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A Pleno Sol; Las deportaciones

diariodominicano.com

Por Manuel Hernández Villeta

Santo Domingo, R. D., 5 de agosto, 2024.- Al parecer el país no cuenta con una política firme de deportación de ilegales. Se hacen periódicas redadas, que luego  se olvidan y todo vuelve a la normalidad. Hay que estar claro en que los indocumentados no pueden seguir en el país.

Indocumentados de todas las nacionalidades. Se habla de los haitianos porque es la mayoría, pero hay venezolanos que residen por cientos en el país sin estar documentados. Hay que perseguir a los ilegales y deportarlos.

Además, siempre se debe tener en cuenta que la Constitución dicta que los hijos de ilegales no son dominicanos. Hay versiones de que en las maternidades se inscriben como dominicano a los hijos de ilegales. Esto debe ser enmendado.

Los haitianos que residen de forma irregular en el país deben ser inmediatamente deportados. Desde luego, es difícil sacarlos con el apoyo mediático que tienen de los agroindustriales y de la industria de la construcción.

Es una mano de obra barata, que hace jornales con pagos irregulares sin cumplir con ninguno de los requisitos de las leyes laborales dominicanas. No es competencia de los dominicanos, porque el nativo no realizaría esos trabajos, sin seguro médico, sin cesantía y con un salario de esclavitud.

Además hay presiones de organismos internacionales para que se paren las deportaciones. Son conocidas las posiciones de los Estados Unidos, Francia y Canadá de que se deje tranquilos a los haitianos viven en la República Dominicana.

No puede ser así. Todo el ilegal debe ser llamado a respetar las leyes del país,  y sobre todo, estar apegado a cumplir con las disposiciones de migración.

En las áreas fronterizas y rurales, en algunos planteles es mayor la matrícula de haitianos que de dominicanos. Esto merece una investigación de la Junta Central Electoral y del ministerio de Educación.  Sería inaceptable que está situación se presente.

Todos los niños tienen derecho a la educación, pero hay que tomar en cuenta que donde hay pocas aulas disponibles, la prioridad tiene que ser de los dominicanos. No se puede matricular un extranjero nacido ilegal en desmedro  de un dominicano que está en su tierra.

Somos patidarios del internacionalismo, de la ayuda a un país en desgracia, de la universalidad de la escuela, pero hay que ser claro, no puede haber ya más generosidad del gobierno y el pueblo dominicano con los haitianos.

Que sigan las deportaciones, respetando los derechos ciudadanos de cada persona, dándole el tratamiento solidario en los centros de retención y luego garantizar un viaje  sin violar sus derechos.