Agentes de la agencia antidrogas de Paraguay, Senad, custodian sacos de cocaína después de que fueran incautados en el puerto de Caacupemi en Asunción, Paraguay, el martes 16 de julio de 2024.
julio 24, 2024
Fiscalías de Bolivia y Paraguay unen esfuerzos contra el tráfico de drogas y compartirán información sobre el capo uruguayo Sebastián Marset.
LA PAZ, BOLIVIA —
Dos fiscales de Paraguay llegaron a Bolivia para coordinar e intercambiar información con la fiscalía general de ese país sobre el crimen organizado que opera en ambos países y, específicamente, sobre el capo de la droga el uruguayo Sebastián Marset, buscado en varios países del continente.
Según las autoridades bolivianas, Marset montó una “organización criminal transnacional” en Uruguay, Paraguay y Bolivia para exportar cocaína a Europa en alianza con cárteles brasileños. Pero no tiene una causa abierta por narcotráfico en Bolivia, sino una por legitimación de ganancias ilícitas.
La semana pasada, la policía española detuvo en el aeropuerto de Madrid a Gianina García, esposa de Marset, acusada en Paraguay al igual que su marido por tráfico de drogas y blanqueo de capitales.
El uruguayo también está acusado en Paraguay de ser el cerebro del asesinato del fiscal paraguayo Marcelo Pecci, asesinado en Colombia en mayo de 2022 durante su luna de miel.
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“Esperamos compartir información. Será una reunión de coordinación con los fiscales paraguayos que están llevando la investigación (sobre Marset)”, declaró Juan Lanchipa, fiscal general de Bolivia poco antes de la reunión.
Entre los agentes antidroga paraguayos, se encuentra el fiscal Deny Pak quien investiga a Marset en ese país.
Marset, de 33 años y exfutbolista, puso en apuros a las autoridades bolivianas hace un año tras huir de su mansión en la ciudad de Santa Cruz, en el oriente boliviano, donde vivió con una identidad falsa por meses junto a su esposa e hijos. La policía ejecutó redadas y ofreció recompensa de 100.000 dólares, pero no pudo capturar al capo uruguayo que llevaba una vida cómoda en esa ciudad donde practicaba fútbol.
Con una frontera de 742 kilómetros con Bolivia, Paraguay es una de las rutas de la cocaína boliviana y peruana hacia Brasil y Argentina, según las autoridades.