De Hombres, Mujeres y Cosas, Dominicana Hoy, Efemerides

Discurso de la toma de posesión del presidente Abinader


Honorable señor Ricardo de los Santos, presidente de la Asamblea
Nacional;
Excelentísimo señor Alfredo Pacheco, vicepresidente de la
Asamblea Nacional ;
Excelentísima señora Raquel Peña, vicepresidenta constitucional
de la República;
Excelentísima señora Raquel Arbaje, primera dama;Su majestad Felipe VI, rey de España;
Excelentísima señora Iris Xiomara Castro Sarmiento, presidenta de
la República de Honduras;
Excelentísimo señor Santiago Peña Palacios, presidente de la
República del Paraguay;
Excelentísimo señor José Raúl Mulino Quintero, presidente de la
República de Panamá;
Excelentísimo señor Bernardo Arévalo, presidente de la República
de Guatemala;
Excelentísimo señor Chandrikapersad Santokhi, presidente de la
República de Surinam;
Excelentísimo señor Luis Lacalle Pou, presidente de la República
Oriental del Uruguay
Excelentísimo señor Rodney Williams, gobernador general de
Antigua y Barbuda;
Excelentísimo señor John Briceño, primer ministro, ministro de
Finanzas, Desarrollo Económico, Inversiones e Inmigración de
Belice;
Excelentísimo señor Gilmar Pisas, ministro de Asuntos Generales y
primer ministro de Curazao;
Excelentísimo señor Philip Edward Davis, primer ministro y ministro
de Finanzas de la Mancomunidad de las Bahamas;
Excelentísimo señor Mark Phillips, primer ministro de la República
Cooperativa de Guyana ;
Excelentísimo señor Félix Ulloa, vicepresidente de la República de
El Salvador;
Excelentísima señora Yuliia Svyrydenko, primera viceprimera
ministra y ministra de Economía de Ucrania;
Excelentísimo señor Jorge Luis Tapia Fonseca, viceprimer ministro
de la República de Cuba;
Excelentísimo señor Pedro Pierluisi, gobernador de Puerto Rico;
Su excelencia reverendísima monseñor Gábor Pintér, enviado
extraordinario en misión especial de su santidad Papa Francisco;
Su excelencia reverendísima, monseñor Piergiorgio Bertoldi,
nuncio apostólico de su santidad y decano del Cuerpo Diplomático;
Excelentísimos señores jefes de Misiones Especiales y de
Organismos Internacionales; miembros del Cuerpo Diplomático y
Consular acreditados en el país.
Señores miembros del bufete directivo de la Asamblea Nacional
Honorables magistrados de las altas cortes;
Excelentísimo señor Hipólito Mejía, expresidente de la República
Excelentísima señora Milagros Ortiz Bosch, exvicepresidenta de la
República;
Mi madre Sula Corona viuda Abinader;
Señores ministros y funcionarios del gobierno;
Asambleístas;
Autoridades civiles y militares;
Invitados especiales;
Distinguidos señores de la prensa;
Señoras y señores;
Pueblo dominicano.
Comparezco ante esta Asamblea Nacional, para juramentarme
como presidente constitucional de la República Dominicana para
un nuevo periodo de gobierno, como establecen nuestra
Constitución y nuestras leyes.
Asumo con humildad, orgullo y compromiso la sagrada
responsabilidad que por segunda ocasión me concede el pueblo
dominicano. Me siento profundamente honrado de tomar
juramento, después de un proceso electoral ejemplar en el que los
dominicanos y dominicanas manifestaron libremente su voluntad y
demostraron una vez más la madurez democrática que hemos
alcanzado como nación.

Agradezco la gran confianza que el pueblo ha depositado en mí y
quiero decirles que seré el presidente de todos y cada uno de los
dominicanos sin distinción. Mi cargo me lo exige y mis principios
me lo imponen.


Esta juramentación acontece el día en que se conmemora la gesta
restauradora, que tiene para nuestra nación un significado
especial, porque con ella se consagró el sentimiento de
dominicanidad por el que lucharon nuestros padres fundadores, al
hacer realidad los anhelos de independencia de nuestro pueblo y
el establecimiento de un orden institucional que garantizara a cada
uno de los hijos de esta hermosa tierra ser dueño de su propio
destino.
El sacrificio de los restauradores, que conmemoramos cada 16 de
agosto, nos recuerda que la libertad no es gratuita y que cada
generación tiene la responsabilidad de defenderla.
La verdadera fortaleza de una nación reside en los hombres y
mujeres que la forman. Cada individuo tiene el potencial de
contribuir a mejorarla y es a través de la participación y el
compromiso cívico que se pueden lograr transformaciones reales.
Hoy es el día en que recordamos a algunos de los grandes nombres,
como el de Gregorio Luperón, Pedro Antonio Pimentel, José
Contreras, Gaspar Polanco, Santiago Rodríguez y muchos otros.
Hombres que lo dieron todo por la restauración de nuestra
independencia. Pero sobre todo hoy es el día de recordar al más
importante héroe de nuestra historia, el gran restaurador: el
pueblo dominicano.
