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Santo Domingo, R. D., 16 de octubre, 2024.- Falleció hoy el escritor ensayista, sociólogo y periodista Federico Henríquez Gratereaux a la edad de 87 años.
El intelectual dominicano ha sido galardonado con el Premio Nacional de Ensayo “Pedro Henríquez Ureña” en 1979 y con el Premio Nacional de Literatura 2017.
Obtuvo otros reconocimientos como el Premio Caonabo de Oro (2001) y la Medalla al Mérito Cultural, Ateneo Amantes de la Luz (2010).
Henríquez Gratereaux fue un pensador y catedrático que desempeñó distintos cargos como como administrador general de periódico Listín Diario (1963-1966), secretario ejecutivo de la Liga de Asociaciones de Ahorros y préstamo (1976-1978), director de relaciones públicas de la presidencia (1978-1982) y de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, y secretario de Estado sin cartera. Fue director general del periódico el Siglo desde 1997 hasta el cierre de ese diario, en el 2002.
Las obras publicadas por don Federico fueron La feria de las ideas (1984), Peña Batlle y la dominicanidad (1990), Un antillano en Israel (1995), Negro de las mentiras y blancos de la verdad (1988), Cuando un gran estadista envejece (1995), La globalización avanza hacia al pasado (1995), La guerra civil en el corazón (1993), Un ciclón en una botella (1996), Empollar huevos históricos (2001), Disparatorio (2002), Pecho y espalda (2003) y Ubres de nove lastra (2008).
Nació La Vega, República Dominicana, el 19 de septiembre de 1937, hijo de Herminio Henríquez Pérez y Josefina Gratereaux. Y su esposa fue Josefa Hortensia Caolo Moreta
Sus restos serán expuestos en la Capilla La Paz de la avenida Abraham Lincoln de la Funeraria Blandino en el Distrito Nacional, Santo Domingo.
El director de diariodominicano.com, Héctor Tineo Nolasco lamentó el fallecimiento de Don Federico, con quien trabajó en el periódico El Siglo, primer diario dominicano impreso que usó la nueva tecnología en todas las fases del diario, y expresó sus condolencias y solidaridad a su familia.
Tineo Nolasco manifestó que “la muerte física del humanista Don Federico Henríquez Gratereaux, es una perdida sensible. Se apaga una luz en un tiempo de escasez de luces”.
Además, destacó que Federico fue un pensador necesario que deja su obra como legado.