Vehículos esperan en fila para cargar combustible diésel y gasolina, en El Alto, Bolivia, 31 de julio de 2024.
julio 31, 2024
Los transportistas bolivianos iniciaron una huelga nacional indefinida en protesta por la escasez de combustible.
LA PAZ, BOLIVIA —
Los sindicatos del transporte de Bolivia iniciaron el miércoles una huelga nacional indefinida en protesta por la escasez de combustible, mientras se espera la llegada de suministros de diésel desde Rusia y aumenta la presión sobre el gobierno de Luis Arce para hacer frente a la presión por las importaciones.
Las protestas incluyen «un paro nacional indefinido con toma de puntos específicos en todos los departamentos del país y fronteras», dijo a la prensa a última hora del martes Héctor Mercado, presidente de la Cámara Boliviana de Transporte (CBT).
Autobuses, camiones y otros vehículos de tamaño medio habían comenzado a bloquear las principales carreteras el miércoles por la mañana en la capital política, La Paz, y una carretera central que conecta Cochabamba con Santa Cruz, según informes locales.
También se suspendieron las salidas desde las principales terminales de autobuses a primera hora del miércoles.
La huelga estaba prevista inicialmente para el 1 de agosto, pero los dirigentes del transporte pesado la adelantaron y dieron al gobierno un plazo de 72 horas para dar «soluciones inmediatas» a los problemas de abastecimiento de combustible. Mercado dijo que la medida de fuerza era indefinida.
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Bolivia importa la mitad de la gasolina necesaria para satisfacer la demanda interna, lo que le cuesta unos 800 millones de dólares anuales, y hasta el 80 % del suministro de diésel, principalmente de otros países sudamericanos.
El presidente Arce se enfrentó a un intento de golpe de Estado en junio y ha luchado por gestionar una escasez de dólares estadounidenses que ha tensado la economía productora de gas y limitado las importaciones de combustible.
Arce dijo que abordaría la escasez mediante suministros de Rusia que aún no habían llegado a Bolivia, un país sin salida al mar, debido a las condiciones meteorológicas adversas en el puerto chileno de Arica que recibe la carga boliviana.
Un portavoz del Gobierno dijo el martes que los suministros rusos estaban en camino, tras los informes generalizados de clientes que soportaban largas esperas para obtener gasolina y diésel.
«Hemos modificado la agenda presidencial y conformado un comité interministerial para atender la actual coyuntura», publicó el miércoles el presidente Arce en X.