Por él estamos aquí y por él debemos dar lo mejor de nosotros
mismos.
El verdadero triunfo de un gobierno no se alcanza cuando se
consigue el poder, sino cuando este poder se utiliza para servir al
pueblo y para solucionar los problemas reales de la gente.
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El proyecto de nación que encabezo y que en estos cuatro años
continuaremos profundizando, tiene un carácter abierto e
integrador y cuenta con la participación de todos para alcanzar un
futuro de prosperidad, libertades y justicia social para el pueblo
dominicano.
Este gobierno es el resultado de una vocación democrática, que
desde sus inicios viene luchando decididamente por el buen uso de
los fondos públicos y que es incompatible con la corrupción. Quiero
subrayar que vamos a profundizar nuestras acciones de prevención
de la corrupción y por la transparencia para seguir protegiendo el
dinero del pueblo.
Hace cuatro años, nos propusimos gobernar desde el diálogo,
abiertos a todos y promoviendo la independencia y la autonomía
de los distintos poderes del Estado.
El respeto al Estado de derecho fue uno de los más firmes
compromisos que adquirí con los dominicanos cuando en 2020
tomé posesión como presidente. Les di mi palabra y he cumplido
con ella.
Señoras y señores,
República Dominicana ha alcanzado un papel importante entre los
países de la región, gracias, entre otras cosas, a la estabilidad y la
buena salud de la que goza nuestra democracia, así como al
dinamismo económico y las grandes oportunidades que aquí
existen para las empresas y la inversión.
Desde nuestra llegada al Gobierno, comenzamos a trabajar para
lograr las transformaciones que necesitaba el país, a la vez que
abordábamos las muchas dificultades que se nos han presentado
en forma de crisis.
Siempre lo he dicho; lo urgente no nos ha impedido hacer lo
importante.
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La determinación del Gobierno dominicano de no dejar a nadie
atrás se ha mostrado en todas las acciones que hemos desplegado,
con el fin de proteger las fuentes generadoras de empleos y crear
más oportunidades para nuestros ciudadanos.
El crecimiento económico que experimenta República Dominicana
ha alcanzado números envidiables, como los registrados en los
años 2021, 2022 y 2023 cuando el Producto Interno Bruto tuvo un
notable aumento promedio del 6.5 % anual, muy por encima de la
media de la región. Y las previsiones de los organismos
internacionales como el Fondo Monetario Internacional sitúan
nuestro crecimiento para este año en el 5.4 %, muy superior al 1.9
% proyectado para este 2024 en la región.
Somos uno de los países con mayor estabilidad económica y con
una de las tasas de inflación más bajas de Latinoamérica. República
Dominicana logró situarse en mayo de 2023 por debajo del rango
meta del 4 %, siendo uno de los primeros países en alcanzar ese
objetivo; hemos cerrado el año con un 3.57 % y seguimos
trabajando para mitigar los efectos de la inflación mundial.
Nuestro gobierno ha generado un excelente clima de confianza,
que ha permitido atraer la inversión privada al país en las cifras más
altas de la historia. Esto se evidencia mirando el componente de
inversión del PIB, que ha pasado de un promedio del 25 % en el
periodo 2007 al 2020, al 32 % desde 2021 a 2023.
La inversión extranjera directa se sitúa en más de 4,390 millones de
dólares al cierre de 2023, rompiendo el récord que ya habíamos
alcanzado el año anterior y que contrasta con los datos de la CEPAL
que indican que, en la región, esa inversión cayó cerca del 10 %
para el mismo periodo.
En 2023, por primera vez llegaron a República Dominicana más de
10 millones de visitantes en un año, lo que no solo confirma que
superamos la pandemia con éxito, sino que demuestra que nuestra
estrategia de rápida apertura y reformas ha permitido que
superemos las aspiraciones que existían antes del COVID. Este año
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2024, les anticipo que sobrepasaremos los 11 millones y medio de
visitantes, lo que nos consolida como el segundo país más visitado
de Latinoamérica.
La fortaleza del turismo y otros sectores nos permitió cerrar 2023
con el nivel de reservas internacionales de divisas más alto de la
historia con 15,457 millones de dólares.
Todos estos indicadores nos consolidan como la séptima economía
de América Latina y nos están llevando a convertirnos en un hub
logístico de clase mundial, aprovechando además nuestra posición
geográfica privilegiada en el Caribe, un punto estratégico del
comercio mundial.
Este hub lo seguimos consolidando con una fuerte inversión en
infraestructuras que están conectando mejor todo el país y
aumentando nuestras capacidades logísticas.
En los pasados cuatro años hemos construido dos nuevos puertos
turísticos y otros tres se encuentran en construcción con alianzas
público-privadas. Además, ya está en fase de ejecución un nuevo
gran muelle logístico multimodal en Manzanillo, en el norte del
país, y a esto debemos agregar los más de 15 muelles pesqueros
que construimos en diferentes puntos de la geografía nacional.
