Por HUMBERTO CONTRERAS VIDAL
El pasado día viernes 27 de septiembre se llevó a cabo una marcha contra la falta de acción de parte de las autoridades dominicanas ante la creciente ocupación ilegal del territorio dominicano por parte de nacionales indocumentados haitianos.
Esta marcha se caracterizó por la excelente organización y orden desde que inició hasta que finalizó. No cabe duda que hubo coordinación, y hasta posible complicidad, entre los convocantes y las autoridades del gobierno central. Entre todas las actividades que se han venido realizando, sin duda que ha contribuido a las decisiones que el gobierno central ha tomado en los últimos días.
No obstante, es conveniente mencionar que, entre los presentes al inicio de la marcha, hubo un significativo número de personas que participaron en la misma sin pertenecer a la Antigua Orden Dominicana. Se trata de dominicanos que entendieron simplemente el llamado de la patria.
Allí se dieron cita inicialmente cientos de dominicanos que desafiaron la lluvia durante varios momentos del día. Sí, quien no se mojó con la lluvia ese día no fue a dicha marcha.
Una vez se dio inicio a la marcha, creo que se pasó de cientos a pocos miles si se incluye la gran cantidad de policías que durante todo el trayecto fueron controlando la marcha. Otros saludaron y se sumaron en el camino.
Hubo dominicanos que llegaron desde Estados Unidos. Diferentes medios de comunicación enviaron sus equipos de reportaje en los que sobresalió el comunicador José Peguero, quien se merece todo el respeto y consideración del país por el trabajo que viene desarrollando. Algunos comunicadores, en nuestra opinión, sólo fueron oportunistas ya que nunca se le pudo ver marchando y sólo se unieron a la marcha prácticamente al final para solicitar un turno en el micrófono y hablar frente al Edificio de Oficinas Gubernamentales presidente Prof. Juan Bosch Gaviño, lugar próximo al Palacio Nacional donde finalizó la marcha.
Algunos dominicanos de pura cepa, no ven con buenos ojos que las marchas de dominicanos por la defensa de la soberanía se vean contaminadas con banderas extrañas. El pasado día viernes 27 hubo una bandera de una comisión que vino en representación de Donald Trump. La bandera tenía los apellidos de los candidatos republicanos de las elecciones de EE UU, esto es, TRUMP VANCE. El pasado día 05 de octubre en la Plaza de la Bandera, a pesar del poco tiempo que duró el encuentro, sobresalía una bandera del Estado de Israel.
La Antigua Orden Dominicana y todos los que quieran defender la soberanía del pueblo dominicano deben tener cuidado en los apoyos que reciben. En un caso, no se debe compartir escenario con personas ni organizaciones que, en el fondo, son parte de los principales responsables de la situación de la inmigración haitiana en la República Dominicana. Además, el gobierno de Israel está siendo buscado por el Tribunal Internacional de Justicia acusado de un genocidio contra más de 40,000 civiles palestinos que han sido asesinados a los ojos de todo el mundo. Esta situación ha sido denunciada valientemente por el presidente de Colombia Gustavo Petro. Por tanto, no se debe permitir la contaminación del proceso de lucha del pueblo dominicano.
La destitución del director general de migración no ha sido una coincidencia. El discurso del nuevo director de migración y la decisión de deportar 10,000 nacionales haitianos indocumentados cada semana tampoco es una coincidencia.
La decisión pública del sector empresarial de exportación bananero de solicitar al gobierno la regularización de 20,000 nacionales haitianos y, en general, las reacciones que están ocurriendo podrían ser el resultado directo de la presión social que está recibiendo el gobierno central con el problema de los nacionales haitianos que están ocupando ilegalmente el territorio.
Indocumentados que se mantienen en constante violación de otros tipos de leyes que los dominicanos están obligados a cumplir de forma coercitiva por parte de las mismas autoridades que se hacen ciegos y sordos frente a los nacionales haitianos.
