Cultura

A Pleno Sol Clarinada de guerra

Por Manuel Hernández Villeta

Me huele a guerra civil. Si, la convulsión social que está al filo de la navaja en Brasil, Argentina y Venezuela, me da la impresión de que este intento de primavera latinoamericana terminará en guerra civil.

En Argentina hay una acción de fuerzas de la derecha, y se busca ahogar a la fuerza al peronismo y grupos progresistas. La derecha, con respaldo internacional, sobre todo después de pagar una parte de la deuda externa, busca despejar el camino de opositores progresistas o de neo-izquierda.

Es un paso en falso que podría provocar un choque de graves consecuencias. Argentina tiene cierta estabilidad política, que entra en nebulosa. No se olvide su pasado, donde surgieron gobiernos militares despiadados y, sin una formal guerra civil, si con una política de exterminio hacia la guerrilla opositora.

En Brasil ya fue sacado del poder la presidenta Dilma. Para volver tiene que ser mediante la acción popular en las calles. La presidenta por simples motivaciones legales no retornará al Palacio de gobierno. Sus opositores tienen control de las cámaras e instrumentos legales por lo que perderá allí todos los recursos que formule.

Tarde o temprano, los seguidores de la presidenta alejada con un golpe de Estado con tintes de legalidad, tendrán que ir a las calles a buscar respaldo, y entonces vendrá un choque de poderes que podría concluir con una toma violenta del poder, o un afianzamiento de las derechas con apoyo militar.

En el caso de Venezuela, es difícil, por no decir imposible, evitar la confrontación. Los opositores están llamando a la acción a una parte de los militares que podrían no estar comprometidos con los chavistas. Un fraccionamiento del estamento militar es el primer paso a la guerra civil.

Los ejercicios militares dispuestos por el presidente Nicolás Maduro son una clara demostración de que está dispuesto a utilizar a los militares en la defensa de la constitucionalidad, y si es necesario al pueblo distribuido en comandos populares.

No debe ser hora para la sangre en América Latina, y en cada caso se debe permitir que sea la soberana expresión del pueblo la que prime en esos países. La acción de intervención solapada de grandes potencias, solo puede llevar a un salto al vacío, donde el continente se salpique de sangre.

Desgraciadamente, me huele a guerra civil en Venezuela y Brasil. Ojala y triunfe una gestión mediadora.

2016-05-23 04:10:26