Hemos reformado y conectado zonas antes olvidadas, y hemos
apostado por el transporte masivo con la construcción de grandes
infraestructuras como el monorriel de Santiago, los teleféricos de
Santiago y los Alcarrizos y la extensión del metro de Santo
Domingo.
En los pasados cuatro años el aeropuerto de Punta Cana ha
duplicado sus instalaciones, y el próximo año se iniciará la
construcción de la terminal 2 del aeropuerto de Santo Domingo.
Este año 2024 se iniciaron las construcciones de una nueva
terminal en el aeropuerto de Santiago y el nuevo aeropuerto
internacional de Pedernales.
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En términos logísticos estamos en franca expansión. Nunca hemos
estado mejor conectados tanto dentro del país como con el resto
del mundo.
Nuestras zonas francas constituyen otro de los motores de
crecimiento económico de nuestro país, aportando casi 200,000
puestos de trabajo y aproximadamente 8,000 millones de dólares
en exportaciones en el año 2023. Esto supone un 28 % más de
exportaciones y un 12.4 % más de empleos respecto a 2019.
No solo exportamos más, sino que también exportamos mejores
bienes de alta tecnología, como dispositivos médicos, equipos
electrónicos, y otros componentes de alto valor agregado.
Esto nos permite también tener mejores empleos, más cualificados
y mejor remunerados, y nos posibilita seguir en nuestra apuesta
para que en los próximos años nuestro país sea de los pocos
candidatos mundiales que califiquen para el ensamblaje de
semiconductores. Tenemos la formación, tenemos la red de
contactos y aliados y tenemos un ecosistema favorable para
conseguirlo.
Pero estas cifras económicas no serían por sí solas importantes si
no tuvieran un claro reflejo en la vida de la gente. Tenemos
fortaleza económica avalada por todos estos indicadores, pero
también tenemos una gran fortaleza social.
La pobreza monetaria disminuyó del 25.8 % en 2019 al 23 % en
2023, y eso a pesar de la pandemia y de los efectos de la guerra. Y,
mejor aún, en este primer semestre de 2024 descendió al 18.9 %,
El nivel más bajo de toda nuestra historia.
Estos resultados son consecuencia, por un lado, de una política
económica efectiva que ha generado confianza para las inversiones
y ha creado empleo y oportunidades y, por otro, del
fortalecimiento de los programas sociales del gobierno, como el
programa SÚPÉRATE que hemos rediseñado, añadiendo el Bono de
Emergencia, duplicando el monto de la ayuda alimentaria y
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aumentando los subsidios de gas y electricidad, lo que ha
beneficiado a un millón y medio de hogares.
En estos 4 años de gobierno hemos más que duplicado el gasto en
protección social y hemos actuado en otros ámbitos, como la
construcción de vivienda a sectores vulnerables o la canalización de
agua potable para mejorar los estándares de vida de los
dominicanos.
En términos de alimentación, la República Dominicana, según los
datos de la Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura – FAO, ha logrado disminuir el
porcentaje de población subalimentada del 8.3 % en el periodo
2018-2020 al 4.6 % en el periodo 2021-2023, es decir, en ese
tiempo hemos reducido la subalimentación en un 45
Y en lo que respecta al empleo, en nuestro país tenemos hoy un
récord de trabajadores activos en el mercado laboral, y el
desempleo se ha reducido durante los últimos tres años hasta
situarse actualmente en el 5 %. Además, el salario mínimo
promedio ha crecido un 14 % por encima de la inflación, mejorando
así el poder de compra de los trabajadores dominicanos.
No es casualidad, por tanto, que la República Dominicana se
encuentre hoy en la categoría de Desarrollo Humano Alto en el
índice de Naciones Unidas, y que en los últimos años seamos de los
pocos países en el mundo que han escalado posiciones. En el 2023,
el PIB per cápita de la República Dominicana alcanzó en 11,200
dólares, consolidándonos como una economía de ingresos medios.
No existe una fórmula mágica del éxito, pero sí tenemos una receta
simple para conseguirlo: por un lado, promover y apoyar la
inversión privada que crea empleos y crecimiento económico y, por
el otro, un gobierno que fortalece la institucionalidad, la
honestidad y la eficiencia en el uso de los fondos públicos con una
gran inversión social.
Señores y señoras,
Es mucho lo logrado en estos últimos 4 años de modernización y
avances de nuestro país, pero estamos solo ante el inicio del
ambicioso plan de reformas que seguirán cambiando esta nación.
Como manifesté al principio de mi intervención, si hoy estoy aquí
es fruto de la decisión libre y democrática del pueblo dominicano.
Un pueblo que cree en la democracia, donde todos somos
importantes, pero en el que nadie es imprescindible ni está por
encima de la Constitución y nuestras leyes.
No creemos en los personalismos caudillistas, ni en líderes
mesiánicos que quieran tener en sus manos el destino de un país.
El futuro de los dominicanos es solo nuestro y lo decidimos entre
todos.
En democracia, siempre lo he dicho, el cargo público más
importante es el de ciudadano, que es quien tiene el poder
compartido de elegir el futuro.
