Por Pura Blanco Tineo
New York, 25 de marzo.- Hoy es posible navegar por la Internet y ver videos e imágenes de todo tipo de vida natural, sin embargo vivir la experiencia de caminar por las salas de exposiciones del Museo Americano de Historia Natural provoca una fascinación inexplicable para niños y adultos.
Cuando un neoyorquino como Theodore Roosevelt inicia este ambicioso proyecto hace 147 años es muy posible que tuviera seguro de que su obra perduraría por mucho tiempo como un lugar emblemático de la ciudad de New York.
Situado en la extensa avenida Central Park West y la 79th St., en frente del Central Park de la «La Gran Manzana» o de «la capital del mundo» como suele denominarse a esta ciudad se levanta imponente el American Museum of Natural History, compuesto por 27 edificios interconectados que alberga 46 salas de exposiciones permanentes, laboratorios de investigación y una biblioteca.
Conocerlo, no es posible en una sola visita, tal vez se necesite como mínimo 27 visitas.
Entrar en ese mundo de millones de especímenes de plantas, animales, fósiles, minerales, rocas, meteoritos y objetos culturales humanos es viajar en el tiempo.
Allí todo esta medido, incluso el número de visitantes que ronda en una media anual de cinco millones. Y es que no se trata de piezas inertes de colección, sino de un centro de investigación que reúne a casi 200 profesionales que están estudiando constantemente la evolución de la naturaleza.
El primer nivel está la sala de geología, gemas y minerales y una colección que incluye insectos. En este espacio los niños se ven encantados.
Sin embargo, cuando entran a ese mundo de gigantes de los dinosaurios la emoción se transforma casi en pánico, que va calmándose cuando se dan cuenta que éstos animales gigantes están inertes.
Es sólo el inicio del mundo maravilloso de los museos que ayudan a conocer y entender el pasado como se describe en las películas, que también forma parte de las atracciones de los millones de turistas que anualmente visitan el museo.
En el sótano esta la cafetería, el auditorio y tiendas para comprar recuerdos del museo y una colección de cien pájaros.
No cabe dudas que su mentor, el señor Theodore Roosevelt fue un visionario de la educación, la ciencia y la cultura, junto a John David Wolfe y otros que hicieron realidad el sueño del naturalista Albert S. Bickmore, estudiante del zoólogo de Harvard, Lous Agassiz.
El señor Theodore Roosevelt fue el padre del 26 presidente de los Estados Unidos, primer estadounidense premio Nobel de la paz y primer presidente más joven en la historia de esa nación, quien llevó su mismo nombre.
2016-03-25 22:00:32