Es tiempo de que el presidente Luis Rodolfo Abinader Corona atienda con firmeza al juramento de cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes. Si así lo hace, sepa señor presidente que usted recibirá el apoyo de todos los dominicanos que votaron por usted y los que no votaron.
Señor presidente, no se deje intimidar de ningún sector empresarial, militar, político u organismo internacional. El mundo está cambiando. Hoy más que nunca nuestras riquezas naturales son una garantía de que la República Dominicana puede continuar su camino de desarrollo dentro del antiguo sistema o como parte del nuevo mundo multipolar.
Siéntase apoyado señor presidente por todos los dominicanos, empresarios, policías y militares que creen en Dios, la Patria y la Libertad. Que saben que su cultura y riquezas materiales están en esta tierra de Duarte, Sánchez y Mella.
La República Dominicana nació de la separación de Haití. El país se ha desarrollado. Hoy gracias a Dios y al trabajo de los dominicanos se ha alcanzado un nivel de vida que cada vez más nos permite recibir más ciudadanos del mundo. Que vengan todos los extranjeros. Pero que vengan conforme a nuestras leyes.
Señor presidente, en el marco de la modificación de nuestra constitución. Asegúrese de poner un límite a la venta del territorio dominicano a extranjeros. Procure dar inicio a un proceso de depuración para recuperar grandes extensiones de terrenos que ilegalmente tienen en sus manos extranjeros y malos dominicanos.
Finalmente, señor presidente, la logística de repatriar 10,000 nacionales haitianos es complicada y costosa. Algunas personas no creen que esto será posible. Por dicha razón, nos permitimos recomendar que haya un mayor control en la entrada de indocumentados haitianos. Es esencial parar la entrada. Priorizar 60 % de repatriación de mujeres haitianas y 40 % de hombres haitianos. Apresar civiles y militares que sean sorprendidos negociando con la trata de blanca. La soga se rompe por lo más débil. Aprese a un pequeño, lo importante es comenzar. Hay que buscar la manera de impedir que autobuses lleguen llenos de parturientas a las maternidades dominicanas.
Las potenciales asociaciones de malhechores que incluyen empresarios, policías, militares, políticos y civiles que representan ONGs deben comenzar a sentirse como lo que son, traidores a la patria. Todos tienen la libertad de ir a trabajar por los nacionales haitianos desde Haití. Todos pueden ganarse su dinero allá; y que sepan que, el pueblo dominicano cada día se hace más consciente de quienes son los verdaderos culpables de la inmigración ilegal haitiana que está destruyendo la nacionalidad dominicana. En esta ocasión todos serán dolorosamente escarmentados para que los buenos y verdaderos dominicanos nunca más sean víctimas de sus maquinaciones.
No se detenga señor presidente, lo primero es detener la migración. Luego reducir el número mediante la repatriación y luego se habla de regularizar los nacionales que se necesiten utilizando como marco jurídico la legislación dominicana. Si así lo hiciera, Dios y el pueblo dominicano ya están con usted.
Continúe trabajando, señor presidente, por la libertad, la democracia, la solidaridad, la justicia social, la ética, la defensa del medio ambiente y luchemos todos contra la corrupción y la impunidad.
Que a partir del lunes 7 de octubre, voluntariamente se inicie una campaña permanente para que todos mostremos constantemente la bandera dominicana durante 7 días, allí donde estemos. En nuestros espacios de trabajo, transporte público y privado, en todos los lugares físicos y digitales. Cambiemos nuestras fotos de perfiles por banderas dominicanas. Enviemos un mensaje al mundo de la existencia de la nación dominicana. La tierra que vio nacer la que fuera la mujer más bella del mundo (Amelia Vega). La tierra donde nació la mujer más rápida del mundo, Marileidy Paulino. La nación de todos los dominicanos.
El autor es doctor en ciencias químicas, residente en Santiago de los Caballeros. huco71@gmail.com