Cada generación tiene su derecho de elegir y ser elegida. Por eso
creo que no hay mayor acto que un gobernante pueda hacer para
fortalecer la democracia, que autolimitarse en el ejercicio del
poder.
Si bien nuestro país ha disfrutado de estabilidad política reciente,
no es menos cierto que los aprestos de reformas constitucionales,
con el único interés de la reelección del gobernante de turno, han
puesto en muchas ocasiones en riesgo la paz y amenazado nuestra
estabilidad económica, política y social.
En las pasadas elecciones, nuestro partido, el PRM, obtuvo la
mayoría congresual más amplia de la historia de nuestra
democracia, con un 77 % de los diputados y un 90 % de senadores.
Mayorías de sobra cualificadas para emprender cualquier reforma
y en cualquier sentido, pero les aseguro que, haciendo honor a
nuestro compromiso y siendo fieles a nuestras convicciones, solo
usaremos esa mayoría en beneficio del país y de la democracia.
Por eso, el próximo lunes 19, estaré presentando al Poder
Legislativo el anteproyecto de Ley que convoca la Asamblea
Revisora, para introducir en nuestra Constitución el blindaje que
imposibilite que ningún gobernante en el presente ni en el futuro
pueda eternizarse en el poder más allá de los dos periodos que hoy
contempla nuestra Constitución.
Utilizaremos la más amplia mayoría congresual obtenida hasta
ahora, no para servirnos de ella, sino para servir a la democracia y
al pueblo dominicano. Así entiendo yo el ejercicio del poder y mi
obligación con él.
Señoras y señores,
La reelección indefinida ha sido una causa de inestabilidad política
que ha afectado a la democracia y al desarrollo, no sólo en nuestro
país, sino en toda América Latina y en otros lugares del mundo. Por
eso, esta reforma será la primera de todas las que introduciremos,
porque es necesaria, para garantizar la estabilidad política,
económica y social para alcanzar el pleno desarrollo.
Con mucha satisfacción podemos asegurar, que de ocupar los
peores lugares, la República Dominicana ha pasado a estar entre
los países de la región mejor evaluados por los organismos
internacionales en cuanto a la lucha contra la corrupción y el
clientelismo y a estar entre los primeros en transparencia,
legitimidad del Estado e independencia de la justicia, además de
convertirnos, según el último índice de Chapultepec, en el primer
país del continente en respeto a la libertad de expresión y libertad
de prensa.
Justamente las reformas que estamos emprendiendo en este
periodo de gobierno están dirigidas a profundizar en la calidad de
nuestra democracia haciendo nuestras instituciones más eficientes
y austeras y garantizando la independencia y la separación de
poderes.
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Por eso, también consagraremos en la Constitución un mecanismo
de elección del Ministerio Público independiente, que lo consolide
como una institución que ejerza sus funciones sin injerencias
políticas y con imparcialidad, para luchar contra la impunidad que
nos ha debilitado como democracia en el pasado. La independencia
del Ministerio Público que impusimos por convicción propia estos
últimos años ahora será una obligación constitucional.
Queremos más democracia, más institucionalidad y mejor
representatividad. Y en todo ello vamos a seguir trabajando.
Señoras y señores,
Este será un periodo de transformaciones que seguirán cambiando
la República Dominicana. A la reforma constitucional seguirán otras
reformas de gran trascendencia, encaminadas a fomentar el
bienestar de nuestros ciudadanos y a sentar las bases de un
desarrollo sostenible para nuestro país.
Impulsaremos una reforma laboral con el objetivo de actualizar el
marco regulatorio del trabajo, fortaleciendo la protección social,
adaptando la legislación a las nuevas realidades del mercado
laboral y promoviendo la creación de empleos de calidad con
salarios dignos.
Esta propuesta, que surge del diálogo social tripartito desde hace
más de dos años, contendrá la eliminación de trabas para que
trabajadores y empleadores disfruten de sus derechos, mejorando
la competitividad. Además, reducirá la sobrejudicialización de las
relaciones laborales y evitará conflictos perjudiciales para ambas
partes.
También incluirá el reconocimiento de los derechos de las
trabajadoras del hogar, en cumplimiento de nuestro compromiso
con los cientos de miles de mujeres que hacen esa labor, y el
reconocimiento del teletrabajo como una de las realidades de la
nueva economía.
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Esta reforma facilitará la creación de más empleos y de mejor
calidad, lo cual no solo fortalecerá nuestro crecimiento económico,
sino que también garantizará que todos los trabajadores y
trabajadoras compartan ese crecimiento.
En este periodo también presentaremos una propuesta de
Reforma Fiscal centrada en tres objetivos básicos: garantizar unas
finanzas públicas sanas, reducir la deuda y asegurar los recursos
para mejorar nuestros servicios de salud, seguridad, así como las
infraestructuras fundamentales para nuestro desarrollo.
Esta reforma fiscal incluirá una reforma del gasto público y una
reforma tributaria.
