Angel Artiles Diaz
Bioética y Política
Uso de Recursos Públicos
Este es un tema crucial, no es nuevo, solamente es escaso en los medios de comunicación, porque cuando se trata del uso de recursos públicos para beneficio de funcionarios, el espacio dedicado al análisis del fenómeno de raigambre corrupta, se arrabaliza con el lenguaje de la barriada comunicacional y el delito pierde su enjundia.
El estudio de los aspectos éticos de la vida y la salud se conoce como bioética, y su aplicación en la política implica evaluar las acciones políticas desde un punto de vista ético. En este contexto, se examina cómo las decisiones políticas impactan el bienestar de la sociedad y si se adhieren a principios éticos fundamentales.
Los recursos públicos deben ser direccionados hacia el bien común y nunca para fomentar intereses individuales. Ejercer la política dentro del marco estricto ético-moral y asegurar que los recursos se distribuyan de manera justa y equitativa son fundamentales para mantener la confianza pública, sin subterfugios y con la debida transparencia con periódicas rendiciones de cuenta, no con la consabida nota de prensa, sino con la apertura permanente de una página web que permita a la comunidad accesar a la contabilidad garante de la claridad en el uso adecuado de los fondos públicos.
El fenómeno aberrante denominado Barrilito genera corrupción y desconfianza en el funcionamiento de la institucionalidad y socava la confianza pública, deteriorando la perspectiva del alma de la masa que aporta su voto con la esperanza de ser retribuida con políticas públicas dentro de los linderos de la justicia social sin comprometer la integridad del sistema político.
Principios Bioéticos a ser aplicados en el ejercicio de la política son los siguientes:
Los recursos públicos deben ser distribuidos de manera justa y equitativa, asegurando el acceso a los beneficios que la aplicación de las políticas públicas debe proporcionar.
La Transparencia en la administración de la cosa pública permite a los ciudadanos conocer cómo se utilizan estos recursos mediante la rendición de cuentas, de ahí la obligatoriedad de rendir cuentas por el uso de los recursos públicos, porque los políticos deben ser responsables de sus acciones y decisiones.
Es esencial fortalecer las instituciones encargadas de supervisar y regular el uso de los recursos públicos, asegurando su pulcritud y capacidad de actuación efectiva, promoviendo la educación ética entre los políticos y funcionarios públicos para fomentar una cultura de integridad y responsabilidad.
Es imperativo fomentar la participación activa de la ciudadanía en la supervisión y control del uso de los recursos públicos, asegurando que las voces de los gobernados sean escuchadas y tomadas en consideración.
La bioética es aplicable a la actividad política, para, garantizar que los recursos públicos se utilicen de manera justa y equitativa, para que el ejercicio de la política tenga como base el corolario de principios éticos y morales, que garanticen la transparencia, la justicia y la responsabilidad como pilares esenciales para construir una sociedad más justa y equitativa.