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Tercera guerra mundial, ¿es inevitable?    

Manuel Diaz Aponte

 Ucrania representa un barril sin fondo ante una causa que no ganará pese a los miles de millones de dólares que Estados Unidos sigue entregando a Volodímir Zelenski, actor, comediante y abogado convertido en político, responsable en gran medida de la destrucción de su país.

¿Cómo se cree que Rusia puede perder la guerra ante Ucrania con todo y el brazo militar de la OTAN y Occidente a su lado? Inevitablemente, Zelenski tendrá que negociar una salida mínimamente honorable con Vladimir Putin, hombre de personalidad recia y firmes convicciones.

Amparado por una estructura y maquinaria militar extraordinaria y dotada de equipos de últimas generaciones tecnológicas, las fuerzas armadas rusas son actualmente invencibles, demostrando capacidad de lucha en el terreno. Y eso, lo saben muy bien, los países europeos aliados de EE. UU.

Francia, Reino Unido, Italia, Alemania y España no podrán sostener económicamente a la OTAN, que podría debilitarse tan pronto el presidente electo Donald Trump asuma las riendas del gobierno a partir del 20 de enero del 2025.

Trump ha reiterado que acabará la guerra entre Rusia-Ucrania y que la OTAN no podrá seguir siendo financiada por Estados Unidos.

O sea, que al gobierno de Zelenski, le quedan pocos días de gloria recibiendo millares de dólares provenientes del tesoro norteamericano y cuya entrega más reciente de la administración de Joe Biden asciende a mil millones.

Si Trump corta la luz de financiamiento a Ucrania al asumir el poder, obviamente que la guerra terminará, traduciéndose en una victoria para los republicanos y por supuesto en una aplastante derrota para Biden y los demócratas.

La incursión directa de Corea del Norte en la guerra entre Rusia y Ucrania tiene diversas implicaciones que apuntan hacia una agudización del conflicto, aunque ello dependerá en gran medida, de la posición que adopte el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

El magnate neoyorquino durante su primer mandato presidencial (2017-2021), se manejó inteligentemente con Vladimir Putin y el líder norcoreano Kim Jong-un.

Primer presidente de EE. UU. en visitar Corea del Norte

Con ambos se reunió varias veces pudiendo lidiar sus diferencias y se convirtió en el primer presidente de Estados Unidos en pisar tierra de Corea del Norte, el 30 junio de 2019.

El 27 de abril de 2018 se reunieron en la franja fronteriza desmilitarizada los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump; de Corea del Sur, Moon Jae-in, y de Corea del Norte, Kim Jong-un.

Cambio Radical

La posición de Trump ante el gobierno de Pyongyang dio un giro gigantesco después que intervino en la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2017, cuando amenazó a Corea del Norte con «fuego y furia».   

Incluso, varias veces Trump llegó a referirse al líder norcoreano como «hombre cohete».

Ahora que el líder republicano retornará a la Casa Blanca hay quienes sostienen que tendrá una magnífica oportunidad de ensanchar las relaciones con la nación asiática liderada por Kim Jong-un.

¿Podrá Trump acercar a las dos Corea dividida desde la guerra que sostuvieron en la década del cincuenta?

En política exterior cualquier cosa puede pasar particularmente ahora en que la geopolítica mundial se transforma aceleradamente y adquiere cada vez más la ruta que supera el imaginario.

Puede que Trump retome en su segundo mandato su estilo personal y particular en cuanto a la aplicación de las relaciones exteriores, su forma de ver el mundo y su indiscutible estilo pragmático para buscar salida a las dificultades.

Cumbre Histórica

El 12 de junio de 2018 en el Hotel Capella, isla de Sentosa, Singapur, fue la celebración de la histórica Cumbre de Singapur, entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump y el presidente y líder de la República Popular Democrática de Corea del Norte, Kim Jong-un, algo impensable en ese momento y que dejó atónita a la comunidad mundial.