Durante los pasados 4 años hemos eliminado sustancialmente el
gasto innecesario del gobierno y hemos destinado estos ahorros a
atender las prioridades de los sectores más vulnerables de nuestra
nación. Sin embargo, aún nos queda mucho por hacer en este
ámbito para lograr un Estado y un gobierno más eficiente y por ello
reestructuraremos su organización mediante la fusión o
eliminación de instituciones innecesarias, y la implementación de
medidas de contención del gasto, con el fin de mejorar la eficiencia
administrativa y asegurar el uso responsable de los recursos
públicos.
La reforma tributaria garantizará la movilización de los recursos
que se requieren para la transformación de nuestro país y para
poder materializar proyectos tan importantes como el teleférico y
el tranvía de Santo Domingo, el monorriel de Santiago o el tren
metropolitano que conectará el centro de la capital con el
Aeropuerto Internacional de las Américas y 30 áreas urbanas más.
Nuevos acueductos y sistemas de drenaje para el Gran Santo
Domingo y otras ciudades importantes.
Otra parte de los recursos de esta reforma será destinada a
aumentar las asignaciones presupuestarias de nuestro
ayuntamientos, para que puedan mejorar los trabajos de recogida
de basura y ejecutar las obras demandadas por sus munícipes.
Con los fondos derivados de la reforma, mejoraremos además
nuestro sistema de seguridad social, con la implementación de la
atención primaria en el régimen subsidiario, de forma gradual pero
acelerada.
Y dedicaremos también parte de los recursos que vamos a obtener,
a aumentar la seguridad de los dominicanos.
Nuestra lucha contra la delincuencia ha sido clara en estos 4 años
y vamos a seguir trabajando en esa dirección.
En el año 2022 la tasa de homicidios en nuestro país fue de 13.2
por cada 100,000 habitantes; en 2023 bajó a 11.5 y en el
acumulado en lo que llevamos de 2024 se sitúa en 9.9.
Esta tasa está por debajo del promedio de Latinoamérica y el
Caribe, que asciende a 17.2 según los datos de Naciones Unidas, o
de InSight Crime, que muestra que nuestro país registró el segundo
índice de homicidios más bajo de todo el Caribe el año pasado. No
obstante, todavía la consideramos alta y seguiremos trabajando
para disminuirla.
Para hacer del nuestro un país más seguro, necesitamos una Policía
que proteja, que dé ejemplo y que esté al servicio de los
ciudadanos actuando siempre con absoluto respeto a la ley.
La transformación de nuestra policía, que ya ha comenzado y que
es uno de nuestros principales objetivos para los próximos cuatro
años, busca no solo mejorar la capacitación de nuestros agentes, y
dignificar su trabajo y sus condiciones, sino también fortalecer los
lazos de confianza entre la ciudadanía y la institución encargada de
velar por nuestra seguridad.
Para trabajar en su formación, dimos apertura a la Escuela de
Entrenamiento Policial campus Gaspar Hernández, con capacida
para preparar 4,000 agentes al año. Esta nueva escuela es la mejor
en la historia de nuestra Policía.
Más de 3,000 policías en todo el país ya han sido capacitados en
cursos de Derechos Humanos y Convivencia Ciudadana en 13
universidades, desde la puesta en marcha de nuestro plan de
transformación, y en estos próximos 4 años conseguiremos
capacitar a 20,000 policías más.
Además, de acuerdo con nuestro compromiso de dignificar las
condiciones laborales de nuestros policías, en el año 2023 se
aplicaron subidas en todos los escalafones del cuerpo y
conseguimos cumplir con el objetivo salarial que nos habíamos
marcado aquí hace cuatro años. En este periodo, por ejemplo,
hemos aumentado un 126 % el salario de un cabo y un 142 % el de
un raso de la policía.
Pero la transformación de nuestra policía es solo una parte en
nuestra búsqueda de un país más seguro y por ello seguiremos
trabajando, no solo en la persecución del delito, sino en la creación
de oportunidades para nuestros jóvenes, y en el fomento de una
cultura de paz, para lo cual nuestra arma más poderosa, como la
de cualquier sociedad, es siempre la educación.
Este gobierno ha hecho una apuesta por la mejora de nuestro
sistema educativo, que ya está dando frutos, y que vamos a
continuar.
En los últimos cuatro años hemos adicionado nuevos planteles
escolares que permiten atender, de manera digna y segura, a un
total de 65,000 estudiantes más en Jornada Escolar Extendida y
hemos remozado más de 6,400 planteles públicos con una
inversión de más de 11,800 millones de pesos.
Pero nuestro mayor logro ha sido el avance en la educación inicial,
de 3 a 5 años. A nuestra llegada al gobierno la tasa de cobertura
para este nivel era de un 36% y tres años después, conseguimos
pasar al 64%, con la incorporación miles de niños y niñas de las
familias más humildes de nuestro país.
En estos próximos cuatro años haremos un especial esfuerzo en la
formación de nuestros docentes, que son la base de un buen
sistema educativo.
Necesitamos educadores que no solo conozcan la materia que
enseñan, sino que también dominen las metodologías más
efectivas para transmitir ese conocimiento y conectar con cada uno
de sus estudiantes.
Un maestro preparado es un maestro transformador que tiene el
poder de sembrar en cada niño la semilla del pensamiento crítico,
la creatividad y la empatía.
