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A Pleno Sol; De legisladores…

diariodominicano.com

Por Manuel Hernández Villeta

Santo Domingo, R. D., 2 de diciembre, 2024.- Los diputados y senadores legislan para su provecho personal. Nada justifica que puedan tener beneficios especiales, como son el corralito, el barrilito y las exoneraciones.

Millones de pesos  se pierden, y en ocasiones esos diputados y senadores beneficiados no realizan su trabajo; legislar  a favor del pueblo. De sus comunidades la mayoría solo se ocupa cuando llega la temporada electoral.

Lo ideal y lo que manda la situación económica nacional es eliminar el corralito, el barrilito, las botellas y las exoneraciones. Bajo  ninguna razón se justifican dos exoneraciones abiertas, y donde el legislador puede traer el vehículo que le venga en gana.

Hay legisladores serios y responsables, pero caen en minoría. Si tienen en sus manos reformar las leyes que dan privilegios, sus compañeros la tumbarían. Pesa más el bienestar  personal que el país.

En beneficio de los actuales legisladores se puede decir que esas leyes  vienen de lejos, y ellos únicamente se benefician de las mismas. Pero si deben tomar en cuenta que son repudiadas por el pueblo, que ve impotente cómo se invierten millones de pesos para beneficio personal de sus legisladores.

Los partidos políticos no pueden dar la espalda al problema. Aunque se presente un choque de  intereses, los partidos tienen que proponer que se cambién las leyes que dan paso al clientelismo  y  el lucro personal como son las exoneraciones, el barrilito y el corralito.

En el papel estas leyes se implementaron para atender necesidades de los legisladores, porque muchos carecían de recursos para ayudar a sus comunidades y para obtener un vehículo. Sin embargo, hoy es una carga muy pesada para el pueblo y se debe abolir.

En sentido franco y sincero es una lástima que los legisladores caigan en polémicas y pleitos por estos beneficios y olviden su tarea central de ser defensores del pueblo.

Una mayoría significativa no ha vuelto por sus pueblos luego de ser electos, o por lo menos no escuchan el sentír de sus comunidades. Si hicieran la labor social y fueran esforzados trabajadores en favor de sus lugares de origen, podrían justificar ciertos gastos. Pero no así.

En los torneos electorales se habla de lo que se tiene que invertir para escoger a un  legislador. El dinero que se tiene que disponer evita  que hombres o mujeres del pueblo se  presenten en las elecciones.

Los legisladores deben enfocarse en hacer su trabajo de ser los principales defensores del pueblo, porque son los que viven en las comunidades, los que deben tener presente los problemas de los pobres, los que deben ser la voz de los mudos sociales. Por desgracia no es así, a los legisladores solo les interesan sus intereses.