spanish.news.cn| 2024-12-15 10:07:45|
Por Wang Aihua y Xu Lingui
MACAO, 15 dic (Xinhua) — Durante siglos, la tranquila ciudad de Macao, enclavada junto a Hong Kong, rara vez ha acaparado tanta atención como hoy.
En menos de una semana, este rico y culturalmente vibrante territorio chino celebrará el 25° aniversario de su retorno a la madre patria, que puso fin a siglos de ocupación portuguesa.
Desde 1999, Macao se rige por la política de «un país con dos sistemas», un acuerdo único que le permite mantener su sistema capitalista y su modo de vida dentro de la China socialista.
El concepto fue propuesto por primera vez por el difunto líder chino Deng Xiaoping en la década de 1980 para reunificar el país, inicialmente con Taiwan en mente. Más tarde se aplicó en las dos regiones administrativas especiales (RAE) de Hong Kong y Macao, tras su devolución por parte de las potencias coloniales a finales de los años noventa.
A pesar del escepticismo inicial, Macao ha decepcionado a los detractores y se ha convertido en un modelo del éxito de esta política.
Antes conocida como la «ciudad de los casinos» y como escenario habitual de películas de pandilleros, se ha transformado con una velocidad difícil de asimilar, y hoy es un lugar próspero y dinámico, célebre por su vitalidad económica, bajos índices de delincuencia y excepcional nivel de bienestar público. Este año, la revista Forbes clasificó a Macao como el segundo lugar más rico del planeta, solo por detrás de Luxemburgo.
Luo Weijian, catedrático de Derecho de la Universidad de Macao, atribuye el éxito de la ciudad a su sólida relación con las autoridades centrales, su eficaz sistema político, su rápido crecimiento económico, la significativa mejora del nivel de vida y la armoniosa coexistencia de diversos grupos étnicos.
PATRIOTISMO Y DEMOCRACIA
Según Luo y otros observadores, Macao ha desarrollado una sólida relación con las autoridades centrales y se ha beneficiado ampliamente de los vastos recursos y las oportunidades estratégicas que ofrece el marco de «un país».
«En los últimos 25 años, el país ha considerado a Macao como una joya en la palma de su mano, sirviendo siempre como el más firme respaldo para la prosperidad y estabilidad de Macao, y proporcionando constantemente las mayores oportunidades para su desarrollo», declaró el jefe ejecutivo de la RAE de Macao, Ho Iat Seng.
El apoyo puede adoptar la forma de recursos esenciales, como un suministro constante de agua dulce, o de algo que Macao, con un tamaño de apenas más de 20 kilómetros cuadrados en el momento de la devolución, necesita más para su desarrollo: Espacio.
El Gobierno central aprobó los planes de recuperación de tierras de Macao y le concedió la administración de 85 kilómetros cuadrados de aguas circundantes. En 2021, se estableció una zona de cooperación en profundidad para ampliar la colaboración entre Macao y la provincia de Guangdong. La zona, situada en la isla de Hengqin, abarca más del triple de la superficie terrestre de Macao.
Ieong Tou Hong, miembro del Consejo Ejecutivo del quinto mandato del Gobierno de la RAE de Macao, declaró que los drásticos cambios en la línea costera y el perfil de Macao son una viva muestra del apoyo incondicional del Gobierno central.
Por otra parte, Macao ha mantenido fielmente la jurisdicción general del Gobierno central, salvaguardando los cimientos mismos de «un país».
Ya en 2009 completó la legislación sobre la salvaguardia de la seguridad nacional. Aplicando un nuevo principio exigido por las autoridades centrales, según el cual solo los patriotas podían presentarse a las elecciones, en 2021 celebró con éxito las elecciones a la VII Asamblea Legislativa. Las elecciones a jefe ejecutivo de hace dos meses ofrecieron otro ejemplo.
Kou Hoi In, presidente de la Asamblea Legislativa, recordó el acuerdo casi unánime entre los legisladores sobre la ley de seguridad nacional. «Aunque puedan existir opiniones divergentes sobre ciertas cuestiones de subsistencia, hay consenso en que la prosperidad del país es lo primero», afirmó Kou.