Tenemos que apostar por un nuevo modelo de excelencia en la
formación y elección de nuestros maestros. La revolución más
importante y los cambios más grandes que veremos en el futuro se
darán en las aulas de todo el mundo, y a nuestro país también
llegará esa revolución. No llegaremos tarde, esta vez debemos
estar entre los primeros.
Por eso vamos a seguir mejorando las condiciones de nuestros
estudiantes, aumentando la dotación de libros de texto y otros
recursos de aprendizaje, con la entrega de 12 millones de textos
este año y ya hemos conectado al 72 % de nuestras escuelas y liceos
públicos a internet de banda ancha para facilitar la educación
híbrida, con 15,000 docentes ya formados en el uso de estas
tecnologías.
Además, seguiremos promoviendo el enfoque STEAM para que
nuestros alumnos estén mejor formados en ciencia, matemáticas,
tecnología y artes, y fomentaremos su participación en
competencias nacionales e internacionales.
El gobierno ha hecho en los pasados cuatro años un esfuerzo muy
grande para garantizar la movilidad de nuestros estudiantes, con l
puesta en marcha del Sistema de Transporte Escolar, TRAE, que ya
traslada de forma segura a la mitad de los escolares dominicanos
entre sus casas y las escuelas. A finales de este año 2024, este
sistema llegará a la totalidad de nuestra población escolar.
Nuestro país se encuentra ya en el camino correcto para la mejora
de nuestra educación, como muestran nuestros avances en los
indicadores del informe PISA, en cuya última prueba, de 2022, ya
obtuvimos un aumento en promedio de 16 puntos en relación con
la medición de 2018, siendo la primera vez que mejoramos.
De 81 países participantes, solo 11 experimentaron mejoras en
comparación consigo mismos en el ciclo 2018-2022 y, de estos,
únicamente dos pertenecen a América Latina: República
Dominicana y Panamá.
En este sentido, reafirmo nuestro compromiso de seguir
invirtiendo en la educación en todos los niveles, inicial, superior y
técnica. Esta última, la técnica, ha vivido un extraordinario avance
en los últimos cuatro años, en los que hemos pasado de las solo 7
escuelas del Instituto de Formación Técnica Profesional (INFOTEP)
que existían en 2020 a las 51 que tenemos actualmente.
Estamos garantizando que cada región de nuestro país, sin
importar su ubicación geográfica o su condición socioeconómica,
disponga de las herramientas para que nuestros ciudadanos
puedan seguir aprendiendo, creciendo y prosperando.
Y de esta misma forma es como hemos actuado también en un
terreno tan sensible e importante para todos como es la salud.
En los últimos cuatro años logramos incorporar al seguro público
de salud a 2,400,000 dominicanos que no lo tenían, alcanzando un
97.3 % de población que ya cuenta con cobertura. Hoy tenemos el
mayor presupuesto de salud de nuestra historia y prácticamente
todos los dominicanos cuentan con un seguro familiar de salud.
Este gobierno ha inaugurado 54 hospitales, algunos nuevos, otros
reconstruidos, ampliados y equipados, y 583 centros de atención
primaria, tanto remozados como de nueva construcción.
Y el próximo año 2025 entregaremos 3 nuevos hospitales
traumatológicos de tercer nivel ubicados en Azua, Sosúa e Higüey,
además de una unidad de Trauma con más de 60 camas en el
Hospital San Vicente de Paúl en San Francisco de Macorís y
adicionaremos a esta red el Hospital Traumatológico de San
Cristóbal, cuyos trabajos quedaron iniciados en julio pasado. Con
todas estas unidades garantizaremos una nueva red de trauma que
cubra todo el territorio nacional.
Y como parte de las políticas de más salud, más calidad de vida,
estamos implementando gradualmente en todo el territorio
nacional el programa HEART, que facilitará medicamentos de
hipertensión y de diabetes gratuitos para la población mayor de 45
años.
Garantía de salud para todos, de calidad y en todos los rincones del
país. En eso hemos trabajado y en esa dirección continuaremos.
Señoras y señores,
Como ven, todas las iniciativas que queremos desarrollar en estos
próximos años buscan seguir mejorando la vida de los
dominicanos, y con esa misma ambición vamos a presentar la
propuesta de reforma de nuestro Sistema de Seguridad Social.
Hace 23 años que nuestro país adoptó este importante sistema de
protección social dando un paso valiente en la dirección correcta.
Antes de eso, menos del 15 % de los dominicanos se beneficiaba de
algún tipo de pensión, y menos del 20 % disfrutaba de un seguro
de salud y riesgos laborales. Hoy, prácticamente toda la población
dominicana cuenta con el resguardo del seguro familiar de salud, y
toda la población laboralmente activa en la formalidad cuenta con
derechos previsionales medibles
Sin embargo, ese valiente paso dado hace dos décadas ha esperado
que los gobiernos sucesivos lo mejoren con base en la experiencia.
