El pasado 13 de noviembre la Academia Latina de la Grabación celebró su 25 aniversario con un evento repleto de momentos históricos para la música latina en el Centro de Convenciones de la ciudad de Miami. Entre ellos, el esperado Person of the Year (POTY), un evento privado que representa el galardón más importante de la industria, rindió homenaje al aclamado cantante colombiano Carlos Vives por sus logros artísticos y filantrópicos.
El concepto del tributo Person of the Year no solo reconoce el legado del artista homenajeado, sino que lo celebra de manera única: distintos artistas invitados interpretan las canciones del homenajeado con versiones adaptadas a géneros musicales diversos, mostrando la riqueza y la versatilidad de la música latina.
En esta ocasión, Janina Rosado, reconocida músico, arreglista y directora musical dominicana, fue elegida para asumir la responsabilidad de conformar, realizar los arreglos musicales y dirigir la orquesta que acompañó a un destacado elenco de artistas invitados. Entre los participantes estuvieron grandes figuras de la música como Rubén Blades, Juan Luis Guerra, Gloria y Emilio Estefan, Alejandro Sanz, Arturo Sandoval, Juanes, Luis Fonsi, Wisin, Goyo, Emilia, Kanny García, Julieta Venegas, María Becerra, Vicente García, Pedro Capó, Grupo Frontera, Carín León, Los Fabulosos Cadillacs, Niña Pastori, Antonio Rey, David Bisbal, Gente de Zona, Martina Camargo y Tonada Bullerengue. Manuel Abud, CEO de la academia reconoció y resaltó ante la audiencia que fue la primera vez que una mujer condujo musicalmente el evento.
El evento, celebrado en el Centro de Convenciones de la ciudad de Miami, fue una noche inolvidable donde se fusionaron talentos extraordinarios en un espectáculo que destacó por su excelencia artística y emocional. La labor de Janina Rosado fue fundamental para garantizar la cohesión musical y la calidad interpretativa en un escenario tan diverso y exigente, reafirmando su posición como una de las figuras más relevantes de la música latina contemporánea.
La velada no solo marcó un hito en la carrera de Carlos Vives, sino que también sirvió como un recordatorio del poder de la música para unir culturas y generaciones, dejando un legado imborrable en el marco del 25 aniversario de los Latin Grammy.