentido, es impostergable aplicar políticas orientadas a limpiar y corregir las inservibles canalizaciones de las aguas negras en calles y avenidas de las principales comunidades.
En este 2025, el presupuesto nacional es de un billón 681,728.1 millones de pesos, con lo cual las autoridades contemplan iniciar la construcción del alcantarillado sanitario Bávaro-Punta Cana, en la región Este.
También, esa institución gubernamental contempla la ampliación y mejoramiento de la red de agua potable y alcantarillado en el municipio de San Francisco de Macorís, con monto máximo de contratación de ochenta y cinco millones de dólares.
Otras provincias incluidas en las programaciones de ampliación del alcantarillado pluvial y sanitario son María Trinidad Sánchez, San Cristóbal, Samaná y San Juan.
La pregunta: ¿Y San Pedro de Macorís para cuándo?
Artículo de Manuel Díaz Aponte