Nuestro gobierno, luego de diálogos constantes, presentará en
este año 2024 la propuesta de reforma del sistema de seguridad
social, que estará encaminada a fortalecerlo y a proporcionar
certeza, garantía y calidad de atención y beneficios a los
dominicanos y dominicanas.
En materia de salud, proponemos ampliar la cobertura de atención
para que más dolencias puedan ser cubiertas, reduciendo o
eliminando el gasto de bolsillo de la población. También
proponemos la cobertura de seguro de salud a los pensionados,
quienes más lo necesitan.
En materia de pensiones, estamos comprometidos con una
reforma que fortalezca, mejore y de tranquilidad a nuestra
población para que cuente con la garantía universal de pensiones
dignas.
Señoras y señores,
Nuestro país tiene las condiciones óptimas y la agenda de reformas
necesaria para poder duplicar su economía en los próximos doce
años.
Nuestra Meta RD 2036, de alcanzar el desarrollo pleno, no busca
solo crecer, algo que hemos hecho bien en los últimos años, sino
hacerlo de una manera que beneficie a más gente, genere empleos
de más calidad y nos permita mejores servicios públicos.
Acelerar el crecimiento promedio anual del PIB al 6 %, que es la
tasa necesaria para que se duplique en 12 años, requiere un
conjunto de transformaciones importantes que estamos decididos
a realizar. Una de ellas es la del sector eléctrico, que debemos hacer
más eficiente, confiable y competitivo.
Durante los pasados cuatro años se han emprendido grandes
transformaciones en los tres componentes del sector: generación,
transmisión y distribución, y se han hecho avances importantes en
las regulaciones eléctricas.
En los pasados 4 años, mediante procesos competitivos se ha
adjudicado e iniciado la construcción de 2,000 nuevos megavatios
de generación térmica, de los cuales 378 ya están en plena
producción y hemos contratado 1,504 MW de generación
renovable, de los cuales ya tenemos 630 MW aportando al sistema.
Para finales del 2027 tendremos una holgura o excedente en
generación de más de un 15 % por primera vez.
El talón de Aquiles del sistema eléctrico dominicano lo siguen
siendo las distribuidoras. Ya está en marcha una transformación
profunda que va a reducir las grandes pérdidas debido a la energía
servida y no cobrada.
Además, en nuestra meta por el pleno desarrollo, el apoyo y
fortalecimiento del sector agropecuario seguirá siendo una
prioridad para nuestro gobierno.
La política agrícola que hemos ejecutado en este periodo ha sido
fundamental para garantizar la seguridad alimentaria de nuestro
país y mantener la rentabilidad de nuestros productores.
De acuerdo con el Departamento de Agricultura de los Estados
Unidos, por primera vez, en el presente año 2024, superaremos la
cifra de 1,800 millones de dólares en exportaciones de bienes
agropecuarios a ese país, incluyendo la carne bovina, cuyo mercado
ha sido reabierto después de llevar más de 20 años cerrado.
Sin embargo, estoy consciente de que el impacto de fenómenos
atmosféricos extremos en nuestra agricultura, producto del
Cambio Climático, nos obliga a dedicar cada vez más recursos al
desarrollo de infraestructuras y tecnologías que contribuyan a
fortalecer la resiliencia que ha demostrado tener nuestro sector
agrícola y elevar la eficiencia y productividad de los recursos que le
dedicamos.
El financiamiento ha sido una pieza clave de la política agrícola que
hemos aplicado. El programa de crédito con tasas y condiciones
adaptadas a la agricultura ha permitido posicionar la agropecuaria
como una de las actividades económicas de gran atractivo para la
inversión y el desarrollo del país. En este nuevo periodo de
gobierno continuaremos fortaleciendo el crédito y canalizando los
recursos que se requieren para garantizar la rentabilidad y
sostenibilidad de nuestra agricultura.
Señoras y señores,
Nuestro país está, como ven, inmerso en un profundo cambio, pero
no es ajeno a lo que también está pasando en el mundo. Algunos
dicen que vivimos tiempos de sucesivas crisis, pero otros hablan ya
de un mundo en crisis.
La fragilidad de la armonía entre las distintas naciones ha quedado
evidenciada por cruentas guerras cuyas secuelas de sufrimiento y
destrucción perdurarán por generaciones.
Nosotros, como uno de los países fundadores de las Naciones
Unidas, queremos sumar nuestra voz y nuestros esfuerzos para
lograr puentes de entendimiento entre todos los pueblos del
mundo. Por ello, aprovecho para expresar mi profundo
agradecimiento a los diferentes jefes de estado, jefes de gobierno
y misiones diplomáticas que hoy nos acompañan y les reitero el
compromiso de la República Dominicana con los valores de la paz,
la colaboración y la convivencia.
Es ese compromiso el que me llevó a visitar al Papa Francisco el
pasado mes de mayo y a participar en la Cumbre por la Paz en
Ucrania, celebrada el pasado junio en Suiza.
En nuestra América, una reconocida tierra de paz, después de los
avances democráticos logrados en las últimas décadas, el
compromiso con la institucionalidad muestra hoy preocupantes
retrocesos.