Según los observadores, Macao ha construido a lo largo de los años un sistema político eficaz, en el que el jefe ejecutivo desempeña el papel principal, mientras que los poderes administrativo, legislativo y judicial funcionan como controles y equilibrios mutuos, aunque de forma cooperativa.
El poder legislativo, por ejemplo, no es en absoluto un «sello de goma», como injustamente describen algunos occidentales. La mayoría de los legisladores obtienen sus escaños en elecciones competitivas. Los observadores de las elecciones afirman que no son menos animadas que las de los países occidentales: En las campañas desfilan vehículos con altavoces y en los colegios electorales se forman largas colas desde primera hora de la mañana.
Durante las sesiones de preguntas, los legisladores pueden enfrentarse directamente al jefe ejecutivo o presentar sus preguntas por escrito, a las que el Gobierno está obligado a responder. Los medios de comunicación locales retransmiten en directo las sesiones de preguntas cara a cara.
«La práctica de ‘un país con dos sistemas’ en Macao se basa en la propia situación de la ciudad, que es diferente de Hong Kong, por no hablar de Occidente, tanto en términos económicos como políticos», afirma Luo, el profesor de la Universidad de Macao.
CRECIMIENTO DE LA ECONOMÍA Y APROBACIÓN PÚBLICA
La filosofía política china destaca desde hace tiempo la importancia de la aprobación pública. Lin Guangzhi, investigador cultural local, afirma que «Macao lo consiguió», y añade que alcanzar un alto nivel de satisfacción pública ha sido un factor clave para la buena gobernanza de Macao.
Según Lin, antes de 1999, los habitantes de Macao detestaban el régimen colonial portugués, marcado por la burocracia, el estancamiento económico y la escasa seguridad pública.
Con la política de «un país con dos sistemas», Macao se ha asegurado un fuerte apoyo de su madre patria, China, y el derecho a gobernar de los propios habitantes de Macao. Ambas cosas son fundamentales para resolver los males que padecía en el pasado.
Pero la receta del éxito de esta política va más allá de lo que puede ofrecer «un país». Macao ha aprovechado las ventajas de los «dos sistemas», conservando los beneficios de su sistema capitalista, incluido un modelo económico más abierto y unas prósperas industrias del entretenimiento y el ocio, en particular el sector del juego.
Es una comparación sorprendente con la situación en la parte continental, donde la Ley Penal castiga a quien reúna a gente para participar en juegos de azar, dirija una casa de juegos o haga del juego su profesión con ánimo de lucro.
En el último cuarto de siglo, la política de «un país con dos sistemas» ha impulsado el rápido crecimiento económico de Macao. En comparación con 1999, su PIB per cápita se ha multiplicado por más de cuatro, hasta situarse en torno a los 70.000 dólares en 2023. En general, esto ha ocurrido paralelamente al despegue económico de la parte continental de China, pero por una senda diferente.
Y el auge económico ha beneficiado a la mayoría de la población local. El Gobierno ha gastado generosamente para mejorar la accesibilidad y asequibilidad de viviendas, sanidad y educación de alta calidad. También es un lugar mucho más seguro, con delitos violentos, como secuestros, asesinatos y asalto agravado, inexistentes o extremadamente raros.
Zhang Jie, que se trasladó a Macao desde la parte continental de China hace seis años, afirma sentirse lo bastante segura como para dejar que su hija de seis años vaya sola al colegio. «Macao es sumamente segura», afirma.
Disipadas las preocupaciones por mantener sus estilos de vida e intereses capitalistas, Macao es ahora una ciudad calidoscópica, con opulentos hoteles de lujo y complejos comerciales que reclaman los primeros puestos mundiales, y barrios residenciales con edificios antiguos que dan a los habitantes el toque común que desean.
Pansy Ho Chiu-king, multimillonaria empresaria macaense, declaró en una entrevista reciente que los habitantes locales tienen un auténtico sentimiento de ganar en el auge socioeconómico y cultural de la ciudad.
José Chan Rodrigues, un ciudadano portugués nacido en Macao, afirma que los elementos culturales portugueses, como la lengua y la arquitectura, se han conservado en su mayor parte en Macao.