El apretón de manos entre ambos líderes marcó una nueva etapa en la compleja y difícil estrategia de la geopolítica internacional, porque estuvo precedida de encendidos discursos, amenazas y lanzamientos de misiles por parte de Pyongyang hacia áreas territoriales de Japón y Corea del Sur.

Kim afirmó que “Hemos superado muchos obstáculos para llegar aquí”, y Trump expresó “Vamos a tener una gran relación”.
Lo que nunca lograron alcanzar los liberales demócratas desde la Casa Blanca para bajar el tono y formalizar vínculos entre Washington y Corea del Norte, el conservador de derecha y magnate inmobiliario Donald Trump sí lo hizo.

Ese pragmatismo que exhibe en sus contactos políticos y acercamiento con otros dirigentes mundiales parece que será nuevamente la tónica en su segundo mandato presidencial (2025-2029).

Y no sorprenderá que formalice relaciones diplomáticas y de cooperación con el gobierno norcoreano. De hecho, en la primera gestión de Trump hubo encuentros bilaterales entre funcionarios norcoreanos y estadounidenses.  

La guerra entre Rusia-Ucrania estaría finalizando tan pronto Trump asuma el poder porque lo viene anticipando en distintos escenarios, pidiendo “un cese al fuego inmediato”. El derroche de dinero de Washington hacia Zelenski concluirá y hasta el financiamiento de la OTAN corre peligro.

En la ceremonia de reapertura de la catedral de Notre-Dame, el presidente francés Emmanuel Macron organizó una reunión trilateral con Volodímir Zelenski y Donald Trump. Las imágenes y saludos protocolares mostraron un evidente distanciamiento entre los dos invitados, en el Palacio del Elíseo, pese a que el presidente ucraniano se adelantó expresando que las conversaciones fueron «buenas y productivas».  

Evidentemente, que las naciones occidentales específicamente las europeas ven en la OTAN, su escudo militar protector ante Rusia. Pero si Trump cumple con retirarle el apoyo financiero como lo ha anticipado por tratarse de una carga económica, que, según él, Washington no puede seguir sosteniendo.     

Trump y su amigo Putin

¿Cómo es que los demócratas nunca se han entendido con el presidente y líder de Rusia, Vladimir Putin? Sin embargo, con Trump las cosas son diferentes.

En reiteradas ocasiones, el presidente electo estadounidense y Putin han tenido encuentros fraternales en eventos mundiales y en reuniones del G-20.

Además del conflicto ruso-ucraniano, la nueva administración estadounidense habrá de lidiar con la guerra entre Israel-Palestina; las maniobras militares de China en las costas de Taiwán, la sucesión del poder en Siria tras el derrocamiento de Bashar al Assad, derrocado tras 24 años en el poder, así como las masivas migraciones latinoamericanas y de otras latitudes hacia EE. UU.

El presidente Joe Biden y Vladimir Putin hablaron en una cumbre efectuada el 16 de junio de 2021, en la gran Villa La Grange de Ginebra, Suiza, en un ambiente de tensión en las relaciones de ambos países. Biden apenas tenía seis meses en la Casa Blanca, cuyo mandato concluye el 20 enero del 2025.

En reiteradas ocasiones, Biden dijo que Putin era “un asesino” y recrudeció esa postura después de la guerra entre Rusia-Ucrania.

Con Donald Trump las relaciones han sido más llevadera e incluso en su primer mandato tuvo varios encuentros con el líder del Kremlin en Alemania, en julio del 2017, en la cumbre del G-20 y en la capital de Finlandia, Helsinki. Le formuló una invitación a la Casa Blanca, la que nunca se materializó

Según el periodista estadounidense Bob Woodward los contactos entre Trump y Putin se mantienen desde que el primero dejó la presidencia de Estados Unidos en 2021.

Putin con Barak Obama  

La última vez que Putin se reunió con un homólogo estadounidense en territorio norteamericano fue cuando se encontró con el expresidente Barack Obama en la sede de la Asamblea General de la ONU, en Nueva York.

Artículo de Manuel Diaz Aponte