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Fernando Arturo de Meriño jura como el primer presidente de la República Dominicana electo por el Partido Azul

Héctor Tineo Nolasco

Diariodominicano.com

SANTO DOMINGO, el 1 de septiembre de 1880,  tomó posesión el nuevo presidente de la República Dominicana, el sacerdote Fernando Arturo de Meriño.

Gregorio Luperón

     De Meriño fue electo Presidente de la República el 23 de julio de 1880, con el apoyo del líder del Partido Azul, General Gregorio Luperón, quien de esa manera dio un paso para mantener a la organización  en el poder  y garantizar la continuidad de su obra.

     Gregorio Luperón había asumido  el Gobierno Provisional, con asiento en Puerto Plata, el 6 de octubre de 1879, luego de encabezar un movimiento armado que derrocó al  Presidente Cesáreo Guillermo. Su gestión se caracterizó por un proceso de reorganización del Estado  y patrocinó una reforma constitucional liberal que fue promulgada el 28 de mayo de 1880. 

     La Carta Magna estableció  el período presidencial en dos años para dar oportunidad a otros dirigentes del Partido Azul, que aspiraban a la Presidencia.

     Para apoyar al sacerdote Fernando Arturo de Meriño, Gregorio Luperón hizo una consulta previa a los principales dirigentes del Partido Azul, quienes dieron su voto favorable en las votaciones del 23 de julio de 1880.  

     Monseñor Fernando Arturo de Meriño tomó posesión de la Presidencia de la República, el 1 de septiembre de 1880.     

     El religioso y político continuó la obra  gubernamental  que había iniciado el Presidente Gregorio Luperón, durante el Gobierno provisional  (1879-1880).

     El Presidente De  Meriño, impulsó la educación nacional, se fundaron varias provincias, escuelas superiores, y en la ciudad de Santo Domingo, se abrieron nuevas cátedras de derecho civil, constitucional e internacional, de medicina, farmacia y agrimensura.        

      Al comentar la gestión de Meriño, el historiador Frank Moya Pons, refiere que en el Gobierno del religioso y político, el Partido Azul actuaba como un verdadero equipo y sus hombres más prominentes trabajaban de mutuo acuerdo poniendo lo mejor de sus conocimientos al servicio de la consolidación de la paz y en la obra de reconstrucción nacional.

    “Las Fuerzas Armadas quedaron bajo la influencia del lugar teniente de Luperón, general Ulises Heureaux, quien fue nombrado Ministro de lo Interior, con influencia en el Ministro de Guerra y Marina, Francisco Gregorio Billini, al trasladarse la sede del Gobierno de Puerto Plata a Santo Domingo.

    Los demás líderes ejercían las diversas gobernaciones  y comandancias de armas, además de los ministerios y otros puestos de confianza.

        Al Presidente De Meriño le tocaron momentos muy difíciles, pues  se vio obligado a suspender la  administración liberal y dar paso a un Gobierno dictatorial, como reacción a las conspiraciones que enfrentaron  a los baecistas del Partido Rojo y al Presidente del Partido Azul.

       El 30 de mayo de 1881, el Presidente De  Meriño,  dispuso por decreto que todo aquel que fuera apresado  con  las armas en las manos contra el Gobierno sería  castigado con la pena de muerte. La medida se conoce en la historia dominicana como el  “Decreto de San Fernando”, porque fue emitido el día de ese santo.

    Luego de la disposición enfrentó un movimiento armado que encabezó  en la comunidad El Algodonal, en San Cristóbal, el general Braulio Alvarez.  Asimismo, aplastó una expedición armada que organizó en Puerto Rico, el ex Presidente Cesáreo Guillermo, quien recibió el apoyo del Gobierno colonial.

   Cesáreo Guillermo desembarcó con sus hombres por la zona de Higüey.  Su movimiento fue aplastado por las tropas comandadas por el general Ulises Heureaux.

    El  Presidente  De Meriño se puso al frente de las tropas del Ejército en Azua, para evitar que se levantaran allí los partidarios del ex Presidente Buenaventura Báez, quien era nativo de esa comunidad.

   Las invasiones contaban con el apoyo de España, en represalia porque el Gobierno dominicano apoyaba a los independentistas de Cuba y Puerto Rico, las últimas colonias españolas en el Caribe.

   Las fuerzas militares gubernamentales aplastaron los movimientos armados durante una lucha de dos meses.

   Una versión histórica da cuenta  que  De Meriño y el general Lilís Heureaux, fusilaron a los enemigos que cayeron en sus manos.

    El 1 de septiembre  de 1882, cuando terminó su gestión, asumió el poder el general Ulises –Lilís- Heureaux, uno de los jefes militares del Partido Azul.

   De  Meriño inició un proceso que lo obligaría a dedicarse de lleno a sus labores eclesiásticas.  En el mismo año 1882, pasó a ocupar la Rectoría del Instituto Profesional, convertido meses antes en centro universitario.

    El  día 16 de julio de 1885, fue consagrado por el Cardenal Parocchi, como Arzobispo de Santo Domingo, al recibir la orden episcopal en Roma. El acontecimiento fue motivo de regocijo en República Dominicana.

    La decisión de la Iglesia Católica se produjo en un momento que en el país había un movimiento de peticiones para que se escogiera a un dominicano Arzobispo de Santo Domingo.

    Entre las personalidades que pidieron que Monseñor  De Meriño, fuera consagrado como arzobispo figuran el obispo Rocco Cocchía, los generales Gregorio Luperón y Ulises Heureaux; así como el educador Eugenio María de Hostos.

Monseñor Fernando Arturo de Meriño, fue Arzobispo de Santo Domingo desde 1885 hasta la hora de su muerte el 20 de agosto  de  1906

Con información del libro Notas de la Historia Dominicana de Héctor Tineo Nolasco.