La Fundación Amaury Germán Aristy (FAGA), conmemoró el 63 Aniversario de la Masacre de la Calle Espaillat, hecho horrendo ocurrido el 20 de octubre de 1961 y que propugnaba por la salida del país de los remanentes del trujillato y la reapertura de la Universidad de Santo Domingo.
Reunidos en la calle Espaillat, esquina arzobispo Nouel, frente a una de las casas cuyos tejados fueron ocupados por decenas de estudiantes de la otrora Universidad de Santo Domingo y de liceos públicos de la capital, sobrevivientes de la masacre l63 años después, le rindieron homenaje póstumo a los estudiantes mártires de esa gesta patriótica del pueblo dominicano y su juventud,
Uno de los sobrevivientes, José -chino-Bujosa Mieses, presidente en funciones de la Fundación Amaury Germán Aristy tomó la palabra para recordar el origen, los antecedentes y las causas de ese hecho sangriente de triste recordación en la memoria histórica del pueblo dominicano, y en espacial, de la juventud estudiantil.
Sobre los antecedentes, Bujosa Mieses recordó que el 13 de octubre, en la Universidad de Santo Domingo (USD), un grupo de estudiante, rompiendo el terror imperante en el país, tras el ajusticiamiento del tirano, a grito de libertad, autonomía para la universidad y fuera los profesores trujillistas se manifestaron frente a la Facultad de Medicina siendo esta la primera protesta estudiantil contra los remanentes del trujillato.
Cuatro días después (17 de octubre), se produjo otra protesta, esta vez, más concurrida y generalizada en todo el recinto de la USD, que culminó con la rotura de retratos de Trujillo, derrumbe de una enorme estatua del dictador colocada frente al Alma Mater bajo el grito ¡Fuera los profesores trujillistas de la USD! Destacando entre ellos al rector Machado, de quien pedían su cabeza.
En ese mismo día, la protestas de la USD se generalizaron por todos los liceos de enseñanza pública de la capital y algunos de las regiones Norte, Sur y Este en la que los estudiantes secundarios, siguiendo el ejemplo de los universitarios, fundadores de la Federación de Estudiantes Dominicanos (FED), Asdrúbal Domínguez, Rafael Alburquerque, los hermanos Isa Conde, José Israel Cuello, entre otros en un arranque de rebeldía destruyeron los bustos y retratos del dictador Trujillo y sus familiares.
Ante la avalancha de las protestas, el gobierno del binomio Ranfis-Balaguer decidió cerrar la Universidad de Santo Domingo (USD), hasta el 7 de enero del 1952, bajo el pretexto de que se aprovecharía ese tiempo para elaborar y presentar ante el Congreso nacional un anteproyecto de Ley de Autonomía y Fuero.
Bujosa Mieses, dijo que esta draconiana decisión del gobierno tuvo como reacción el incremento de las protestas estudiantiles en la capital y todo el país, agregándoseles a las consignas ¡Libertad, que no la hay!, ¡Fuera los remanentes del trujillato!, la reapertura de la USD y su autonomía.
De esta manera, subrayó, que el 20 de octubre las condiciones política objetivas y subjetivas habían llegado a su clímax en la resistencia del pueblo dominicano contra los remanentes del trujillato que pretendían seguir gobernando.
Fue así, que desde las primeras horas de la mañana, del 20 de octubre, decenas de jóvenes universitarios, secundarios y pobladores de barrios circundantes al centro de la ciudad, se fueron concentrando en la Calle El Conde, desde donde macharon voceando ¡Libertad que no la hay!, ¡Balaguer, muñequito de papel!, ¡Fuera los Trujillo del país!, ¡Autonomía y Fuero para la USD!, entre otras consignas.
Protesta que fue reforzada al sumársele una avalancha de estudiantes del Liceo presidente Trujillo, hoy Juan Pablo Duarte, que salieron a protestar en dirección al centro de la ciudad llegando hasta el Instituto de Señoritas Salomé Ureña, donde invitaron a las alumnas a agregarse a la protesta.
