Venezolanos durante una protesta contra la reelección del presidente venezolano Nicolás Maduro, en Santiago de Chile, el miércoles 28 de agosto de 2024.
diciembre 03, 2024
El Comité de DDHH de la ONU solicitó a Venezuela abstenerse de destruir material vinculado con las elecciones presidenciales del 28 de julio.
El Comité de Derechos Humanos de la ONU solicitó medidas provisionales para que el Estado venezolano “se abstenga” de destruir el material electoral relacionado con las elecciones presidenciales del 28 de julio, en respuesta a una petición presentada por la firma especializada en asesoría y litigio en Derecho Internacional de DDHH, IHR Legal.
“Desde IHR Legal presentamos petición ante el Comité de Derechos Humanos ONU sobre elecciones en Venezuela 2024. Logramos hoy la ONU determinar a Maduro se abstenga de destruir el material electoral: todas las actas de escrutinio, material totalización, adjudicación y proclamación”, escribió en X, Paulo Abrao, ex secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de DDHH (CIDH).
IHR Legal precisó que presentó ante la ONU una denuncia en la que alegó que el Estado venezolano cometió “múltiples” violaciones a los DDHH en las elecciones presidenciales del 28 de julio, entre ellas “fraude electoral masivo, falta de transparencia, restricción al voto en el exterior, obstrucción al control ciudadano y supresión de acceso a la justicia”.
Además, los denunciantes calificaron que el hecho de que se haya abierto un caso es un “avance crucial” en la lucha por la democracia y que se trata de una acción “sin precedentes”.
“Estimamos que el caso hoy abierto por la ONU probablemente concluirá con una decisión internacional muy trascendente e histórica que constatará que Nicolás Maduro no es el presidente electo de Venezuela”, resalta una nota de prensa de IHR Legal.
En una notificación de acuse de recibo, el Comité de la ONU precisó que la solicitud de medidas provisionales no implica que se haya adoptado “decisión alguna sobre la admisibilidad el fondo de la comunicación”.
“El Comité podrá examinar la necesidad de mantener la solicitud de medidas provisionales a la luz de las observaciones que el Estado parte pueda presentar a este respecto”, señala el texto.
Nicolás Maduro fue proclamado ganador de los comicios, pero la oposición, que publicó copias de las actas que conservaron sus testigos de mesa, denunció fraude y le atribuyó la victoria al excandidato Edmundo González Urrutia, actualmente en un exilio “forzado” en España.
Parte de la comunidad internacional no ha reconocido a Maduro como ganador y ha pedido una verificación independiente de los resultados que causaron protestas que dejaron 28 personas muertas y más de 2400 detenidas.
Sin embargo, más de cuatro meses después del proceso, el Consejo Nacional Electoral (CNE) no ha publicado resultados disgregados.
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El informe preliminar del Panel de Expertos Electorales de la ONU, que en principio sería confidencial y que finalmente fue publicado, expuso que la gestión de resultados de la autoridad electoral no cumplió con los “requisitos básicos de transparencia e integridad” esenciales para celebrar elecciones creíbles. El gobierno afirmó que el documento está “plagado de mentiras”.
El Centro Carter, invitado por el CNE producto de los acuerdos firmados por el gobierno y la oposición en Barbados el año pasado, afirmó que la contienda “no se adecuó a parámetros y estándares internacionales de integridad electoral”.
La incertidumbre aumenta en Venezuela y en la comunidad internacional conforme se acerca el 10 de enero, fecha en la que el presidente electo de Venezuela debe asumir el cargo.
Países como Estados Unidos y Ecuador han reconocido a González Urrutia como presidente electo. El alto comisionado de Asuntos Exteriores de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, dijo a finales del mes pasado que, de momento, “no está en la mesa” del bloque un reconocimiento a González Urrutia, y que cada país es “dueño” de la decisión.
González Urrutia, ha asegurado que espera volver para entonces a Venezuela con el objetivo de asumir la presidencia y ha descartado juramentarse y formar un gobierno en el exilio.
Brasil y Colombia, gobiernos considerados aliados de Maduro, han expresado serias dudas sobre los resultados y, hasta el momento, se han negado a reconocerlo.