El caso actual más evidente es la situación en Venezuela, que, tras
el resultado anunciado de las elecciones del 28 de julio, sin la
debida transparencia que requiere un proceso electoral y sin
ningún sustento documental por parte de las autoridades, se
encuentra en una gravísima crisis, que nos lleva a exigir la
publicación de todas las actas electorales, su verificación por
instituciones imparciales y el respeto al resultado emanado de la
voluntad del pueblo venezolano.
Resultan altamente condenables los atropellos contra las
instituciones democráticas y el uso de la violencia política que
estamos observando en Venezuela. Estas actuaciones autoritarias
son profundamente injustas y echan abajo las conquistas sociales y
políticas logradas con el esfuerzo de generaciones.
República Dominicana estará siempre del lado de la democracia.
Donde sea, cuando sea y ante quien sea.
Y es desde esos principios que hemos seguido trabajando respecto
a la crisis política y social que vive nuestro vecino país, Haití. Tras
muchos años reclamándolo, celebramos que la comunidad
internacional se haya comprometido, enviando fuerzas para
garantizar la seguridad de Haití y que se posibilite un escenario de
estabilidad futura que permita la celebración de unas elecciones.
Sabemos que los problemas de Haití se deben resolver allí con el
diálogo y la participación de toda su sociedad.
Con la misma fuerza con la que reclamamos la intervención de la
comunidad internacional en Haití, queremos pedir ahora que no
vuelva a caer en el olvido. A República Dominicana no se le puede
pedir más. Ya hemos hecho demasiado.
Señoras y señores,
Permítanme una última reflexión para terminar,
Este acto de juramentación, además de dar inicio formal a un
nuevo período de gobierno, debe cumplir un propósito más
trascendental: servir para reflexionar sobre los valores que
sustentan nuestra democracia y compartir los principios que
animan nuestro aporte a las futuras generaciones. Por eso, les pido
levantar la mirada de los problemas cotidianos para situarla sobre
el país que queremos construir: una República Dominicana con una
democracia fuerte y una economía justa.
Desde la histórica proclamación de nuestra independencia y la
restauración que nos devolvió la soberanía, hemos aprendido que
la libertad no es un regalo, sino una conquista.
Hemos comprendido que el futuro no se nos otorga, se pelea y se
gana con el esfuerzo de cada uno de nosotros. Somos, y seremos
siempre, lo que queramos ser si estamos dispuestos a luchar por
ello.
El progreso y desarrollo de nuestro país no dependen únicamente
de quienes hoy tenemos el honor de ocupar posiciones de
liderazgo. Dependen, sobre todo, de la fuerza y el compromiso de
cada dominicano y dominicana.
En estos tiempos agitados en que muchas veces la emoción se
impone a la razón, yo quiero reafirmar mi compromiso en el
trabajo, en la persistencia, en escuchar, en la moderación, en la
concertación y en la convivencia.
Sé que la política no es un fin en sí mismo, sino un medio para
alcanzar el bienestar colectivo. La buena política significa ante todo
servir a los demás. Es el arte de hacer que cada ciudadano se sienta
valorado y pueda acceder a las oportunidades que necesita para
hacer realidad sus aspiraciones.
El país que queremos debemos construirlo entre todos. A la clase
política hoy aquí presente le pido que no sumemos más
desacuerdos a la calle ni más problemas a las familias. Aportemos
soluciones. Eso también es patriotismo.
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Muy cerca veo el día, en que todos los hijos de esta
tierra cantarán estos versos de nuestra poetisa nacional Salomé
Ureña:
“Venciste, Patria, y tu preclaro nombre con destellos de luz graba
la historia”
Nuestro país es dulce tierra de progreso, sobre él estamos
construyendo el futuro que todos merecemos. Tierra que nuestros
padres nos legaron, tierra que nosotros conservamos, tierra de
orgullo y esperanza, tierra en la que sembraremos desarrollo,
justicia y paz.
Sí, sí, señores, la República Dominicana será una gran nación, y
todos viviremos esa realidad. Ese será el día en el que las alturas de
la Cordillera Central alumbrarán desarrollo.
Alumbrarán desarrollo las tierras vírgenes de Pedernales y nuestro
querido sur. Alumbrarán desarrollo las lomas verdes de Samaná.
Alumbrarán desarrollo las playas de La Altagracia y las costas de
Montecristi. Alumbrarán desarrollo los valles fértiles del
Cibao. ¡Alumbrarán desarrollo cada colina y cada montaña, cada
pueblo y cada rincón de esta tierra bendita!
Y cuando esto ocurra, cuando dejemos alumbrar el desarrollo,
cuando lo impulsemos desde cada comunidad y cada paraje, desde
cada provincia y cada ciudad, seremos capaces de apresurar la
llegada de ese día en que todos los dominicanos, hombres y
mujeres, jóvenes y ancianos, de todas las creencias y todas las
procedencias, serán capaces de unir sus manos y decir con
orgullo: ¡Venciste Patria! ¡Por fin prosperamos! Gracias a nuestro
esfuerzo colectivo, ¡por fin alcanzamos el desarrollo!
¡Que viva la República Dominicana!