Por Juan Cruz Triffolio
Sociólogo – Comunicador Dominicano
Haber desde hace un considerable tiempo con el incansable y dinámico sacerdote Gregorio Alegría Armendáriz, navarro de pura cepa, constituye, además de una fuente inagotable de valiosas vivencias para el fortalecimiento espiritual, compartir con un auténtico siervo del Divino Maestro de Galilea.
Gregorio Alegría Armendáriz
Hablamos de un cura protagonista de incontables y relevantes acciones que ponen de manifiesto su formidable vocación cristiana y su compromiso inquebrantable con el proceso de mejoramiento de las condiciones materiales y espirituales de vida de los más necesitados.
En la comunidad de Los Mina, en pleno corazón de Santo Domingo Este, principal municipio del país en el orden poblacional y territorial, pastoreando la Parroquia San Vicente de Paúl, el padre Alegría Armendáriz, sin necesidad de bullas ni parafernalia, ha sabido granjearse el cariño y respeto de la feligresía con su labor tesonera y tenaz en ánimo de transformar el modelo de subsistencia de los principales grupos humanos más vulnerables de la referida demarcación del país.
Fruto de su compromiso, sacrificio y constancia en el trabajo sacerdotal son los diversos programas de desarrollo humano y familiar en donde actualmente participan adolescentes, jóvenes y adultos de ambos sexos, integrados a actividades formativas de diversas naturalezas y acciones productivas importantes.
Además de sus aportes en el campo de la religiosidad, su coronación como genuino misionero evangelístico logró alcanzarla con la materialización del añorado proyecto habitacional conocido como La Nueva Barquita, hace unos años, con el aporte económico del gobierno central, en la cercanía del sector Sabana Perdida y en donde fueron beneficiadas 1,700 familias constantemente amenazadas por las crecidas del río Ozama.
A la edad de 83 años vive cada día con un nuevo propósito, camina apoyado en un bastón, a consecuencia de un ACV superado, cumple todas sus obligaciones misioneras y labor humanitaria haciendo frecuente presencia en Los Mina, Katanga, Puerto Rico y Los Tres Brazos.
En La Nueva Barquita, actualmente reside junto a sus humildes feligreses, donde promueve el mensaje del Todopoderoso, en un hermoso templo, frecuentemente visitado por innumerables creyentes, identificados con la fe católica y la convivencia pacífica y armoniosa en el nuevo y llamativo espacio urbano repleto de diversos, modernos y confortables apartamentos, con sus servicios comunitarios y calles asfaltadas, iluminadas y espaciosas.
Consecuencia de estas y otras realizaciones, impulsadas por el denominado “cura misionero incansable, bocón y solidario”, como algunos de sus allegados, en privado, denominan, oportuno y justo es el reconocimiento que realizará el Senado de la República Dominicana, presidido por Ricardo de los Santos Polanco, al apreciado padre Gregorio Alegría Armendáriz, el próximo jueves 12 de diciembre, a partir de las diez de la mañana, en el salón Doctor Reinaldo Pared Pérez, en el local del Congreso Nacional.
Se trata de una oportuna y trascendental distinción que ennoblece tanto a quien la recibe con humildad y sobradas razones, como a aquellos que han intervenido en tal certera escogencia.
El Padre Alegría Armendáriz y sus contribuciones a la sociedad dominicana, en su doble condición de sacerdote paúl y ciudadano ejemplar, comprometido con las mejores causas de su comunidad evangélica, es un ejemplo vivo a emular y reconocer como estímulo positivo en un mundo donde, lamentablemente, no lucen abundantes los protagonistas de acciones y realizaciones que engrandecen el alma humana y fortalecen la conciencia colectiva.
Enhorabuena, felicitaciones a este espartano misionero, servidor de Dios, siendo siempre solidario con los desheredados de la tierra.
¡¡Congratulaciones…!!–
Juan Cruz Triffolio
Santo Domingo Este, R.D.
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