«En 1999, yo aún era un niño. Mi padre me dijo que no me preocupara. Me dijo que las cosas mejorarían. Y así fue», declaró Rodrigues a Xinhua.
El jefe ejecutivo, Ho Iat Seng, dijo que durante sus cinco años de mandato, Macao ha hecho nuevos progresos en la diversificación de su economía para reducir la fuerte dependencia de la industria del juego, con el objetivo de convertirse en un centro mundial de turismo y ocio. Sectores como la medicina tradicional china, las finanzas modernas, la ciencia y la tecnología, las exposiciones y convenciones, y la cultura y el deporte están en auge.
El desarrollo de Macao en los últimos 25 años ha demostrado que la política de «un país con dos sistemas» es plenamente aplicable, factible y popular, asevera Ho.
De cara al futuro, Sam Hou Fai, el nuevo jefe ejecutivo, próximo a asumir el cargo, declaró que Macao desempeñará un papel aún más activo en el desarrollo de la Gran Área de la Bahía de Guangdong-Hong Kong-Macao y avanzará en la construcción de Hengqin.
También afirmó que Macao consolidará su posición como plataforma clave para que China coopere con los países de habla portuguesa, donde viven unos 250 millones de personas a través de Europa, América Latina, Asia y África.
En julio, China dio a conocer un nuevo paquete de reformas en el que destaca la necesidad de aprovechar los puntos fuertes institucionales del «un país con dos sistemas» y facilitar el papel activo de Hong Kong y Macao en la apertura de todo el país.
«Esto crea un amplio espacio y oportunidades para el futuro desarrollo de Macao», afirma Sam.
DIVERSIDAD E INTEGRACIÓN
Pocos lugares en el mundo son tan polifacéticos como Macao, donde diversos grupos culturales y étnicos viven en comunidades concentradas en una superficie de poco más de 30 kilómetros cuadrados.
El centro histórico de Macao, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, ofrece un testimonio convincente: Es testigo de uno de los primeros y más duraderos encuentros entre China y Occidente.
La estrecha y alargada zona está salpicada de edificios históricos, desde el Templo A-Ma, dedicado a la diosa del mar Mazu, hasta la Casa del Mandarín -antigua residencia de una destacada figura histórica china- y las emblemáticas Ruinas de San Pablo, en su día uno de los más grandes templos católicos del Lejano Oriente.
Desde Mazu y Jesús hasta Buda, sus discípulos pueden vivir uno al lado del otro, y sus espacios sagrados de culto pueden estar a la vista.
Wu Zhiliang, presidente de la Federación de Círculos Culturales de Macao, describe a la ciudad como un «laboratorio de civilizaciones humanas».
«Del capitalismo al confucianismo y el socialismo, de los portugueses nacidos en Macao a los continentales y los expatriados de los países del sudeste asiático, Macao siempre ha estado a la vanguardia de los intercambios interculturales, pero rara vez con enfrentamientos», afirma Wu.
Los habitantes de Macao también muestran una actitud más equilibrada hacia el trabajo y la vida que los de Hong Kong o las ciudades más importantes de la parte continental de China, lo que atrae a un número cada vez mayor de visitantes. «Quizá por eso la ciudad sigue siendo tan integradora y los recién llegados se sienten más acogidos de lo que esperaban», dice Zhang Jie.
Cuando se propuso por primera vez la idea de «un país con dos sistemas», probablemente pocos esperaban que tuviera tanto éxito en Macao, que en aquel momento era la más discreta en comparación con Hong Kong y Taiwan.
Como dijo en una ocasión Deng Xiaoping: «No importa si un gato es blanco o negro, mientras cace ratones». La política de «un país con dos sistemas» es un experimento en curso que sigue evolucionando. Al aplicarla, los esfuerzos deben adaptarse siempre a las condiciones locales. En este sentido, Macao se ha erigido sin duda en un pionero exitoso.
Zheng Yongnian, un reputado politólogo, dijo que el éxito actual de Macao con «un país con dos sistemas» no es su techo, sino «un nuevo comienzo y punto de partida».