ARCHIVO – Gisele Pelicot, centro izquierda, sale del tribunal de Aviñón con sus hijos, David, izquierda, Florian, centro al fondo y su abogado Stéphane Babonneau, derecha, en Aviñón, sur de Francia, el 5 de septiembre de 2024. AP
noviembre 25, 2024
El juicio por violación de Gisèle Pelicot, avanza en Francia y con ello la solicitud de penas por parte de los fiscales.
AVIÑÓN, Francia —
Un enorme juicio por violación en Francia avanzó a una nueva fase el lunes, y los fiscales empezaron a exponer los veredictos y las penas que desean para decenas de hombres acusados de violar a Gisèle Pelicot mientras estaba drogada e inconsciente por su esposo.
Tras audiencias que se extendieron por casi tres meses, el juicio de 51 acusados en la ciudad sureña de Aviñón está llegando a su fase final. El valor de Pelicot durante el angustioso proceso la ha transformado en un ícono, incluso más allá de Francia, para los activistas que luchan contra la violencia sexual.
Los fiscales públicos comenzaron el lunes centrándose en Dominique Pelicot, el hombre con quien Gisèle Pelicot estuvo casada durante casi 50 años, creyendo que era un esposo amoroso y atento.
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Sin embargo, él ha reconocido que durante años mezcló sedantes en su comida y bebida, para poder violarla e incluso invitar a decenas de extraños que reclutó en línea para que también la violaran.
La fiscal Laure Chabaud pidió al panel de jueces la máxima pena posible por violación agravada —20 años— contra el ahora exesposo de Gisèle Pelicot. El hombre de 72 años miraba al suelo, una mano en el mango de su bastón, mientras la fiscal hablaba.
“Veinte años entre las cuatro paredes de una prisión”, dijo. “Es mucho y a la vez no es suficiente”.
Se tiene previsto que el tribunal emita sus veredictos antes del 20 de diciembre.
Gisèle Pelicot ha renunciado a su derecho a no ser identificada públicamente y ha impulsado que se presenten en la sala del tribunal imágenes gráficas que su esposo filmó de las violaciones, mostrando que estaba inconsciente e inerte, roncando audiblemente.
“Esta mujer era usted, señora Gisèle Pelicot, una mujer ordinaria”, dijo el fiscal Jean-François Mayet, dirigiéndose a ella, mientras elogiaba su valentía el lunes y su deseo de hacer que la vergüenza cambie de bando, para que recaiga en los violadores y no en sus víctimas.
Ella se sentó en silencio, a veces mirando hacia el techo, mientras los fiscales detallaban cómo Dominique Pelicot acumuló y catalogó cuidadosamente una biblioteca de 20.000 fotos y videos del abuso que se extendió por casi una década. La evidencia almacenada en discos duros, memorias USB y teléfonos llevó a los investigadores a las decenas de hombres que reclutó.
«¿Cuándo se plantearon la cuestión del consentimiento de la señora Pelicot? No antes. No durante”, dijo Mayet.
Pelicot previamente reconoció entre lágrimas en el tribunal que es culpable de las acusaciones en su contra. Dijo que todos sus coacusados entendían exactamente lo que estaban haciendo cuando los invitó a su casa en Provenza entre 2011 y 2020 para tener relaciones sexuales con su esposa inconsciente e ignorante, quien se divorció de él después de descubrir lo que le había hecho.