De esta manera, ya en la calle Espaillat, decidieron ocupar los tejados de las casas de la referida vía, y sus colindantes, arzobispo Nouel, Palo Hindado y Santomé y Padre Billini, y desde sus tejados lanzaban lluvia de piedras y otros objetos contra las primeras patrullas de la policía que se presentaron al lugar armados de fusiles máuser y ametralladoras Cristóbal.
Impotentes ante la agresividad mostrada por los estudiantes, los uniformados pidieron refuerzos sumándoseles patrullas mixtas de policías y guardias que se protegían de las piedras mientras ellos disparaban balas para matar.
Al no vencer la resistencia, los polis guardias, se auxiliaron de efectivos del Cuerpo de Bombero, quienes llegaron con sus escaleras para facilitar a las patullas escalar los techos convertidos en trincheras.
Cerca de la 6 de la tarde, una pertinaz llovizna comenzó a caer mientras se escuchan las ráfagas de las ametralladoras y los fusiles disparados contra jóvenes que clamaban ¡Libertad! ¡Balaguer, Asesino!
Las patrullas, luego de doblegar la resistencia en los tejados, desde donde lanzaron los cuerpos ensangrentados sus víctimas se introdujeron en las casas en busca de los que habían logrado escapar a su carnicería.
Algunos jóvenes que se ocultaron en closet, almarios y baños fueron abatidos y lanzados sus cuerpos desde los balcones de los apartamentos al pavimento de la calle como ocurrió con una de sus víctimas, el estudiante Tirso Román Vargas Almonte quien luego de perforar su cuerpo a balazo fue lanzado del tercer piso del edificio No. 55 de la calle Espaillat.
Los que permanecían ocultos en viviendas colindantes a la calle Espaillat escuchaban los gritos desesperados de los apresados quienes eran sometidos a crueles maltratos.
Al silenciarse los fusiles y el tableteo de las ametralladoras se respiró en el ambiente un olor a pólvora y sangre. Los malvados habían vencido la resistencia de quienes dieron al mundo un ejemplo de patriotismo, coraje y valentía solo visto, once años después cuando sucedió el enfrentamiento de los jóvenes Amaury Germán Aristy, Virgilio Perdomo, Ulises Cerón y Bienvenido Leal Prandy en aquella desigual batalla del 12 de enero de 1972, cuando cuatro valientes muchachos se enfrentaron a más de 2000 efectivos de la Policía y el Ejercito armados hasta los dientes.
Dos días después, de la masacre, habló el presidente Joaquín Balaguer. Sus palabras sorprendieron al país que espera escuchar de su voz una condena contra los asesinos de la calle Espaillat. Su mensaje estuvo dirigido a felicitar a las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional textualmente dijo:
“Sean mis primeras palabras para felicitar calurosamente a la Policía Nacional por la ejemplar conducta que observó durante las explosiones de violencia que han ocurrido en los últimos días en diferentes localidades del país. Es la primera vez, en la historia de la República, que las fuerzas encargadas de velar por el mantenimiento del orden ofrecen a la ciudadanía un ejemplo de civilidad que honraría a los cuerpos castrenses de los países más civilizados de la tierra” …….
La Fundación agradeció a todos los sobrevivientes de la masacre presentes: Romeo Llinás, Eulalia Flores, Nicolás Pichardo y especial al fogoso periodista y militante comunista Miguel Aponte Villegas por ser uno de los propulsores de la realización del acto en recordación a los mártires del 20 de octubre-
Con vehemencia infinita, Aponte se empeñó en la organización del acto, ordenando incluso el diseño de una tarja que textualmente dice; ´´Homenaje a la Juventud Dominicana. En la calle Espaillat de Ciudad Nueva a mano de esbirros de Ranfis Trujillo y Joaquín Balaguer. 20 de octubre 1961-20 de octubre 2024. Tarja que será colocada próximamente en la misma calle. Además, transmitió el acto por una de sus plataformas de alcance internacional. Igual gesto de apoyo y solidaridad le fue atribuido a la Comisión Permanente de Efemérides Patria, siempre presente en defensa de la memoria histórica